Una semana ha pasado desde que todo pasó, una maldita y completa semana en la que sólo he sobrevivido gracias a John y sus constantes visitas.
Es el único que sabe donde me encuentro, ni si quiera mamá lo sabe. Ella fue hasta casa de John para encontrarme, pero él sólo le dijo que yo estaba bien.
Y aunque siempre he tenido una buena relación con mamá, ahora no quiero verla, solo quiero estar aquí en este vacío lugar.
Agarro mi celular nuevamente, lo observo y nada. Abro el chat de Melanie y me quedo mirando su última conexión con la esperanza que cambie y diga escribiendo.
Pero nada, ella sigue sin responderme. Hoy le he escrito más de veinte veces, y sé que yo mismo dije que si Aby no me recordaba la dejaría ir, pero no puedo, simplemente no puedo hacer como si nada hubiese pasado.
He querido ir a la clínica donde ella está, pero sé que los guardias volverán a sacarme como hace días atrás.
Hace dos días me levanté de la cama a las cuatro de la mañana, corrí por Chicago hasta llegar donde ella está, entré y vi como las pocas personas que estaban en el lugar me observaban. Corrí por la escalera, sólo quería llegar a donde ella estaba y verla. Quería verla despierta y ver que realmente no me recordaba. Pero no alcancé ni a pisar el tercer piso cuando los guardias que Eric contrató me sacaron del lugar.
—¡Sólo quiero verla! —les grité, pero ellos tomaron mis brazos, los doblaron y bajaron conmigo a empujones por la escalera.
—Nada de visitas, ni mucho menos personas extrañas —dijeron ellos cuando me lanzaron afuera de la clínica.
—Por favor —les supliqué— no soy ningún extraño —rogué, pero ellos se quedaron ahí, de pie, imponentes en la puerta.
Me puse de pie, me giré y volví a caminar hasta el departamento para sumirme en mi tristeza nuevamente.
Siento como John entra en el departamento, él deja una bolsa sobre la mesa y camina hasta la habitación. Sólo en ese momento me giro y noto que la tarde ya ha llegado. Han pasado siete días en los que he estado solo con mi miseria.
—¡Ya basta de esta mierda! —John me empuja, yo caigo de la cama.
—¿Qué mierda haces? —cuestiono sobándome el rostro. Aún me duele un poco donde Eric me golpeó.
—Ya basta, Ian. Deja de comportarte como un completo idiota —se cruza de brazos— sé que estás mal, que nada de lo que pasó lo merecías, pero tienes una mamá y una hermana preocupadas por ti —él simplemente me observa molesto mientras habla— piensa en Andy, Ian. Ella no merece que desaparezcas de su vida como si nada, ella te necesita, y lo sabes.
Sólo cuando la nombra siento que mi corazón late nuevamente. Ningún día de estos he pensado en ella, sólo he pensado en mí y en lo mal que me siento.
Pero Andrea me necesita, ella me ama y yo la amo. No puedo simplemente dejarla en ese lugar con ese monstruo llegando todos los días borracho.
Me pongo de pie y me observo al espejo. Soy un completo desastre.
Mi cabello está desordenado, tieso de tantos días que llevo sólo acostado en esa cama. Mi ropa está arrugada y sucia. Y mi rostro está perdido, como si en el espejo hubiera otra persona completamente extraña.
Quiero salir de aquí, volver a la vida. Ver a mi familia e ir al trabajo. Quiero patinar por las tardes con mis amigos y disfrutar de la libertad que eso me genera.
Pero no quiero volver a hacer nada de eso sin ella esperándome en este lugar.
—Si no te vas ahora a casa, le diré a tu madre donde estás —sentencia John.
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Aby
Teen FictionGabriela miente. Aby ama. Gabriela llora. Aby ríe. Gabriela es ella, pero Aby también. *** Queda estrictamente prohibido el plagio de Aby, por favor si ven algo extraño avisar. Obra registrada bajo el código 2109149248293 ¡Todos los derechos de a...