Midnight x Fem!Reader

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Toro Kajiyashiki es lider de la mafia Yakuza más grande de Japón. Una de las personas más temidas y repudiadas, pero también con un gran nivel de respeto por parte de los criminales.
Sus logros son leyenda, carga con una cantidad de crímenes insierta ya que la gran mayoría se mantienen clasificados y lo más impresionante es que este no posee quirk alguno, solo una gran habilidad para persuadir y manipular personas con su mero ingenio. Es sabido por las autoridades que en los últimos años a estado haciendo alianzas con villanos de renombre y se cree que podría estar asociado con la actual liga de villanos.

Es de conocimiento público que ha dejado varios hijos en el camino pero tanto sus paraderos como el resto de la información es desconocida.

Estado actual: busca y captura.

...

— ¿Esta es la real?— lo único que tenían de parecido eran el nombre, tanto el apellido, la edad e incluso la foto eran diferentes en cada identificación, teniendo en una de ellas un llamativo violeta por cabello.

Pero si podía guiarse con algo era con la imagen, sin duda había diferencia de tiempo entre foto y foto, y probablemente en la que se vea más joven sea la primera, por ende la real.

— ______ Kajiyashiki; Maebashi, Prefectura de Gunma; fecha de nacimiento... ¿Qué?— había algo mal en los datos, algo que hizo que sus ojos se iluminarán.

PLAKA!

Un fuerte estruendo seguido de un pitido se escuchó desde la habitacion de al lado.

— ¿¡______!?— cerro el cajón y se guardo la identificación para salir disparada hasta el baño, entrando estruendosamente— ¿¡Estas bien!?

— No seas mal educada, tenes que tocar la puerta antes de entrar— fue regañada por la morocha que se encontraba sentada sobre la cisterna del inodoro con total calma.

— ¿Qué fue ese ruido?

— Saltó la tapa de esta cosa, a veces pasa— explicó mientras bajaba con cuidado— De todas formas ya terminé de bañarme.

— ¿No te vas a secar el pelo?— esta se tomo la libertad de acercarse para pasar disimuladamente sus dedos por las húmedas mechas de la menor.

— Nah, estoy bien, de todas formas no tengo secador— se encogió de hombros sin darle mucha importancia.

— Así es como te enfermas, tonta— agarró una toalla y la tiro sobre su cabeza, moviendola bruscamente para secar su cabello.

— ¡Ei ei! ¡Yo no me enfermo por tonterías!— con algo de esfuerzo logró zafarse, agarrandola por la muñeca— esta vez tuve un pequeño descuido, pero no volverá a pasar— bufó.

— Entonces déjame cuidarte, ¿qué queres para almorzar?— preguntó como si nada, ganándose una sonrisa de la morocha.

— Si logras hacer algo con lo poco que hay en la heladera sin duda me lo comeré, no he tenido tiempo de hacer las compras— la liberó de su agarre solo para cruzarse de brazos y mirarla con un aire retador.

— Ya veo... entonces iré ahora— sin darle tiempo a quejas salió del baño.

— ¡No, veni para acá!— salió a perseguirla, tampoco había llegado muy lejos en esos dos segundos— ¡No sigas gastando plata así! Ya bastante con que pagaras mi alquiler.