Epílogo

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-TODO TIENE UN FINAL-
All i want- Kodaline

El final siempre está tan cerca que jamás te das cuenta cuándo llega.

¿Cambios?, ¿los has sentido?, ¿te han gustado?.

Él fue un lindo cambio, uno que sucedió ventana tras ventana, mirada tras mirada, todo en un perfecto momento.

Una linda historia.

Tal vez una normal.

Sin embargo, valió la pena contarla.

¿Qué fue lo qué pasó exactamente después de su muerte?

Mi alma se rompió, eso fue seguro.

Después de la tarde de su funeral me quedé ahí empapada el resto de la noche, Ashton me ofreció su paragua y compañía.

Eso nos unió de una manera sin igual.

Nos volvimos un soporte fundamental para el otro.

—Vamos Adeline... vamos—murmura él sobre mi hombro, yo dejo que me ayude a levantarme y puedo ver casi el amanecer.

Entonces recuerdo.

El cumpleaños de Zed:

—Vamos a ver el amanecerle dije.

Ashton eligió buenos sueñosrespondió y yo sonreí.

Sabía que lo sabíasmurmuré con un pequeño puchero.

—No eres buena disimulando pequitasdijo y yo lo empujé ligeramente.

Subimos hasta la terraza y ahí aún estaba oscuro, aunque poco a poco el color cambió a morado y luego azul claro hasta que un naranja comenzó a nacer desde el cielo y se convirtió en un perfecto conjunto de colores que se volvieron en la luz en sí que ilumina en un día nuevo.

—Feliz cumpleañosle murmuré, él rodeó mi cintura y yo pegué mi cara a su pecho.

Ver atardeceres y amaneceres se había convertido en nuestra cosa y ni siquiera lo noté, y ahora que lo hacía él ya no estaba.

Me detuve y Ashton hizo lo mismo, cerré los ojos y puse ambas manos en mi corazón y por un segundo pude sentir su pecho pegado a mi espalda.

Yo era la perfecta definición de un cuerpo sin alma, una mirada sin esperanza y un corazón sin amor.

Porque la vida me había quitado lo que yo más había amado y seguía amando en esta tierra.

Sin dudar, sin parpadear.

Simplemente un quieto pecho sin bombear.

No sonidos, no más que un silencio abismal.

Lo malo de perder al amor de tu vida es que se lleva una parte de ti que jamás regresará.

Para mi los días no tenían sentido, vivía porque era como tenía que ser, pero realmente yo estaba muerta por dentro.

—Adeline—la voz de Dani me saca de mis pensamientos, la verdad es que solo sobrevivo por ellos.

La miro y ella se ve triste también.

—Tienes que comer—me dice pero yo vuelvo a mirar un punto específico, veo la hora y son las 7:01.

No tengo hambre y tampoco quiero comer.

Después de enviarme el primer correo:

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