Aun no puedo creer lo que acaba de pasar. Ella estaba molesta por algo, y claramente era algo que me quería decir, pero no pudo hacerlo. Y sólo luego que dijo que llevaba tiempo intentando decirlo pude darme cuenta.
Ella, cada vez que yo le decía cuanto la quería, reaccionaba extraño, como si estuviera ocultando algo grande.
Anoche cuando por fin hicimos el amor me sentí increíblemente bien, ella confió en mí, confió tanto en mí que logró hacer el amor sin tener esos recuerdos que la atormentaban, luego fui demasiado estúpido en decirle que la amaba, aunque claramente es lo que siento por ella. Yo la amo, como jamás he amado en mi vida. Ella le dio una nueva luz a mi monótona vida, ella pintó mis días de colores, aun cuando no quería decirme nada de ella. Aun cuando le dolía hablar de su pasado.
La comprendía, yo quería entenderla de verdad. Pero para hacerlo ella debía confiar en mí, y eso es algo que jamás logré.
El día que me dijo que estaba enamorada de mí no lo podía creer. Ella, la chica del puente, la misma chica que no quería que la tocara, la que quería pasar desapercibida del mundo, ella se había enamorado de mí.
Aby fue como un huracán que llegó a mi vida, uno que al principio desordenó todo. No sabía que sentía, pero desde el primer momento en que la vi, la amé. Aún sin conocerla, aún sin saber quién era y si era real. Yo la amé.
Luego vino la calma, nosotros disfrutamos mutuamente de nuestra compañía, pasábamos varios días a la semana en el parque. Y eso me hacía feliz.
Cuando la vi llegar con el skate bajo el brazo, mi corazón latió a mil. Ella, aun cuando pasó días evitándome, compró un skate solo para aprender a andar y así pasar más tiempo conmigo. Y eso sólo hacía que yo la quisiera más y más.
Y ahora, nuevamente, es el momento del huracán.
Me arrodillo a su lado volviendo a la realidad, de su cabeza sale sangre, ella está inconsciente, le dije que no lo hiciera ¡Maldición!
—Aby, Aby ¡Maldición, reacciona! —la miro, intento moverla pero John me detiene—. ¡No me dejes, no me dejes!
—Se golpeó la cabeza, no la muevas, Ian —me aparta un poco, pero yo lo empujo, sólo quiero estar con ella— Asher llama a una ambulancia ¡rápido! —vuelve hablar John.
Miro su cuerpo desesperadamente, paso mi vista por su rostro y bajo hasta sus manos. Rozo mis dedos con los suyos, ella no reacciona a mi tacto, es casi como si estuviera muerta.
Mis ojos van hasta su celular, está tirado un par de metros más allá, completamente roto e inservible.
—Hay que hacer algo, rápido —comienzo a desesperarme— no podemos solo quedarnos mirándola —miro a mis amigos, ellos no saben qué hacer— ¡Se está desangrando! —les grito. En estos momentos más personas del parque han notado lo que sucede, pero yo sólo tengo ojos para ella.
—Debemos esperar, estará bien —John intenta calmarme.
—Es culpa de ustedes —vuelvo a verlos— ¿¡Por qué le dijeron que lo hiciera!? —les grito.
—Ian, debes calmarte, no pensamos jamás que esto iba a pasar —Diego intenta calmar la situación.
—¿Calmarme? —siento que mi garganta se aprieta— ¿quieres que me calme? —me levanto y camino donde él— ¿cómo quieres que me calme si la mujer que amo está inconsciente en el piso por culpa de ustedes? —lo empujo fuerte, Diego me observa molesto.
—Ya viene la ambulancia —Asher habla fuerte. Pero yo vuelvo a empujar a Diego.
—No te comportes como un completo idiota, Ian —Martín me toma de los brazos— debes estar para ella ahora —apunta a Aby, ella sigue inconsciente, y no sé cuantos minutos han pasado desde que se cayó del skate y su cabeza azotó contra el cemento.
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Aby
Teen FictionGabriela miente. Aby ama. Gabriela llora. Aby ríe. Gabriela es ella, pero Aby también. *** Queda estrictamente prohibido el plagio de Aby, por favor si ven algo extraño avisar. Obra registrada bajo el código 2109149248293 ¡Todos los derechos de a...