Capítulo 29

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-SUEÑOS-
Paris in rain-Lauv

—Viaje de la universidad—dice la profesora frente a la clase, volteo a ver a Marco emocionado y él se encuentra con la mirada perdida en un punto de la pared.

Me contó que Lana dijo que lo suyo había acabado, que no aguantaba tener que pelear con él de cosas estúpidas como esas, y que no era justo que no confiara en ella.

Me puse triste, y me dolía tener que verlo con la mirada perdida, era como si algo dentro de él no estuviera más ahí.

Y era mi amigo, una persona que me había ayudado a sobrepasar una mala racha y lo hizo sin saber que estaba hundida.

Quería hacer algo por ellos, hacerles ver que tenían historia y que esto solo era un bache más en el camino.

—Podrán ir los alumnos que hayan tenido promedio sobresaliente en las materias, este es un evento especial en donde habrá conferencias para todas las carreras, se llevará a cabo en San Diego en tres días, les llegará una invitación a su correo en el transcurso del día, si no reciben nada es porque no lograron juntar los puntos necesarios, buena suerte—dice una mujer que vino especialmente a explicar cómo se llevaría a cabo la selección de alumnos.

Solo espero que todas mis horas de sueño perdidas y mis tardes en la computadora hayan servido y pueda ir a este importante evento.

La verdad la única materia que me preocupa es la del viejito gruñón.

—Pueden retirarse—dice la profesora.

Cuando salimos jalo a Marco que camina con la cabeza gacha, entonces al otro lado del pasillo veo a Lana quien al vernos se detiene.

—Marco... ¿me esperas en la cafetería?, necesito ir al baño—le digo, él me mira un segundo y luego asiente con la cabeza y desaparece detrás de mí.

Camino hacia Lana, y ella se sienta en una banca.

—¿Cómo estás?—le pregunto, me mira y me ofrece una sonrisa triste.

—Intento estar bien—me dice.

—No quiero sonar entrometida, pero no entiendo el por qué no lo intentan si a ambos les duele, sin contar que se aman—le digo, ella baja la mirada.

—No es tan sencillo como eso Adeline...no puedo estar con alguien que no confía en mí—dice y yo le doy unas palmaditas en la espalda ofreciendo mi apoyo.

—Todos cometemos errores, no lo justifico, pero no me gusta verlos tan apagados—digo antes de cambiar el tema.

—¿Irás al viaje?—le pregunto un poco más alegre.

—Si... me acaba de llegar el email, justo venía avisarte que Zed salió, me dijo que te dijera, aún no entiendo porque no solo manda un mensaje—dice con una pequeña risa que me contagia.

—Es extraño—asiento con la cabeza convencida.

—Lo es.

Después me voy a la cafetería para encontrarme con Dani y Marco.

Ya pasó una semana desde que me enfermé, la verdad es que ni siquiera recuerdo el dolor, me siento mucho mejor y completamente sana.

Dani intenta subirle el ánimo a Marco diciendo chistes malos que lo hacen sonreír de vez en cuando mientras niega con la cabeza.

—¿Cómo se le dice a un veterinario en inglés?—dice ella y veo como Marco suelta un suspiro.

—¿Cómo?—él le sigue la corriente y eso me hace sonreír.

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