Capítulo 40

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-ÚLTIMAS MIRADAS-
Hurricane- Tommee Profitt

Nuestra última mañana arribó, mentiría si digo que no me quedé toda la noche despierta, tenía miedo de cerrar los ojos y que cuando los abriera él ya no estuviera ahí.

Pero la verdad fue que me acarició lentamente el cabello y dejó un beso sobre mi cabeza.

Alcé la mirada y deseé despertar todos los días a su lado.

La luz que entraba por la ventana alumbraba su hermosa piel de porcelana y le daba ese brillo especial a su sonrisa.

Con los ojos medios abiertos él murmuró un "buenos días".

Y me grabé esa imagen para jamás olvidarla.

—Buenos días—le murmuré en su rostro y luego dejé un beso sobre aquellos dulces labios rosados.

Nos levantamos y él se lavó la cara.

Con un poco de pereza le seguí al baño y recordé que me había comprado un cepillo la noche después que dormí con él por primera vez.

—¿Qué es esto?pregunto cuando en mis manos él entrega un cepillo color crema, es pequeño y el cabezal de este es de color gris.

—Una excusa para que no te tengas que ir tan temprano cuando quieras dormir conmigodice, mis mejillas se tiñen de rojo y lo veo con ternura.

—Es muy pequeñole digo, él me toma de los brazos y antes de besarme murmura.

—Es como tú.

Sonreí cuando tomé aquel objeto y después le puse pasta, Zed ya había salido para arreglarse.

Me miré en el espejo y me lave la cara, lucía un poco cansada para ser honesta.

Cuando salí ví que tenía unos jeans míos sobre sus manos.

—Le dije a Dani que te trajera ropa—me dijo

—Ashton está con ella ¿cierto?—pregunté con cierto tinte de diversión.

—Fue un todos ganan—bromeó, me tomó de la cintura y me tiró sobre el colchón.

Me reí fuerte y mi panza dolió.

Ese dolor que tanto amaba.

Te amomurmuró, acaricié su pelo y él cerró los ojos complacido.

—Te amo—le dije también.

Tomó mis mejillas y me besó con fuerza y ganas.

Aquellos minutos se me hicieron cortos.

Era la primera vez que tardabamos tanto, su sabor y sus movimientos no eran suaves pero tampoco bruscos, solos llenos de una necesidad que no había sentido nunca de su parte.

Cuando estaba apunto de separarse bajó el ritmo y apretó mis caderas.

Y luego me beso con delicadeza.

Mis manos estaban hundidas sobre su hermoso y suave cabello.

Fue aquel beso que hubiese querido me durara toda la vida.

Lo que pasó después fue que me dirigí a mi cuarto, no sin antes pegarme a su pecho.

—Promete que no te irás—le dije, sus ojos miraron a los míos y deseé que lo prometiera.

—Estaré mientras pueda estar, y si alguna vez no estoy, recuerda lo que dije ayer—me pegó a su frente por última vez y ví sus ojos.

"Promete que te levantarás, promete que te enamorarás de nuevo, no quiero que pienses que yo fui tu final...porque el que tú hayas sido el amor de mi vida no significa que yo haya sido el de la tuya, así que sé feliz mi pequeña humana"

OUTDATEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora