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— ¿Me estas diciendo que conseguiste a una señora para que cuidara tu casa?— se recargó sobre los lockers, a un lado de la morocha.

— ¿"Señora"? ¿Por qué asumes que se lo pedí a una señora?— evitó el contacto visual.

— Sonreías como una boluda mientras hablabas de ella. No te hagas, te gusta— esbozó una sonrisa orgullosa ante su descubrimiento pero el fuerte sonido de la puerta del locker siendo azotada le hizo pegar un brinco.

— Ni se te ocurra volver a decir eso— amenazó, logrando intimidar al contrario.

— ¿Qué pasa con esa reacción? Que te guste alguien no es nada malo— se encogió de hombros.

— ¡Yo no me enamoro de nadie, que te quede claro!— y antes de que pudiera atentar en contra de su salud física el encargado los llamo.

— ¡Ustedes dos! ¡A trabajar!

— ¡Si!

Se dejaron de tonterías y fueron a sus puestos, aunque las tonterías continuaban de vez en cuando.

— ¿Es esa?

— No.

— ¿Y esa?

— Dije que no quería seguir con el tema, ¿podes cerrar la boca?— regañó dándole un golpe en la frente.

— ¿Pero si viene me lo dirás?— preguntó haciendo puchero, mientras sobaba su frente.

— Claro que no— le dio la espalda y se recargó sobre la mesada— y ella no vendría solo a verme, así que deja de señalar a las que me miran.

— Querida, todas te miran— en ese momento la campana de la puerta sonó— por ejemplo esa que acaba de entrar, sus ojos se fijaron en ti al instante— se burló pero ______ la había reconocido.

— ¡Yaomomo! Nunca te había visto por aquí— se acercó con una gran sonrisa.

— Estaba de paso y quise ver si ya estabas trabajando— ______ fue encandilada por una de sus radiantes sonrisas.

— Bueno, no hay muchos clientes, si quieres puedes pedirte algo y platicamos de nuestra semana, ¿Qué te parece?— propuso con una gran alegría.

— Claro— soltó una pequeña risa al ver lo entusiasta que se veía su amiga.

La acompañó hasta la barra, donde se encontraba Shindo.

— ¡Buenos días, señorita! ¿Qué puedo servirle?— preguntó amablemente el chico.

— Un té de hiervas está bien— pidió con calma.

— ¡Sale un tesito!— rápidamente se puso a calentar agua.

— ¿Cómo estuvo tu entrenamiento con...? ¿Con quien habías ido?— en un intento de sacar conversación quedo como una boluda.

— Uwabami, y no fui la única, Itsuka Kendo también estuvo allí— dijo con gran emoción.

— ¿Y esa era...?— la miró esperando que la morocha le diera una respuesta.

— La chica pelirroja de la clase 1-B, ¿no la recuerdas?

— No, lo siento— río nerviosa— solo recuerdo al chico de pelo violeta que controla mentes... ¿Shinso?— ante su comentario Momo soltó una pequeña risa y ______ la miro confundida.

— Ese chico no era de la clase 1-B, era del departamento de estudios generales— aclaró entre risas.

— Bueno casi— estuvo a punto de acomodarse cuando la campana de la puerta sonó— ¡esa es mi señal!— rápidamente se levantó para hacer su trabajo.

— Aquí esta su té, señorita...— dijo el chico dejando el té frente a ella— lo siento, eres amiga de ______ y ni siquiera me presente, mi nombre es Yo Shindo, un placer— se presentó formalmente.

— Momo Yaoyorozu, soy su compañera de clases, mucho gusto— correspondió de una forma amable y elegante.

— ______ habla miserias de su grupo cercano, pero no creo que tu entres ahí, ¿o me equivoco?— preguntó ya que tampoco la había visto cuando su grupito la había venido a buscar.

Momo sonrió al hacerse una idea de a quienes se refería— No te equivocas para nada, aunque no me extrañaría que me haya mencionado alguna vez de forma indiscreta. Es algo grosera en ocasiones— habló tiernamente de semejante bicho mientras se acercaba el té a la boca.

— Si, es una soreta, verla tan amable con los clientes llega a ser escalofriante— ambos rieron ante el comentario.

— ¿Ya se llevan bien?— la mencionada volvió con una mueca en su rostro.

— Solo nos burlamos de vos— respondió Shindo con una sonrisa engreída.

— Pedaso de idiota, déjate de joder y anda a preparar un capuchino y un americano.

— Yendo.

— ______, tus manos se ven mejor— notó lo despejadas que se veían sus extremidades— ¿Finalemnte fuiste a un médico?

— Ni ahí, logré graduar el nivel de daño que recibe mi piel, ahora salgo ilesa— no iba a dejar que un médico le quitara mérito, se apresuró para alardear de su gran mejoría.

— ¿Dices que no has ido a ningún medico por esas heridas?— el azabache estiro la oreja y se metió en la conversación

— Si he ido, esta el medico que trata a mi familia... como sea, eso no importa— se apresuró a descartar el tema con inquietud— ¿Entonces entrenaste junto a Itsuka?— cambió el tema.

El par se miró con algo de duda pero prefirieron no insistir ya que ______ podría enfadarse, y continuaron hablando de su semana con total normalidad.











Estoy re colgada con el Genshin, no me maten.

Midnight x Fem!ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora