Soy Feliz Contigo [AU Catradora]

III. αɢαρι: Introspección

Luego de más de tres meses, Adora acaba de aceptar que su vida está plagada de muerte.

Pasaron dos horas desde que estaban en carretera, cuando fue a pedir un cuarto dejando su pánico de lado, escuchó a Catra quejarse un poco. De inmediato el miedo avecinaba y no supo qué más hacer aparte de subir rápido las escaleras con ella en brazos, entrar a la habitación y buscar en la bolsa de medicamentos la que seguía después de la azul.

Encontró la rosa/blanco y se la metió a la boca, Catra tragó con dolor y Adora no supo qué más hacer.

– ...La cama. – Adora no dejó que terminara la oración, la cargó como a un gatito de los brazos y la colocó con cuidado. Arropándola un poco, se dio cuenta de sus ojos llorosos y no pudo evitar preguntarse cómo es que Entrapta podía vivir así.

Ahora está sentada en el suelo, vista a Catra y con un leve suspiro parpadea luego de dos minutos con la mirada fija y perdida. No sabe qué hacer, no sabe qué decir, está esperando a que Catra hable primero, que diga que está bien, que fue una broma de mal gusto...

que ya no quiere morir.

El tema pica en su cabeza, recuerda a Mara, pero se sobrepone la imagen de Angella, tiene un recuerdo en particular con ella, fue en la navidad del anterior año, la primera vez que la conoció a ella y a Micah. Muy a parte de lo que recordó esa mañana junto a Glimmer y su llanto, tiene una conversación grabada en su cabeza, fue luego de ver el árbol de navidad y dar los obsequios con abrazos y una canción. Angella le preguntó por sus padres y Adora reaccionó de la peor forma posible: se levantó de su asiento y salió fuera de casa luego de decir "no sé dónde están", escuchaba a Glimmer llamarla y a Bow disculparse en su nombre, como siempre.

Aún recuerda el frío de la noche sentada en esa vereda, con el alumbrado público como única fuente de luz. Mientras recuerda, abre los ojos, ve a Catra dormir, no está segura de si es un efecto de la pastilla o se cansó de tantas emociones. Se levanta y la cubre mejor con las sábanas, apoya su mano en su pecho y siente calidez...

Angella había salido de casa, cubierta con un abrigo y jadeando antes de verla sentada. La imitó, escuchó sus sollozos y Adora no pudo sentirse más avergonzada por el silencio.

La única frase que necesitó para romperse por completo, pero a la vez sanar, fue "no los necesitas, ahora estás bien y todo mejorará", seguido del abrazo más reconfortante que nunca sintió y en verdad deseó jamás haber dejado a Mara como la dejó.

Ve a Catra, su mano sigue ahí y ahora puede sentir a su corazón latir muy lento y rítmico, con los ojos cerrados. Ahora la recuerda mejor, se siente muy estúpida por no haberlo hecho antes, así dormía su mejor amiga en el orfanato, con el cabello más largo pero igual de esponjoso, lo acariciaba... lo acaricia ahora, con calma, como si fuera a romperse, intenta no hacerlo muy brusco para no despertarla y ser atrapada haciendo. Lo piensa bien, intenta no llorar, pero sabe que lo que tiene girando en su cabeza es una afirmación muy dura y demasiado contundente, pero Catra no tuvo una Angella en su vida, tampoco una Mara...

No sabe cómo terminó así y le duele nunca haberlo pensado antes porque la envidia que sentía cuando veía esa casa, cuando veía sus comodidades quizás nunca debió estar en su corazón. Quizás en lugar de sentir que esa hubiera sido la vida que hubiera querido mejor hubiera pensado "¿qué tanto le costó todo esto? ¿Cuánto le cobró la vida para merecerlo? ¿Pagó con su discapacidad o no bastó?"

Levanta la mano y empieza a secar sus laǵrimas, intenta ahogar sus sollozos casi como lo hizo cuando escuchó a Angella acercarse. Intenta abrazarse como si fuera una niña abandonada porque lo es. Es una niña, está perdida y todos a los que alguna vez quiso se alejan de su vida tan pronto como las paces están hechas y el odio y el olvido se van... Ellos se alejan, nadie viene a recogerla y tiene miedo de perder lo poco que le queda.