○Capítulo 14○

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-¡___! Saldré a hacer la compra, ¿vienes? - dijo Ryan desde el salón.

-No lo creo, tengo el bizcocho en el horno, no quiero que se me queme. - dijo sonriendo.

-Bien, entonces vuelvo lo antes posible - dijo besando la mejilla de la chica.

-Adios -dijeron al unísono.

Narra-Ryan

Iba caminando por la calle, con una estúpida sonrisa en mis labios mientras recordaba a aquella excelente chica. Su cabello, sus ojos, sus imperfecciones... no había cosa que no me gustara de ella. Era simplemente perfecta.

Empecé a caminar por un callejón, era un atajo que solía coger normalmente cuando tenía prisa. Ese callejón solía estar vacío, y esperaba que hoy no fuese la excepción...

Pero como suelen decir...

Siempre espera lo inesperado.

-Hola... - dije acercándome a un chico de más o menos mi edad.

Ese chico estaba sentado en el sucio suelo, contra la pared del callejón, se veía demacrado, su cara estaba hinchada gracias a las lágrimas que no cesaban.

El chico me miró, sus ojos era verdes, pero si los mirabas, lo único que te llamaba la atención era que en sus ojos estaban acumulándose lágrimas que en cuestión de segundos caerían por sus mejillas.

-¿C-Cinco? - dijo el al verme.

"¿Cinco? ¿Otra vez con eso? ¿Qué le había dado a la gente por decir ese número al verme?"

-¿Estás bien? - ignoré su comentario.

-Sí... perfectamente... - dijo mirando al piso.

Puse mi chaqueta en el piso, ya la lavaría después, y me senté sobre ella para que mi cuerpo no hiciera contacto sobre ese sucio suelo. Acabé sentado junto a aquel chico, intentando consolarlo.

-Me llamó Ryan, puede que no me conozcas, vivo a cuatro calles de aquí, soy huérfano desde los 3 años, no tengo hermanos ni familia, solo una hermosa chica que me hace compañía en mi humilde departamento. Ahora que sabes cosas sobre mí, también me gustaría saber algo sobre ti. ¿Estás bien?

Cerró los ojos con fuerza y luego me miró.

-N-no...

-¿Quieres hablar de ello?

Lo pensó durante varios segundos y luego me miró asintiendo.

-Es una chica... Pasaba con ella los días y las noches, llorábamos, gritábamos, nos emocionábamos, y reíamos juntos... Pero la perdí, si tan solo hubiera estado con ella las cosas no habrían salido así. La culpa me está matando... Han pasado días, y no puedo sacarla de mi mente... Ella merecía vivir. Era la mejor persona del mundo...

-Oye... - me quedé en silencio, realmente no sabía su nombre.

-Klaus... - dijo él.

-Oye Klaus, no debes culparte por la muerte de una persona. No debes estar así. Las muertes se van superando poco a poco, solo superar, nunca olvidar. Y recuérdala como un buen recuerdo. Recuerda los buenos momentos que vivísteis juntos, no pienses que su vida terminó rápido, piensa en lo buena que fue, porque aunque durará poco, estoy seguro de que la hiciste realmente feliz.

Él asintió con una sonrisa melancólica.

Narra-Narradora

-Ella no querría verte así...

Lo que Ryan no sabía, era que a lo mejor, la persona de la que le había hablado Klaus, tendría algo que ver, nada más y nada menos, que con la chica que en esos momentos estaba en su casa preparando un bizcocho de chocolate.

A lo mejor, si Ryan hubiera reconocido a Klaus como el hermano de ___, la felicidad de Klaus habría vuelto al saber que su hermana estaba viva.

Pero por desgracia no fue así...

Y la mente de Klaus tuvo que seguir asimilando que su hermana se había ido.

Y lo seguiría pensado por mucho...

Mucho tiempo...

Juramentos rotos {Cinco y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora