Capítulo 11

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-LUGARES ESPECIALES-
The climb- Miley Cyrus

—¿Entonces ya estás bien?—pregunta Dani por enésima vez en el día.

—Si, he trabajo en superarlo—respondo mientras termino de enchinarme las pestañas frente al espejo.

—¿Entonces has trabajado en superarlo?—pregunta nuevamente, se encuentra detrás mío sentada en la cama y yo junto paciencia, se que solo está preocupada por mí.

Definitivamente ayer fue un día duro y sentimental para mí, fue un día donde abrí mi alma completamente, desnudando mis recuerdos y desechándolos, simplemente lanzándolos fuera de mi ser.

Porque no era saludable seguir culpándome, no era saludable seguir martirizándome con las muchas señales ignoradas.

Fue un día en donde surgí, donde me di cuenta quienes eran mis verdaderos amigos.

Donde me di cuenta que Dani era mi pequeño tesoro en una isla llena de maldad.

—Si, Dani, de verdad estoy bien.

—Estás bien.

—Deja de repetir lo que digo—escucho como se ríe.

—Ay bien, solo quiero que sepas que no tienes que huir—dice y yo la volteo a ver.

—Lo sé Dani, eres una gran amiga—respondo y ella entrecierra los ojos.

—No soy una buena amiga solamente, soy la mejor amiga, tú mejor amiga—me corrige y sonrío divertidamente.

—Cierto, eres mi mejor amiga, ¿pero sabes que también eres?, una persona muy ruidosa— ella me lanza un pedazo de papel a la cara haciendo que sonría y termine de arreglarme.

—¿Te dije que Ashton está pensando en comprar un teléfono?, le dije que no era necesario si no quería, amo los emails que nos enviamos—murmura.

—Es una cosa de amigos entonces—respondo más para mi y Dani se ríe.

Después de eso salimos a nuestras respectivas clases y el clima frío es un recuerdo del email de Zed.

"Ponte suéter por favor", su petición sonó preocupada y traté de no procesarla mucho por mi cerebro, porque me conozco tanto que sé que tomaré las cosas muy personales, y sobreprensaré todo lo que diga, así que decido solo dejar que las cosas fluyan.

Bueno, bueno, entre el querer y el hacer hay un gran abismo Adelita.

Le dije a Dani lo del email y me hizo una pregunta que no había surgido en mi cerebro por la emoción de su repentino mensaje.

—¿A qué hora?—pregunta ella después de leer el email con el ceño fruncido.

Mierda.

Miro la pantalla con miedo porque no me veo capaz de enviar un mensaje de vuelta, ¿por qué?, no sé, mis sentimientos son raros.

—Ay no me digas que no le preguntarás—dice Dani en cuanto ve mi expresión, me encojo de hombros porque no se que más decir.

—Adeline, no te estanques, solo es una pregunta—me dice y asiento con la cabeza.

Pero aún así no envío mensaje de vuelta.

Cayó en el abismo, repito cayó en el abismo.

Entro al salón del profesor que me toca, Marco está ahí sentado, puntual y muy arreglado como siempre.

—Buenos días acosadora—me dice y yo giro los ojos, Lana hablaba en serio cuando dijo que jamás lo superaría.

—Buenos días—respondo sentándome a su lado.

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