24.*Derrota de los Haruno*

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Ya había pasado una semana entera desde que estaba de viaje con Itachi, quizá las cosas eran un poco frustrantes, pero no se quejaba entendía que desde un principio el viaje era por el trabajo de Itachi, pero aún así no entendía como es posible que saliera tan temprano de casa y volviera tan tarde en la noche.

Deidara por las tardes aveces salía a dar una vuelta en el parque o caminaba por ahí cerca de casa. Y siempre a esa hora hablaba con Naruto y Gaara, estaba preocupado por Naruto, Gaara dice que estos días lo ha notado muy extraño.

Estaba pensando en aceptar la propuesta de Itachi, quizá le hacía falta otro ambiente y les gustaría la casa de los Uchiha donde podrían cuidar bien de ellos dos y así no tendría que preocuparse. Esto lo hablaría con Itachi cuando llegara de trabajar, por mientras se concentraría en preparar la cena, por lo que había visto en estos días a Itachi le gustaba mucho la comida preparada en casa.

Hoy haría un platillo sencillo con arroz, verduras y carne, con un agua de frutas, y esto sería la cena. Ya le tenía el tiempo contado a Itachi, y con esto podía presentir a qué hora llegaría, faltaba media hora para que llegara, sino llega a esa hora llegaría en una hora más tarde.

Se dobló un poco las mangas de su camisa hasta sus codos. Puso el arroz a cocer y después se dispuso a cortar la verdura en trozos pequeños.

~•°•~

- Señor Uchiha, por lo que nos presenta en estos documentos la empresa de la Señora Uchiha Mikoto, fallecida, siempre debió haber estado en las manos de sus hijos, Uchiha Sasuke y Uchiha Itachi, pero fue tomada por la familia Haruno sin una razón justificada.

- Así es, señor.– Respondió Itachi sin basilar.

- Existen testimonios y documentos que lo confirman, que la empresa es de los señores Uchiha, la empresa de la señora Mikoto volverá a las manos de su hijo mayor y por ende a las de su hijo menor. Por lo tanto queda bajo cargos el señor Haruno, además de pagar los daños a la empresa que serían de unos quince millones aproximadamente, más el precio de las ganancias que obtuvieron a nombre de la familia Uchiha, que es unos sesenta millones de dólares, más la demanda presentada y su orden de aprehensión.

- ¡Esto no es justo! ¡Ellos mienten!

Se escuchó como el juez azotaba su especie de martillo contra el escritorio, dando la primera llamada de advertencia, sin embargo el señor Haruno siguió protestando.

- ¡Mikoto me dió la empresa a mí! ¡No tengo ese dinero para pagarlo!

- Señor, por favor siéntese.– Su abogado trataba de calmarlo.

- ¡Esto no es posible!

- Guarde silencio, por lo contrario será detenido en este momento. Segunda llamada de atención.– Demandó serio.

El señor Haruno se dejó caer en su silla y se agarró la cabeza con sus dos manos en modo de desesperación.

- Ya todo ha quedado claro para todos, ¿Alguna objeción?

- ¡Yo!

- Adelante.

- Yo no tengo el dinero suficiente para pagar esa cantidad, tengo una familia a la cual atender. Tengo una hija, por favor entienda, devuelvo la empresa pero libreme de esto.– Dijo con desesperación.

Itachi miraba todo con una pequeña sonrisa en su rostro, todo lo que quería ver antes ahora lo está viendo, la persona que más odiaba rogaba por salvarse de su propio delito.

- ¿Su hija es menor de edad?

- No, no...

- Entonces no hay problema alguno. La señorita es mayor de edad por lo tanto debe de saber como trabajar y conseguir su propio sustento.

- ¡No! ¡No! ¡Esto no puede ser! ¡Por favor yo no tengo la culpa de nada! Mikoto me dió la empresa a mí.

- No existe ningún documento oficial que diga que la señora Uchiha le dejo su empresa a usted.

Después de media hora más de estar discutiendo, la reunión se dió por terminada, Itachi salía del tribunal con una sonrisa de orgullo en sus labios. Había ganado contra los Haruno, en unos días podría volver a tomar la empresa y devolverla a lo que era antes. A Sasuke y a Shisui les encantará la noticia, pero antes había una persona a la que quería contárselo primero que a nadie, subió deprisa a su carro y condujo hasta su casa.

Estaba feliz, sentía como si aún estuviese soñando, parecía como si fuese el sueño que tuvo hace algunos años y que hoy se volvía verdadero. Estacionó el auto y bajo de prisa de el, apesar de que tenía sus propias llaves prefirió tocar la puerta y esperar a que Deidara abriera, su corazón latía desesperadamente y con su mano izquierda sostenía un ramo de flores.

«Se sentía como un niño tratando de enamorar a alguien»

Deidara abrió la puerta y lo primero que vió fueron esos hermosos ojos azules. El rubio le miró sorprendido y después sonrió levemente estirando sus brazos esperando a que Itachi le abrazara.

- Estoy en casa.

- Bienvenido.– Sonrió a un más al  recibir el abrazo, se abrazó fuertemente a Itachi.

- Deidara, tengo algo que contarte.– Dijo feliz mientras tomaba de la mano al rubio y lo guiaba a la sala pero antes cerró la puerta.

Deidara se sentó en su sillón y espero tranquilamente a qué Itachi comenzará hablar.

- Recuperé oficialmente la empresa de mi madre.

Sorpresivamente Deidara comenzó a aplaudir emocionado mientras le felicitaba. 

- Eso no es todo, decidí comprar un área de por aquí, el terreno abarca un gran pedazo de flora, y los árboles crecen enormes.

- ¡Oh, muchas felicidades Itachi!

- Pero lo mejor de todo es que lo compraré prácticamente a lado de la empresa de mamá. Y así podremos tener un lugar asegurado en donde quedarnos cuando estamos de visita otra vez aquí.

- Me alegra mucho Itachi que hayas podido recuperar la empresa y que estés decidido a comprar un terreno de por aquí, sin duda alguna a tu hermano le gustará la idea. 

Itachi asintió y estiró su brazo dándole las flores a Deidara, quién un poco confuso las tomó y le miró sin entender. 

- Eres mi amuleto de la suerte.

El Mesero [ItaDei] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora