Capítulo 16

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-ACERCAMIENTOS-
Mercy- Shawn Mendes

La verdad no entiendo muy bien el
por qué se interesa en explicarme.

—Por favor—dice él, Dani suelta un suspiro largo y se que lo está pensando muy seriamente.

Tengo un poco de duda de que quiere explicar, no somos nada, ni siquiera se si esto se puede llamar amistad o un simple acto de caridad.

—Si ella te dice que te largas, te largas—le dice severamente.

La verdad es lo que yo hubiese hecho.

Cuando escucho unos pasos me cubro más la cabeza y aprieto con fuerza la sábana.

—Adeline—murmura, al escuchar su voz cerca mi piel se eriza, ni siquiera sé si puedo estar en esta posición sin perder mi dignidad.

—Perdón, yo... mi estúpido padre tuvo unos problemas, no pude enviarte un email—dice, siento su toque en mi mano sobre la tela que divide nuestras pieles, me da nervios pero me siento triste aún, se que tiene una excusa la cual puede que sea real.

—No... no importa—murmuro tratando de no sonar tan mal y trago saliva porque me siento un poco deshidratada.

—Claro que importa, no esta bien que te deje esperando, aparte estaba lloviendo y creo que conozco un poco tu nivel de distracción para saber que no llevaste un jodido paraguas—dice él y yo sorbo mi nariz lo más bajo que puedo pero fallo.

—Está bien—digo, la verdad no tengo derecho a pedirle las mil explicaciones, y es lo único que puedo decir sin sonar como una bebé llorona.

¿Qué carajos me pasa?.

—No está bien, ¿podrías quitarte la cobija?, quiero verte... por favor—pide amablemente, es difícil querer indignarse y sentirse mal si dice ese tipo de cosas.

Pienso seriamente y no estoy preparada para que vea mi cara hinchada y roja.

Así que solo bajo la manta un poco para poder verlo.

Cuando la imagen de él se refleja en mis pupilas mi corazón se encoge, su cabello está completamente mojado, y tiene un pequeño golpe en el pómulo, se ve rojo pero comienza a tener tintes en color verde, abro los ojos y su expresión se relaja, las comisuras de sus labios se levantan ligeramente y yo lo miro sorprendida.

—¿Qué te pasó ahí?—digo preocupada mientras saco mi mano y señalo su pómulo.

—No es nada, un pequeño accidente—responde pero no creo nada de lo que dice, ¿pequeño?, al parecer soy la única de los dos que en serio ve el moretón en su rostro.

—Eso si es algo Zed, ¿estas bien?—sigo diciendo, toco su piel y mi mano tiembla ligeramente, veo que hace una mueca y cierra los ojos, no se por qué me da la sensación de que aguanta el dolor solo para que yo no quite mi tacto de su piel.

Después de unos segundos me separo y él abre los ojos, me preocupa demasiado, no es normal que esté golpeado, no es nada normal.

Recuerdo el motivo inicial de la conversación y se me hace insignificante con respecto a la situación actual.

—No tienes porque darme explicaciones, ni siquiera sé si somos amigos—le digo y veo como baja la mirada apretando la mandíbula en el proceso.

—No busco ser solo tu amigo Adeline—responde él y una sensación me recorre la espina dorsal.

¿A qué carajos se refiere?, no me gustan las indirectas porque son confusas, y las cosas confusas me estresan más de lo que deberían.

—¿Qué es lo que estás buscando exactamente?—pregunto, una carga eléctrica se aloja en mi pecho cuando roza mi mano con la suya, sube la mirada y se clava en la mía intensificando todos aquellos sentimientos que tengo cuando lo veo fijamente.

OUTDATEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora