XVII

2.4K 325 64
                                    

Lo que comenzó con un beso tímido a iniciativa de Childe escaló a que las manos de Zhongli jugaran un poco con su cabello anaranjado, haciendo profundo el beso, pero no aplicando demasiada fuerza puesto que no quería forzar al menor y eso fue uno de los pequeños gestos en los que Childe estaba cayendo poco a poco.

Había llevado a Zhongli de vuelta al sofá, lo guío poco a poco atrayendolo con sus manos jalando de su ropa hasta que finalmente logró que el mayor tomara haciendo. Todo ese rato no apartó su vista de él, su mirada tan pacífica era todo lo que necesitaba pues no sentía temor alguno, pero todas sus inseguridades comenzaban a atacarlo y sus nervios también lo traicionaban. Esto fue hasta que Zhongli se dió cuenta y una sonrisa inconsciente se formó llenando de vergüenza al menor en ese momento que al final fue el pelinegro quien lo invitó a colocarse a su lado.

Con su mente aún insegura, las manos de Zhongli primero lo llevaron hasta estar encima de él. Una posición que lo hizo estar aún más avergonzado, pero no podía negar que aquello incrementó aún más su temperatura corporal.

Se relajó cuando se retomó el beso. Uno que otro suspiró salió de los labios del ojiazul cuando los besos recorrían su cuello sin dejar marca, pequeños besitos hacían cosquillas en su mandíbula y cielo hasta parar en su clavícula. Zhongli se detuvo y miró al menor, no hubo necesidad de decir nada, Childe asintió con el calor de sus mejillas y levantó los brazos dejando que el contrario retirara la prenda.

Su torso estaba expuesto y giró su cabeza pensando que esto era una mala idea. Comenzaba a arrepentirse cuando de nuevo Zhongli lo hizo mirarlo atrayendo su atención con un beso en su mejilla.

—Pararé cuando tú lo decidas, ¿bien? —Childe asintió. Escucharle hablar después de un largo tiempo fue música para sus oídos. —No haremos algo que no quieras, dime cuando quieras que me detenga.

Acto seguido comenzó a tocar su espalda, recorriendo de arriba a abajo de manera lenta provocando escalofríos en el menor. No era una sanación para nada mala, simplemente no entendía como es que podría llegar a ser tan dulce algo tan insignificante como tocar su espalda.

El ojiazul acercó se agachó un poco y medio escondió su rostro entre el cuello y hombro del contrario mientras su manos se colocaban en el pecho del mismo y como si la valentía se hubiese apoderado de su cuerpo, movió sus caderas adelante y atrás un par de veces. Desde el primer movimiento escuchó un gruñido y también sintió que no parecía ser el único que las prendas de la cintura hacia abajo estaban molestando demasiado.

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro del menor. Le dió gusto escuchar aquello tan cerca de su oído, lo había disfrutado y quería seguir escuchándolo más.

Se levantó y con sus manos, ante la expectante y al mismo tiempo curiosa vista del pelinegro, comenzó deshacerse del cinturón y desabrochar los botones de lo que llevaba puesto Zhongli. Por supuesto aún no planeaba mirarlo, sabía que estaba avergonzado porque había tomado tal iniciativa y el míedo seguía ahí pues jamás lo había hecho con otro hombre.

Zhongli abrió la piernas, el menor tocó por encima de la tela hasta finalmente liberar el dolor que sentía el pelinegro. Sin pensarlo dos veces lo metió a su boca yendo de arriba hacia abajo ayudándose con una mano. El pelinegro tiró su cabeza hacia atrás e inmediatamente liberaba pequeños gemidos y gruñidos. Ahí fue cuando el ojiazul quiso mirarlo mientras hacía esos movimientos y el deleite de escucharle y verlo así no lo podía comprar con nada.

Poco fue el tiempo que hizo aquellos movimientos cuando Zhongli se tensó y el contrario supo que estaría llegando al climax. Alejó su boca un poco antes de que el líquido saliera y satisfecho miró a Zhongli cómo trataba de recuperar el aliento después de liberar el líquido. Childe se acercó e importandole lo más mínimo quiso verlo de nuevo, Zhongli no se negó aún después de lo de recién, pero si era complicado seguir el ritmo.

host club ➵ dilucxkaeya (genshin impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora