Capítulo 20

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-PRIMERAS CITAS-
Maybe- James Arthur

Me veo en el espejo y me analizo, los pantalones oscuros se ajustan a mi cintura y una camisa negra con cuello blanco se asoma un poco debajo de la chamarra de cuero de Zed y unos tenis blancos adornan mis pies.

No está mal y la verdad es que me siento cómoda.

Diva, perra, potra.

Luego me acerco y veo mi cara, las pecas a veces me gustan y a veces no, hoy en especial me hacen sentir cómoda, la ligera capa de rimel hace que mis ojos se vean grandes y el azul de mis ojos resalta más, decidí dejar mi cabello lacio porque no me quería ver demasiado arreglada.

Me doy la vuelta con las piernas temblorosas y obviamente me encuentro con los dos seres más chismosos de la tierra.

Lana y Dani gritan internamente mientras chocan las manos.

—Esa es nuestra creación—dice Lana, Dani chilla y toma una foto con flash haciendo que me de ganas de reír.

¿Qué puedo decir realmente?, ¿Por qué aunque ya he visto a Zed antes siento estas fuertes emociones vagar por mi cuerpo?, ¿Será que alguna vez sus ojos dejarán de tener algo nuevo?, ¿Será que en un momento dejaré de sentir el nudo en mi estómago?, realmente no estoy segura, lo único que sé es que esta es mi primera cita en mucho tiempo, y no sé qué carajos pasa antes, durante y después.

Estoy propensa a cagarla porque soy yo.

—¿Por qué siento que esto acabará mal?—pregunto y Dani junto con Lana se acercan.

—Porque es algo emocionante, aunque Zed es tan bueno que la cagara junto contigo en dado caso—dice Lana y yo sonrío un poco.

—Ya son las 7:00–avisa Dani y suelto un suspiro.

Caminamos hasta la puerta y me doy la vuelta.

—Si pasa algo nos llamas, Marco tiene el carro listo para irte a buscar—dice Dani como aquella vez yo lo hice.

Me acerco y la abrazo con fuerza, ella hace lo mismo y me aguanto las ganas de llorar.

¿Pero qué carajos, me va a bajar o qué?.

Me separo de ella y le digo adiós a Lana comenzando a caminar.

—Cuídate hija—grita ella haciéndome sonreír.

Suelto otro largo suspiro y camino hasta la puerta de la residencia, bajo la mirada y cuando la devuelvo lo veo.

El aire hace que mi pelo se mueva y la temperatura baja significativamente, los nervios se multiplican muchísimas veces al ver cómo sostiene una orquidea azul en su mano mientras me mira atentamente, ¿pero acaso puede haber mejor imagen que esta?.

Se acerca y yo también lo hago, lleva puestos unos jeans negros junto con unas botas del mismo color y una camisa gris se asoma debajo de su sudadera negra.

Sus rizos caen a lado de su frente y se ve hermoso, cuando estamos cerca me mira de arriba a abajo y una sonrisa se asoma en sus labios.

—Creo que nunca me cansaré de verte con mi chaqueta—murmura y yo sonrío un poco, toma mi mano y pone la flor en ella.

—Esto es para ti—dice y me sonrojo un poco.

—Wow, Zed, es preciosa—murmuro viéndola, su azul es tan fuerte que me quedo embobada.

—Son del mismo color de tus ojos—dice él sacándome de mi transe.

—Te encanta ponerme nerviosa ¿cierto— él se ríe.

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