Soy Feliz Contigo [AU Catradora]

Prefacio

Soy Feliz contigo.

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Un relato de Cenazeci

El invierno en Etheria era frío, oscuro y sin brillo.

La primavera en Etheria era soleada, brillante, pero no era hermosa.

El otoño en Etheria era seco, árido, muerto.

El verano en Etheria era caliente, alegre, pero terriblemente nostálgico.

No importaba... las estaciones, el día, las noches... nada importaba para Catra, pues ella estaba confinada a una silla de ruedas, observando las estaciones, el cambio de clima, la lluvia, el sol, la luna y las estrellas a través de un ventanal, sin poder conocer el exterior, no porque no podía, sino que no quería. No quería volver a ver el cielo azul de las mañanas de primavera. No quería ver las estrellas brillantes de las noche de invierno. No quería sentir el calor en su cuerpo que el sol del verano otorgaba. No quería sentir el viento del otoño golpear su rostro.

No quería vivir.

Tras una ventana de cristal estaba un mundo lleno de vida, de cambios que en algún punto ella pudo disfrutar, pero ahora solo los ve desde una esquina oscura llamado "cuarto", mirando a la lejanía todo lo que pasa por su ventana: un paisaje lleno de cambios.

Las noches eran frías y solitarias en Etheria.

Los días eran molestamente alegres, en especial cuando Scorpia no trabajaba, y se dedicaba a abrumar y estorbar la tristeza de Catra.

Los feriados eran sus días menos favoritos, pues Entrapta se quedaba en casa y siempre hacía ruido con sus máquinas y cosas tecnológicas; a Catra no le interesaba, pero el ruido era mortal para su paz y melancolía; solo quería sentirse derrotada, acabada gracias a ese accidente que la dejó inválida, quería ver su ventanal en paz, no mirar a sus amigas hacer tonterías o intentar animarla... ellas no lo entendían, nadie lo entendía, solo Catra, solo ella entendía lo que es el fracaso.

¿Hace cuánto no sonríe? Catra no lo sabe. ¿Hace cuánto que no sale de esa habitación en el sótano? Catra no lo sabe, lo único que sabe es que esas dos cosas ya no las hace desde hace muchos años atrás.

Los golpes de la vida siempre fueron letales para Catra, vivió una vida respetable, con padres de la mierda que la oprimían en todos los aspectos, pero nunca le faltó una comida en la mesa, nunca le faltó dinero en su bolsillo, pero ahora que puede ver todo el panorama, tal vez sus padres tenían razón... Tal vez Shadow Weaver tenía razón, al decir que su vida no acabaría para nada bien.

Mírenla ahora, derrotada en una silla de ruedas, con las ganas de vivir por el suelo, junto a la esperanza de volver a caminar.

De seguro Shadow Weaver (si es que siguiera con vida) estaría riéndose en su cara, diciendo mil y un veces: "Te lo dije", mientras ve como Catra se desvanece en la nada, mientras ve a Catra a través de ese ventanal de cristal. Su propio reflejo se burla de ella una y otra y otra y otra vez, y ella solo puede gritar de frustración e ira, golpear el vidrio hasta que este se quiebre, solo que, no lo hace, gracias a que en el pasado, había roto más ventanas debido a esas alucinaciones de la tristeza y el odio a sí misma que había creado, y Scorpia junto con Entrapta, habían decidido poner un vidrio antibalas para prevenir que, otro de sus ataque de ira, rompiera algo más que un vidrio.