Capítulo 32

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-REALIDADES-
12:15- Etham

Te amo.

Una palabra realmente fuerte, ¿pero qué significaban aquellas cinco letras y dos palabras?.

¿Alguna vez lo había sentido?, creo que no, pensé que había amado a Peter, pensé que había sido amor, pero no lo fue.

Así que no sabía que era amar a alguien de una manera tan arrolladora.

No sabía si todo lo que sentía por Zed era amor.

Pero tenía la seguridad que era la primera vez que mi cuerpo tenía tantas emociones hacia una persona.

Me quedo callada mientras veo sus ojos, aquellos mismos ojos que me envolvieron tan fuertemente desde la primera vez.

—No tienes que decirme nada—me murmura, cierro los ojos y arrugo su sueter mientras suelto un suspiro.

Odio no dar respuestas, pero no soy el tipo de personas que mienten con sus sentimientos.

—No estoy segura de lo que significa, pero... pero siente—pongo su mano en mi pecho para que sienta lo mucho que mi corazón late.

—No he sentido esto por nadie, y no sé si es amor.....pero Zed a veces es tanto que duele—le digo, él acuna mi cara entre sus manos y deja un beso en mi frente, otro en mi nariz y antes de sellar sus labios con los míos me mira con tanto de algo que sé que de alguna manera nuestras almas están conectadas.

Nos quedamos un rato más en ese lugar y vemos más aviones aterrizar sobre nosotros, la verdad es que me quedo maravillada porque nunca había estado tan cerca cuando lo hacen.

Se nos va el tiempo entre pláticas que son profundas y graciosas.

—¿A que te referías cuando decías que las palabras duelen más que el silencio?—le pregunto.

Otro avión aterriza en ese momento y yo sonrío.

El cielo estrellado es una obra de arte y la luna custodiándonos me hace sonreír.

Esas luces espaciales siendo inconscientemente testigos de todo este momento.

—Las palabras duelen, a veces es mejor solo no decir nada porque ya lo sabes todo.

—No siempre hablar soluciona las cosas, no siempre lo necesitas, hay cosas que se rompen y no tienen más remedio que el silencio—la manera en la que dice eso es personal, sus ojos se encuentran con los míos y me sonríe.

—Eres sabio—digo, él suelta una risa y yo también lo hago.

—No lo soy.

Nos quedamos en silencio un momento más y pongo mi cabeza sobre su hombro.

Veo algunas luces al fondo y recuerdo aquella vez en la que dejamos esos mini globos irse al cielo con nuestros deseos.

Volver a brillar.

—¿Alguna vez imaginaste que estaríamos así?—le pregunto, escucho como suelta un suspiro.

—Siempre supe que seríamos algo bonito—me separo de él lentamente y lo veo a los ojos.

Aquello me hace sentir algo indescriptible en el pecho.

Él me ama.

Y lo hace de una manera en la que nadie lo ha hecho.

Bajo la mirada a sus labios y en un movimiento me siento a horcajadas sobre él.

Acaricio su pelo y él me toma de la cintura mientras alza la mirada para verme.

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