II. αʏωѵια: Un café y un accidente.

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⏤★𝑁𝑜 𝑒𝑥𝑖𝑠𝑡𝑒 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑠𝑢𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑, 𝑦 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑢𝑛 𝑚𝑒𝑟𝑜 𝑎𝑐𝑐𝑖𝑑𝑒𝑛𝑡𝑒, 𝑠𝑢𝑟𝑔𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑎𝑠 𝑝𝑟𝑜𝑓𝑢𝑛𝑑𝑎 𝑓𝑢𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜.ꗄ➺




El viaje en auto no le gustaba en lo absoluto, por más irónico que sonara, odiaba moverse sobre ruedas.

Escuchaba a Scorpia hablar sobre cómo peleó contra un sujeto borracho mientras estaba en la entrada del bar "La Zona del Terror", no dijo nada como de costumbre, pero al menos su querida amiga no dejó que el silencio gobernara aquella Van.

Veía, cada tanto, como la mirada de Scorpia viajaba al retrovisor mientras había un paro de tránsito o un semáforo en rojo, de seguro estaba preocupada por el silencio de la parte trasera del automóvil, aunque no debería de estarlo, pues Catra aplicó la ley del silencio en su vida diaria, una ley que solo se quebraba cuando estaba drogada por algún narcótico o estupefaciente para el dolor. Catra no comprendía qué era lo que molestaba tanto a Scorpia como para ver cada cinco minutos el retrovisor, tal vez esperaba una risa por alguna de sus malas bromas sobre su trabajo y cuánto lo odiaba.

A veces, Catra quería preguntar el por qué no renunciaba si tanto aborrecía cuidar la entrada de un bar de mala muerte, pero simplemente se tragaba sus palabras antes de que salgan, no quería romper su ley silenciosa.

"Ya llegamos WildCat" El dulce tono de su amiga la obligó a volver a la horrible realidad. Sacudió su cabeza intentando mantenerse en el presente y que sus pies tocaran el suelo -figurativamente-. Escuchó el freno del auto chirriar, al parecer no estaba tan nuevo como Catra pensaba. Quiso mantener sus ojos cerrados, no quería ver como aquella cafetería había cambiado con el paso del tiempo, pero su curiosidad picaba, su mente quería saber lo que había ocurrido con su lugar favorito después de diez años sin verlo, así que hizo caso a sus instintos y volteó a ver la ventana.

Quería saber qué pasó en su ausencia.

La cafetería parecía ser la única cosa que no había cambiado en todos esos años, Catra aún recordaba con detalle aquellos fines de semana cuando se escapa de sus lecciones particulares que Weaver le obligaba a tomar, siempre con sus dos mejores amigas solían ir a ese lugar en Thaymor para pasar el rato. Conversaban, jugaban e incluso eludían la molesta presencia de Lonnie y su séquito juntas. Todo lo hacen juntas, ninguna se quedaba atrás.

Incluso seguían haciendo las cosas juntas a pesar de que Catra no quiera colaborar.

Los fines de semana, Scorpia y Entrapta solían bajar hasta el cuarto de Catra, siempre a las doce del mediodía, con distintos pasteles en sus manos, diciendo que querían llevarle un pedazo de su pasado para recordar. Nunca variaban en sus bebidas y sus postres, siempre los mismos cada fin de semana, Scorpia le fascinaba el capuchino acompañado de una dulce tarta de manzana o un pastel tres leches, Entrapta era más simple, solo un café y un mini-pastel de queso especialmente preparado para ella; sus dos amigas sabían que a Catra le gustaban los cheesecake de queso, pero nunca atinaba a su bebida favorita, por lo cual probaban con distintos sabores y tipos de cafés o mocachinos, pues Catra no solía decir nada aparte de "sí", "no" y "mierda" esas tres palabras eran las más escuchadas, así que sus pobres amigas se frustraban todos los sábados en buscar la mezcla perfecta entre un cheesecake de queso y alguna bebida especial que le gustara.

Que gran perdida de tiempo.

Ahora que ve aquel local de postres al que asistía en su adolescencia y su infancia, entendía la inmadura obsesión de sus amigas porque probara algún postre de ese lugar. Ellas querían que viera que nada cambió en su ausencia, no al menos en esa cafetería.

Soy Feliz Contigo [AU Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora