10.*Enfermo*

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Deidara miró con una leve sonrisa cómo su hermano soplaba las velas de un pequeño pero delicioso pastel, que él mismo había preparado. Aplaudió con emoción, pues Naruto ya tenía dieciocho años.

- ¡En mi cara no!- Gritó Naruto.

- Hay, ya cállate.- Dijo Gaara embarrandole la cara con gelatina.- Dí que no te tallé contra al pastel.- Sonrió maliciosamente.

Tenía la clara intención de lanzar su vaso de jugo al tipo trás de él, que con o sin intención tocaba su muslo con su pierna. Tomó su vaso...

- ¿Qué cree que está haciendo?– Trató de ser amble antes de lanzar su preciado vaso.

- ¿Me hablas a mí? Pues realmente no estoy haciendo nada.– Sonrió tan falsamente mientras movía descuidadamente su pierna.

- Idiota.– Se sonrojó y se apartó bruscamente.

Naruto soltó una risita al ver que su pastel tenía la palabra "Ramen" escrita en el glaseado. Miró con una leve sonrisa a su hermano mayor, estaba más que agradecido con lo que Deidara y Gaara han hecho por él.

«Definitivamente nunca olvidaría ese magnífico pastel»

- ¿Bueno que tal si comemos?– Preguntó Gaara que desde hace rato tenía hambre.

- Sí, oye Gaara ¿Por qué estás rojo?– Preguntó Deidara con preocupación.– ¿Acaso tienes fiebre?– Gaara negó rápidamente.

- No. No, no, es sólo que tengo hambre.– Se dejó caer en la silla evitando que Deidara tocase su frente.

- Está bien...

Deidara tomó un trozo de pastel que Naruto iba picando y se lo pasó a Gaara, temía que se enfermacse así que fue a su cuarto por las pastillas de Gaara y de paso cogió el regalo de Naruto. Al darse la vuelta, miró con el ceño fruncido al azabache que le miraba con un rostro serio.

- ¿Se le ofrece algo?– Preguntó cerrando la puerta de su cuarto y el de sus hermanos.– Ya deberían irse. Es muy tarde...

- Lo es, pero quiero dejar claras las cosas contigo. Lo que ocurrió en el restaurant, ya quedó olvidado ¿Cierto?

Deidara Suspiró antes de decir alguna palabra, todo el día le a estado preguntando la misma pregunta Itachi. ¿Acaso no puede entender la respuesta? Quizá sólo quiere librar a su novia de un posible problema legal.

- Ya le he dicho, no voy a demandar a nadie y no quiero dinero.– Se recargó en la puerta sin mirarle.– Le agradezco que haya venido y el que su hermano haya llevado a Naruto a pasear...

- Escucha Deidara, no tengo nada en contra de ustedes pero quiero asegurarme que no hayan resentimientos.– Se remango su chamarra.

- No lo hay. Pero los habrá pronto si usted sigue fastidiando.– Comenzó a caminar devuelta a la cocina.– Ya se pueden ir, hace algunas horas que dijiste que vendría Sai y luego se irían...– Hizo señas con sus manos como si estuviese pensando.

- Oye ¿Sigues molesto por lo de ayer?– Sonrió juguetonamente.

- ¡No, claro que no!– Dijo con sarcasmo.– Sólo amenazarme con hacer que me despidan y casi violarme. No, claro que no ¿Cómo podría estar molesto con semejante cabañero?...

Itachi rió y caminó junto a él hacia la cocina.

- No fue mi culpa que por un berrinche tuyo terminarás dándote con la puerta.– Se encogió de hombros al sentir que el rubio se volteaba con enojo.

- ¿Un berrinche mío? Que yo recuerde cundo desperté estaba sobre su regazo.– Infló sus mejillas.– Además fue su culpa que me haya golpeado.

El Mesero [ItaDei] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora