ᴇxᴏʀᴅɪᴏ: 「ευτυχία - felicidad」

390 60 16
                                    

Realmente Adora es tonta.

Era consciente de que llegaba tarde, lo veía en su celular cada que leía el correo de la editorial. Pero es tonta, y creía que todo se detendría por ella y su tristeza, salvo que no es así, porque todos los atrasados de Luna Brillante están corriendo como ella.

Fue cuando salió luego de recoger su mochila que vio a muchas personas apuradas, y ella fue contagiada por ese molesto sentimiento de pertenencia social, y corrió igual hacia la parada del bus. Al subir, todo estaba lleno, y como no tiene una de esas costosas tarjetas para los autobuses que Luna Brillante implementó, debe pagar con monedas contadas en centavos porque es el cambio del dinero que le queda luego de prestarle anoche a Bow para que compre algo de aceite para cocina.

ー Waffles ーdijoー. Glimmer quiere waffles para desayunar mañana. ¿Me prestas dinero? Es que no tengo cambio. ーY Adora sonrió, porque estaba de tan buen humor creyendo que conseguiría trabajo, y buscó en el bolsillo de su chaqueta algunos billetes que tenía guardados. Se los entregó a Bow y él regresó al departamento mucho después con centavosー. ¿Puedes creer que cuesta 12.50? A quién rayos se le ocurrió subir décimas... Lo siento, te devolveré el dinero mañana, lo prometo.

Son las diez y Adora está perdiendo la cabeza. Se muerde las uñas porque no puede mover el pie ya que si lo hace su centro de gravedad se verá afectado por el constante arranque cada que el bus baja de velocidad (¿Cuántos años tiene esta mierda?), y si osa levantar o solo dejar de hacer fuerza en sus pies -porque está parada, junto con otras personas más, esperando a que alguien se levante de su asiento y poder aprovecharse, por eso está atenta a las personas sentadas que hay a su alrededor- la fuerza de arranque llevará a Adora de lado a lado, y caerá apoyada en alguien, lo que es muy, muy incómodo y no quiere incomodidad ahora, no ahora.

Tiene hambre porque no ha desayunado, y si no come sus 3,600 calorías diarias sus bíceps se desinflan como globos, o eso decía su entrenadora de preparatoria.

Puede quejarse de muchas cosas ahora, quiere hacerlo, pero sabe que si se deja llevar llegará de mal humor al trabajo, se enfadará con Catra y su críptica y dolorosa forma de ser...

No es momento de pensar en eso.

Lo bueno del barrio donde vive Catra es que está accesible a una parada, entonces suele ser fácil ir y venir... claro, si se es puntual con los horarios.

Al estar caminando por esa calle pavimentada en la zona de los suburbios se siente extraña, ese sentimiento siempre estuvo presente, porque le recuerda al pueblo en donde ella solía vivir con Mara, es casi lo mismo, la misma estética urbana en las casas, los árboles plantados en la vereda; ese aire dulzón en el aire... Se nota tanto que este es un barrio de ricos, y en cierta forma tiene envidia por la calma que supone vivir aquí.

Hasta que recuerda que no puede mantener el alquiler de un amplio departamento sin tener que ahorrarse las compras de víveres a final de mes, entonces mantener una casa con todos los impuestos altos en un área urbana suena, sin dudas, muy costoso; así que su mente se pregunta de qué trabaja Catra en realidad. Nunca hablaron de eso, y ahora que sabe que en cualquier momento ella puede tomar la decisión de morir, tal vez sea buena idea querer investigar más allá de lo que ve.

Y entre tanto pensar, ha llegado a su trabajo. Deberá convivir con el hecho de que seguro Catra estará muy molesta, incluso puede que ni siquiera deseé verla. Es mejor prepararse para lo peor.

Al tocar la puerta una llave la espera sobre el tapete de entrada. Rápidamente la toma, como si alguien quisiera robar una llave en este lugar, pero lo hace por inercia y los "traumas" que tiene con este tipo de cosas. Supone que llega tan tarde que Entrapta ya se fue, y si su razonamiento es correcto, Catra definitivamente estará molesta.

Soy Feliz Contigo [AU Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora