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Pestañeo rápido y meto la mano a mi bolsillo, saco el papel y lo estiro un poco. Paso mi vista por el pequeño trozo blanco y arrugado que está en mi mano.

Quiero engañar un poco al destino y dejarlo en tus manos...

—¿Es tu número? —pregunto estirándoselo. Él se acerca a mí, lo toma entre sus manos, noto como tirita un poco al leerlo. Luego eleva la vista y me observa.

—Lo es —responde devolviéndome el trozo de papel.

—¿Dices que me lo diste el día que fui por mi nuevo celular? —cuestiono, él asiente— anoche estaba destrozada por lo que me habían contado, no podía creer que simplemente olvidé todo lo que pasé en esta ciudad, contigo —Ian da media vuelta y vuelve a alejarse de mí, él se apoya a la pared y cruza sus brazos por su pecho— mientras recorría mi habitación, comencé a buscar cosas, algo que me diera una pista sobre que había hecho todo este tiempo, y esto fue lo único que encontré —él clava la vista al piso— entonces te llamé, supuse que era tu número, pero no me respondiste —vuelve a elevar la vista, quiere decir algo, pero no lo hace.

Ambos nos quedamos en silencio, yo doblo cuidadosamente el papel y lo guardo en mi bolsillo.

—¿Puedes seguirme contando? —pido.

—Luego de eso tu compraste un skate, fuiste al parque, te hiciste amiga de mis amigos, y simplemente patinábamos casi todos los días.

—¿Yo qué? —arrugo un poco la frente.

Él camina hasta su habitación, busca algo bajo la cama y lo saca. Vuelve con un skate en la mano y me lo tiende.

—Es tuyo —pronuncia. Yo lo tomo en mis manos, lo observo, paso la vista por las gastadas ruedas.

—¿Dices que yo andaba en esto? —pregunto haciendo girar una rueda.

—Eras la mejor —habla en un susurro, luego vuelve a alejarse de mí— tú aprendiste muy bien, con los chicos te enseñamos todo lo que sabíamos —se encoje de hombros.

¿Sus amigos? ¿Él dijo que yo fui amiga de sus amigos?

—¿Cuántos son tus amigos? —vuelvo a verlo.

—Somos seis.

—¿Hay alguno que se llame Asher? —pregunto recordando el nombre de aquel chico del supermercado.

Ian abre mucho los ojos, luego noto como muerde su labio.

—¿Lo recuerdas? —dice arrugando un poco la frente.

—No —respondo sincera— pero me topé con una chica de nombre Anne, ella y yo chocamos en el supermercado hace como un mes. Ella me miró extraño, y su novio igual, él se llamaba Asher —le explico, no quiero que piense que recuerdo a otras personas, pero no a él.

—Él no me lo dijo —Ian camina un poco y se sienta en una silla. Luego respira hondo.

—¿Yo compartí con ellos? —tengo tantas dudas.

—Tú y Anne se llevaban muy bien —responde— y Asher siempre te tuvo mucho cariño, más cuando te acercaste a su novia. Eso fue cuando fuimos al festival en Rockford —dejo el skate a mi lado, paso mi vista por los ojos de Ian.

—¿Un festival? —cada cosa que él me cuenta es casi imposible que yo lo hubiese hecho, pero esa chica que inventé, de nombre Aby si lo hizo, y yo lo olvidé. Al parecer hice tantas cosas en esos nueve meses que me asombra.

—Arrendamos una casa, todos nos quedamos ahí. Tu ganaste el concurso que los chicos organizaron —comenta, él a veces me habla como si fuera algo que yo debería saber— al otro día fuimos a la casa de mi abuela —él se gira un poco, quita su vista de la mía— e hicimos una lista —termina de hablar.

AbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora