Día 18 Shifter

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En la manada Aesir tiene a poderosos guerreros en sus filas, por generaciones los alfas prime de la manada tienen la cualidad de cambiar su forma y tomar la apariencia de Lobos igual que sus antepasados, pero cada vez nacen menos alfas prime en las camadas y el consejo de ancianos que rigen la manada, promueven el apareamiento de estos pocos con omegas de alto rango, incluso con mujeres alfa, buscando preservar su especie.

Thor es uno de los pocos alfa prime en edad reproductiva, tanto su padre como el consejo veían con buenos ojos que se enlazara con la omega de alto rango Jane Foster o con la alfa Sif, ambas eran buena opción para concebir alfas prime. Si bien no era el único prime, si era el más fuerte, cuando se transformaba en plena batalla era capaz de acabar con cuanto oponente se le cruzara.

Pero la madre de Thor, Frigga le decía que a pesar del deber con su manada y su especie, su principal deber era consigo mismo y su felicidad.

Era un día frio, las primeras nevadas habían formado una pequeña capa de nieve en el bosque, el rubio se encontraba vigilando el perímetro del territorio cuando escucho un grito agudo y el olor a sangre fresca llego a sus fosas nasales, siguió el rastro y vi a un oso atacar a un figura que usaba una capa oscura, no pudo distinguir su casta y que lo obligo a cambiar de forma y enfrentar al oso.

En la manada de Thor la vida de los animales era importante, solo cazaban para comer, nunca por placer y los osos solo atacaban cuando alguien se acercaba mucho a sus crías por lo que su intención no era dañarlo. Logro ahuyentarlo y cuando volteo hacia el extraño, este se encontraba desmayado en la nieve con un hilo de sangre escurriendo por su brazo, el oso lo había herido.

Al acercase lo pudo apreciar mejor, era un joven de cabello negro como la noche y piel tan blanca como la nieve, se veía hermoso, no era un omega pero olía mejor que uno, lo tomo en sus brazos y siguió el rastro de olor que había dejado para regresarlo a su casa, a unos 500 metros encontró una cabaña donde el olor del hombre entre sus brazos se acentuaba más, no tuvo problemas para abrir la puerta y lo recostó en el sillón junto a la chimenea, busco lo necesario para curar la herida, por fortuna era poco profunda, coloco una venda y después busco algo que ponerse, la cabaña parecía algo abandonada, había tres dormitorios, uno era del pelinegro y los otros dos tenían aromas más diluidos entre el polvo y la humedad pero encontró un pantalón y playera. Volvió a la sala y avivo el fuego, poco a poco el pelinegro reaccionó.

Quién eres? Cómo me trajiste hasta acá? Qué paso con el oso?

Tranquilo, me llamo Thor, ahuyente al oso y seguí el rastro de olor que dejaste hasta aquí.

Gracias, como que rastro de olor? Y el lobo? Cómo los ahuyentaste a los dos?

Thor no sabía si confiar, si bien las personas en el mundo sabían de la existencia de las manadas como las suyas, muchos pensaban que eran solo mitos y desde luego pocos sabían de la existencia de los cambia formas.

El lobo soy yo, soy un alfa mi olfato es más desarrollado por eso puedo detectar tu olor.

Oh! Wow eso es genial, puedes transformarte cuando quieras? No creí que ustedes realmente existieran.

Amm si, por lo regular solo me transformo cuando la ocasión lo amerita.

Vaya, es asombroso, muchas gracias por salvarme.

Y tú qué eres?

Me llamo Loki Laufeyson, soy hombre? Humano?

Si eso lo sé pero qué eres? He olido a humanos y tú hueles diferente. – dijo Thor mientras se acercaba invadiendo el espacio personal de Loki para olfatearlo.

A qué huelo?

A hierbabuena, manzanas y a... fertilidad. – Loki dio un respingo y empujo un poco a Thor.

Soy un doncel.

Donceles, el rubio había escuchado de ellos, entre los humanos comunes había hombres con la capacidad de concebir, se sabe que incluso son capaces aparearse con alfas y resistir el embarazo.

Thor se ofreció a preparar de comer, cortar leña y cuidarlo en lo que su brazo mejoraba, la verdad es que no quería dejar de oler al pelinegro, su aroma lo hacía sentir tranquilo, feliz, sentía a su alfa removerse gustoso.

Por la noche se transformó en lobo para satisfacer la curiosidad de Loki, a la hora de dormir el pelinegro se acurruco junto a él.

En el transcurso de los días Loki le conto que era escritor, cuando termino la universidad encontró trabajo en revistas redactando artículos pero él quería escribir novelas por lo que este viaje era para buscar inspiración, la cabaña era de sus padres y tenía muchos años de estar deshabitada.

Thor le conto sobre su manada, sus tradiciones, un poco más acerca de su condición y la presión que sentía para tener hijos.

Ninguno se dio cuenta, un lazo se estaba formando, el aroma de Loki era más fuerte, Thor se volvió más descarado al olfatearlo, una mañana una especie de calor sofocante despertó al rubio, con necesidad comenzó a restregarse en el cuerpo junto a él, a olfatear su cabello y esparcir besos por ese blanco cuello.

Loki pensó que se soñaba, así como las últimas noches, que el alfa lo besaba y luego lo follaba tan duro que al despertar siempre estaba húmedo, así que correspondió los besos y caricias solo para darse cuenta de que era real. El rubio se sentía caliente, pronto se vio apresado bajo su enorme cuerpo.

Los gemidos del doncel, trajeron a Thor a la realidad, su celo había comenzado, podría lastimar e incluso matar al pelinegro, cuando entraba en celo su parte alfa tomaba control absoluto.

Lo siento Loki, yo debo irme.

Por qué? Es que no te gusto?

No es eso, estoy entrando en celo, yo podría lastimarte.

Jamás me lastimarías Thor, quédate. – Pidió el pelinegro – pasa tu celo conmigo.

No sabes lo que pides.

Lo pienso averiguar ahora mismo.

El pelinegro enrosco sus piernas a la cadera y sus brazos al cuello del rubio. No tuvo la fuerza de voluntad o simplemente decidió mandar todo al diablo porque ahora solo podía pensar en follar al doncel dispuesto bajo su cuerpo.

El choque de pieles, los jadeos y gemidos era todo lo que se escuchaba en aquella cabaña, de pronto El alfa sufrió una transformación, no tomo su forma animal completa pero sus patas estaban cubiertas de pelo con garras, sus orejas y colmillos habían aparecido.

Anudo dentro del doncel y dejo su simiente en su interior, en el punto más alto de su celo mordía el cuello de un jadeante y necesitado Loki.


Luego de tres días de celo ambos dormían exhaustos sin percatarse de lo bien que cicatrizaba la mordida en el cuello de Loki y de que nueva vida comenzaba a gestarse.

THORKINKTOBER 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora