Capítulo 35

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-ÚLTIMAS VERDADES-
Stay-Rihanna ft. Mikky Ekko

Nunca había invitado a nadie a una cena de fin de año, desde hace tiempo (como ya saben) nadie había entrado en mi vida y sinceramente era una persona que amaba aislarse del resto.

Pero ahora después de aproximadamente 6 meses estoy aquí, en un avión junto a 4 seres que me acompañan a pasar Año Nuevo en casa.

Así que Zed debería sentir esto como un privilegio.

Dani está totalmente dormida en el otro lado del pasillo y Ale y Ciara le toman fotos que seguro usarán para chantajearla después.

Por otro lado en mi hombro cargo con la cabecita de un tranquilo Zed, sus labios ligeramente abiertos expulsan aire y sus pestañas se ven demasiado largas desde este punto.

Es como un bebé, tranquilo y sin preocupaciones.

Y siendo sincera no tiene ninguna, prácticamente mis papás lo adoran.

Cuando el avión aterriza tengo que lidiar con un dormilón chico.

Últimamente parece más cansado y apagado, como si estuviera exhausto.

Sin mencionar que ha adelgazado un poco.

Le pregunté qué es lo que estaba pasando, pero él me tranquilizó diciendo que había ido al médico y le dijeron que eran síntomas de estrés.

Aunque eso no me tranquiliza para nada.

Por eso y más razones decidimos que un respiro de todo en Los Ángeles era lo que necesitábamos.

Al llegar hasta el lugar donde recogeremos el equipaje guío con cuidado a Zed quien se agarra de mí e intenta mantener los ojos abiertos sin mucho éxito.

—Tranquilo cariño—digo cuando hace un puchero al no poder hacer nada, realmente esta cansado, y todo por culpa de su padre.

Realmente pensé que era buena persona, pero al ver todo lo que hizo en la cena quedé muy confundida.

Cuando mi padre viene hacia nosotros nota inmediatamente la actitud de Zed y hace una mueca de preocupación.

—Está muy cansado—digo mientras le tomo de la mano.

—Yo llevaré las maletas hija, tú encárgate del grandulón—responde y yo asiento mientras intento caminar.

—Hola señor Adams, es un gusto verlo de nuevo—dice Ciara con una sonrisa tierna y mi padre se la devuelve amablemente.

—Awww, las gemelas, y Dani, que bueno que vinieron—dice mi madre mientras las abraza cariñosamente.

Ellas lo hacen también y no puedo dejar de pensar en que soy una familia para ellas realmente, siempre les faltó ese amor materno y me encanta saber que reciben un poco del infinito amor de mi madre.

—Bueno, vámonos, antes que Zed aplaste a Adeline antes de llegar al carro—murmura mi madre divertida y ayudamos a mi chico a llegar hasta la camioneta.

El recorrido se hace corto realmente, mi madre me cuenta de todos los chismes habidos y por haber de la ciudad y siento que realmente regreso a casa, al menos por unos días; aunque todo se siente diferente.

En cuanto nos estacionamos frente a mi casa la miro y es como si me viera a mi misma salir de aquella puerta ese 8 de julio, una Adeline buscando un cambio, aquel cambio que salvó mi vida.

Que nostalgia.

Abro la puerta y Zed despierta.

—Prometo ya pararme por mi cuenta, dame dos minutos—me dice y yo asiento, me bajo del auto junto a mis padres y las gemelas.

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