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— ¿Les dejaron salir antes?— alzó la voz uno de los estudiantes.

— Seh, Midnight-sensei solo quería que nos disculparamos— ______ respondió alzando los hombros de manera desinteresada.

— ¡Eh! ¿¡Lograste que Bakugo se disculpara contigo!?— a más de uno le llamó la atención.

Obviamente Mina no se había molestado en cerrar la boca, apenas se encontró con sus amigos soltó la lengua. Kirishima no estaba muy convencido de andar contándolo, pero terminó avalando el testimonio de su amiga.

— Tsk- lo hice para salir de ahí— gruñó el cenizo— como sea yo me largo— amago con irse pero su atención fue dirigida a un lugar en concreto; las vendas de ______ estaban tomando un ligero tinte carmesí— Tu cuello esta sangrando, ve a curarte— se acercó un poco para murmurarle al oído y luego se marchó hacia el ascensor.

¿Y este desde cuando es tan mandón?— subió disimuladamente la mano hasta su cuello, tirando de la camisa para tapar donde creía estaba la mancha— Ey, espera— se apresuró en llamarle la atención al rubio.

— ¿Te irás a acostar?— se interpuso la adorable morocha en su camino.

— Puede ser, pero primero quiero darme una ducha, tengo el cuerpo adolorido— los mente sucias de sus amigos mal interpretaron eso de una forma exagerada.

— Oh, esta bien, descansa— Momo no era uno de ellos.

Una vez al ascensor llegó ______ se subió y ya en su habitación se tiró de cara a la cama.

— Que agotador es esto... si sigo así tarde o temprano se enterará todo cristo en esta pocilga...— su mente cansada no lograba ver un futuro positivo para ella y todos en la academia, la duda y el miedo la carcomian por dentro.

La vibración de su teléfono al recibir una notificacion la distrajo un poco. Levantó la cabeza y estiro el brazo con pesadez hasta el aparato.

Número desconocido:

"Me dejaste preocupada."
"¿Estas bien? ¿Queres que vaya?"

Le llamó la atención no tener el número registrado, eso significaba que no era ninguno de sus compañeros, podría ignorarlo pero luego de revisar la foto de perfil, eso ya no era una opción.

"E"

La boluda se puso nerviosa y mandó una letra sin sentido por accidente, no esperaba que esa mujer le escribiera y no sabia como contestarle. El teléfono casi se le cae de las manos al recibir una llamada entrante.

— ¡Si!— atendió rápidamente.

— ¿Qué fue esa respuesta? No me asustes, niña— la voz resongona de su profesora salió del altavoz.

— Pero cerra la boca, ¿vos como conseguiste mi teléfono?— su tono se oía molesto pero su expresión estaba llena de nervios, algo que Midnight no podía percibir.

— Se lo pedí a tu hermano, ______ estabas teniendo un puto ataque de pánico en la clase, por favor dime que pasó— su tono tan preocupado y cariñoso le heló la sangre.

— M-Me puse a pensar de más, eso es todo— se sorprendió a ella misma al escuchar el temblor en voz.

— Ya veo...— no parecía muy convencida con la respuesta— estaré ahí en veinte minutos— cortó la llamada sin esperar la aprobación contraria.

— ¡Kayama...!— el tono al finalizar la llamada fue el detonante de un berrinche— ¡Zorra malparida! ¡NO ME CORTÉS!— le grito al teléfono y luego lo tiró bruscamente contra la cama— ¡NOO! ¡NO MUJER, NO!— pateó un par de cosas por el cuarto y cuando logró calmarse se apresuró en trancar la puerta— Las bolas vas a entrar— hizo una pequeña barricada frente a esta.

Midnight x Fem!ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora