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— ¡_____, tienes nominaciones de héroes increíbles! ¡Deja de romper las bolas y elegí uno, idiota!— regañaba Jiro.

— ¡No me grites! ¡En serio no tengo ni idea a cual ir!— se excusaba intentando mantener la calma.

— No hace falta que griten, _____ si quieres te ayudo a elegir— una vez más Momo estaba allí para salvarle el culo.

— ¡Yaomomo, deja de consentirla!— volvió a quejarse Jiro.

— Na-ha estas celosa— se inclinó más hacia la morocha mientras miraba a la rockera con una sonrisa.

— N-No... ¡idiota!— le dio una patada por debajo de la mesa mientras intentaba disimular su rubor.

— Dejen de pelear, estamos comiendo— el resto de chicas en la mesa le reclamaron al escandaloso par.

...

______ y Yaoyorozu quedaron en juntarse el fin de semana, un día antes de la fecha limite para arreglar con quien se iría ______. Más a la noche la morocha mayor concurrió a su trabajo como mesera en la cafetería y luego de eso llegó a su casa esperando encontrarse con la cama.

— ¡Hice guiso!— el chico albino apareció con una olla llena de comida desde la puerta de la cocina.

— Ah, si— había olvidado el pequeño detalle con pelo, pero no le costaba nada darle su tiempo.

Con un par de platos en la mesa ya estaban listos para comer.

— ¿Cómo estuvieron tus clases, hermanita?— preguntó con una amplia sonrisa.

— Es espeluznante que me lo preguntes así— soltó un suspiro resignada y pasó a contarle— Ya nos dieron las listas con las nóminas, la semana que viene tenes la casa sola así por favor no rompas nada— dijo con un semblante serio mientras se llevaba la comida a la boca.

— ¿La semana que viene?— le costo hacer los cálculos pero pudo— ¡Lo siento, pero tengo que irme el martes! No puedo dejar al Topito solo tanto tiempo.

Eso dejo a ______ pensando en frío. Si nadie se quedaba en la casa por una semana era casi seguro que alguien se meteria a robar.

— Supongo que me tendré que quedar...

...

Al día siguiente ______ asistió a clases con un pésimo ánimo, y eso se notó bastante. Si bien no parecía triste, se podía notar más desanimada de lo normal, en clase solo movía vagamente el lapiz por la hoja, mientras su otra mano posada sobre el hombro contrario.

— ¿______, quieres un dulce?— ofreció el chico sentado detrás de ella.

— ¿Eh?— se volteó con pereza.

— Te ves muy decaida, esto te subirá el animo— esbozó una tierna sonrisa, realmente no creía que funcione pero era un detalle muy lindo de su parte.

— Gracias 'kido— terminó de darse la vuelta para apoyarse en el escritorio del chico— ¿Puedes pasarme los apuntes más tarde?

— Claro.

— ______, ¿podemos hablar?— la profesora de turno se había acercado a la chica.

Midnight había estado atenta a cada uno de sus lentos movimientos durante la hora de estudio, se moría por saber que era lo que la tenia así.

— Uhm— solo asintió vagamente y se levantó, siguiéndola hasta el pasillo.

— ¿Todo bien?— preguntó al aire, ya que la contraria estaba en la suya.

— Si... creo— rascó su cuello con algo de incomodidad, realemnte aun le preocupaba la forma en la que le plantearía su problema a su profesor.

— Si, creo que no. Ven sígueme— le mostró una sonrisa reconfortante y rápidamente se puso a caminar no sin antes asegurarse que la morocha la estaba siguiendo.

Midnight x Fem!ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora