III. ευτυχία: Un libro de recuerdos

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Odia los trajes, por más que eso parezca una contradicción ante su personalidad. Siempre los odió. Se siente jocosa dentro de uno. No ha estado así de formal desde que terminó la preparatoria.

Pero que suerte que hoy será la última vez que se coloque uno, que sienta esa textura especial de la tela que tiene ese viejo traje negro y esa camisa que se siente apretar entre sus brazos (la hace sentir orgullosa de haber ganado más masa muscular), la última vez que pueda sentir este traje con corbata negra y piense "oh, cierto, esto es parte de ser adulta", porque es una mierda, una idea tortuosa en demasía.

Hope entra a su antigua habitación, donde vivía junto con Mara.

ー Ya está todo listo. Te espero en el auto ーY se va, cerrando la puerta con calma mientras ve que Adora pelea con esa estúpida corbata y su estúpido nudo para no sentirse tan ahogada.

¿Cómo pasó todo tan rápido?

Hace una hora que estaba en la parada de autobuses que la llevaría a su antiguo pueblo. Bow obviamente no podía llevarla, además que se ahorró ese detalle de contarle sobre... sobre todo, casi ni hablaron, porque cuando ambos llegaron a casa, Adora ya estaba durmiendo.

La única persona que sabe que está aquí es Entrapta, porque claro que debía pedir un permiso para poder faltar a su trabajo. Su mensaje aún no es leído.

Fue duro, pero no imposible arreglar esa corbata negra, a juego con su saco y discordante con su camisa blanca. Tuvo que ponerse, a orden de Hope, esos calzados de salón (¿Loafers?) para verse "elegante" aunque su traje de hace nueve años ya no le quede, no había más opción porque el funeral es en media hora.

Escucha dos toques a la puerta y luego se abre.

De nuevo es Hopeー. ¿Vienes?

ー Ya voy ーlo dice entre dientes, frustrada, mientras sigue intentando ver que la corbata quede bien, que el nudo no parezca pequeño y arrugado. Nota que se acerca, lo ve a través del espejo donde se arregla.

Jala su solapa para que la vea. Adora es considerablemente más pequeña que Hope, así que tiene que estirar un poco el cuello para verla a los ojos, aunque el contacto no es recíproco, parece concentrarse más en la corbata, logrando que esta parezca muchísimo más decente.

ー Siempre fuiste un desastre para esto. ーUna sonrisa aparece en sus labios mientras Adora posa frente al espejo, viendo el buen trabajo que se realizó, y que en realidad el traje parece menos ajustado de lo que se sienteー. Eres igual a Mara. ーSe siente como un golpe en el estómago, pero no como a forma de insulto, sino más bien como una comparación inocente, lo suficiente como para que parezca que a Hope se le ha escapado el hecho de que Adora odia tener parentesco con ellaー... Vamos, se hace tarde.

La sigue en silencio fuera de la habitación. Cerrando la puerta de madera tras ellas y caminando al automóvil negro que tiene Hope, casi muy conveniente para estos momentos.

Entra y de inmediato siente la textura del cuero nuevo del asiento. Gomoso y brillante.

ー Llegaremos pronto.

Y acelera, lejos de la antigua casa que Adora no volverá a ver jamás.

...

Hay más personas de las que pensó ver.

Se pregunta ¿de dónde sacó tantos amigos seguramente falsos como para llenar la iglesia? Pero eso es lo menos importante, lo que ahora importa es que tendrá que decir las palabras frente a toda esta gente desconocida, recibir las condolencias más incómodas de su vida (las primeras, de hecho) y estar más de una hora escuchando las palabras de un cura sobre la muerte o mientras lee el génesis.

Soy Feliz Contigo [AU Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora