Nada estaba bien, todo terminaba siendo peor, lo único que quería era ver a su madre feliz, quería complacer a su familia siendo la hija perfecta, quería que todos fueran felices, les obedecía sin rechistar, hacía caso en todo.
Sin embargo nada funcionó, no eran felices, estaba segura que sus padres se odiaban, por más que intentará arreglar las cosas entre ellos, jamás lo lograba, solo lo empeoraba. Sus lágrimas caían pero no hacía nada por limpiarlas, todo esto era su culpa, si desde un principio hubiera dicho que no quería nada de esto.
- Ya deja tu show Sakura.– Su voz era firme.
- Pero... Madre
- Entiende que tú eres la única que puede ayudar a tu padre y a mi.– Su voz seguía siendo ruda.– Ya no eres una niña ¡Comportate!
- ¡No quiero madre! No quiero esto.– Se derrumbó en el suelo cubriendo sus ojos tratando de controlar sus lágrimas.
La mujer mayor en silla de ruedas la observaba sin ninguna expresión.
- Eres mi única hija, tú tienes que sacar a tu padre de ahí.
- ¿Cómo, Madre? ¿Casándome con Itachi? ¿Vendiendole a mi hijo? ¡¿Rogándole que deje libre a papá?!
- ¡Ese es tu trabajo! ¡Yo pronto moriré y tú no puedes hacer solo eso! – Gritaba.
- ¡No! Sabes muy bien que papá hizo algo malo y tiene que pagar las consecuencias.– Sus ojos mostraban desesperación.– Yo no quiero esto...– Susurraba.
- Tienes que hacerlo, en cuanto te cases con Itachi le pedirás que deje libre a tu padre.– Le ordenó.
- ¡Pero yo no quiero casarme! – Gritó frustrada.– Siempre he hecho lo que querías para verte feliz, siempre trate de hacer todo lo que me pidieras, pero ya no lo soporto, madre por favor... No me pidas que haga eso.– Le rogó mientras lloraba.
- Pronto moriré y tú no quieres hacer algo por mi, tampoco quieres a tu padre. Nosotros te criamos.– Su expresión era dura con su hija.– Sakura si en verdad quieres a tu familia has lo que te dije.
Se dió la vuelta, pero detuvo su silla de ruedas al escuchar como su hija lloraba aún más fuerte.
- Yo no comprendo.– Dijo entre lágrimas.– Itachi me odia, no puedo obligarle a nada, no dejará libre a papá. He hecho cosas tan malas por ustedes madre.
- Ahora no depende de Itachi, sino del bebé que llevas en el vientre.
- ¡Pero no es justo! ¡No puedo chantajearlo así!
Abrió sus ojos de sobremanera al sentir el impacto de algo chocando contra su rostro, de un momento a otro se sintió mareada y un poco confundida tratando de enfocar su vista.
- Sakura deja ya tus berrinches y has lo que te digo. Si quieres vivir feliz y cómodamente tienes que obedecerme, ya casi no nos queda dinero y con tu matrimonio con Itachi nos beneficiaria.
Sakura abrazó su vientre haciéndose bolita en el suelo, escuchando de nuevo las quejas de su madre, cerró sus ojos y evitó pensar en lo que sucedería con ella a continuación.
~°•°~
llevaba un rato sintiéndose extraño, Itachi no paraba de mirarle, aún sentía la vergüenza por haberse metido a su habitación y peor aún el haber invadido su cama.
- Ya dije que lo sentía, deja de mirarme así.– Le fulminó con la mirada apretando sus labios.
- ¿Mirarte cómo? No te estoy mirando.
- Lo estás haciendo.
- No es cierto.
- Si cierto.– Le respondió de malhumor.
- Que no es cierto.
- ¡Si es cierto! ¡Me estás mirando! – Se exaltó y se dejó caer en el sillón haciendo un berrinche.
Itachi se comenzó a reír de Deidara, desde hace tiempo se dió cuenta de algo muy divertido, Deidara cuando se enoja se pone rojo hasta las orejas.
- Deja de reírte.– Golpeó a Itachi en el hombro con su pie.
Itachi le agarró del tobillo y lo jaló acercando mas al rubio.
- Déjame.– Se removió tratando de soltarse del agarre.
- ¿Te vas a calmar?
- No.– Le respondió ofendido para luego inflar sus cachetes.
Itachi soltó una carcajada y después se colocó encima de él, puso sus manos a cada lado de la cabeza del rubio quien le miró sorprendido.
- ¿Me das un beso?
Le preguntó con una sonrisa boba, Deidara no respondió solo le miraba con sorpresa y confusión.
Itachi acercó sus labios a los del rubio y lo besó, su corazón latía rápido sin duda alguna estaba emocionado. Devoró su boca, con descaro metió su lengua a los labios de Deidara.
«Oh sí, sus labios coincidían a la perfección»
El teléfono de Deidara comenzó a sonar, se separó de inmediato, tomó su teléfono y corrió a su habitación sin mirarle.
Se puso de pie sintiendo el gran problema que tenía entre sus piernas. Chasqueo la lengua y fue al baño de su habitación. Suspiró pesadamente y se desabrochó el cinturón de su pantalón.
~•°•~
Se sentía confundido e incluso algo idiota, desde la visita de Kakuzu no había dejado de pensar en ello, ya había escuchado su excusa pero no sabía si era verdad, tampoco es como si pudieran volver solo así como así. No, no podían hacer eso.
Ahora Kakuzu está casado tiene una hija y es dueño de la empresa de su familia, está más que claro que no podían volver, había aceptado su disculpa, pero no podía seguir aferrándose al pasado, sus heridas tenían que sanar tarde o temprano, no quería que siguieran infectandose de remordimientos y sentimientos vacíos.
Ya había aprendido muchas cosas, y una de ellas es dejar ir el pasado, quizá siga amando a ese hombre por el que ha guardado su corazón, pero así como sentía amor por él, también sentía amor por si mismo; y si tenía que escoger entre uno de los dos escogería sin dudarlo su propio amor.
Jamás negaría que fue muy feliz en sus años de noviazgo, pero ahora las cosas son muy diferentes.
Hace años corría el rumor de que el padre de Kakuzu le obligaba a tener algunas citas con diferentes señoritas de alta cuna, claro él le obedecía. Sin embargo nunca lograba verse una segunda vez con alguna de ellas. Años después se dijo que alguien había cautivado su corazón, pero para ese entonces ya formaba un noviazgo con Hidan, habían planeado juntos huir e irse a vivir muy lejos los dos solos.
Después de eso no tardaron muchos días para que Kakuzu le dejara y se quedará con su padre. Y ahora entendía el por qué, quizá lo hizo por una buena causa, pero Hidan jamás le habría dejado hubiera preferido su pareja que el dinero. Ha Kakuzu le habían amenazado con acabar con la vida de su pareja y por eso hizo todo aquello.
- Una razón muy tonta.– Susurró entre dientes.
Lavó su cara y se miró al espejo.
- ¿Qué harías tú Deidara? Jamás has salido con alguien... Pero seguramente sabrías que hacer después de todo tu también te has enamorado.
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El Mesero [ItaDei]
Short Story»|| Una orden especial. ~Imagenes de Su respectivo autor. ~Personajes de su respectivo autor. ~Yaoi.. Itadei... Sasunaru... Saigaa.