Antojo

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Me observo al espejo, muevo un poco mi cabello y le paso las manos por encima, es más fácil peinarlo ahora que es corto. Intento tapar mi cicatriz y salgo de la habitación.

Hoy iremos nuevamente al instituto con Mel como lo hemos estado haciendo el último mes. Ella convenció a Eric de dejar que fuera, dijo que me haría bien y claramente lo está haciendo.

Me siento más útil ahí, además puedo practicar, ya casi logro mantenerme en puntas sola, sin afirmarme ni que nadie me sostenga. Y creo que es un gran paso en mi recuperación.

Bajo la escalera antes que Mel o Susi me hablen. Estoy demasiado entusiasmada en ir, hoy amanecí con un buen presentimiento.

—Bueno días —hablo llegando a la cocina, mi hermano me observa mientras come una manzana.

—¡Qué energía! —él sonríe al verme caminar a su lado, le doy un beso en la mejilla.

—Te dije que el ballet me ayudaba mucho —él asiente dando un gran mordisco.

—Sí, ustedes siempre tienen razón, pero ya me conoces, me cuesta dejarte ir. Más aún con todo lo que te pasó —él se gira a verme cuando paso por su espalda.

—No me lo recuerdes, no necesito recuerdos negativos, sólo positivos —le recuerdo, él asiente.

—Gaby, ¿ya te levantaste? —Mel aparece en la cocina, ella lleva una mano a su barriga y la soba un poco. Eric camina a su lado y le da un beso, luego pasa su mano por el vientre de su esposa.

Yo me giro y preparo mi desayuno.

—Sí, quiero ir luego al instituto —admito.

—Comeré algo y luego iremos, Susi se está vistiendo —Mel se sienta en la mesa, Eric le sirve el desayuno y los tres comemos.

Susi llega a la cocina y se une a nosotros.

—Creo que hoy por fin podré ponerme en puntas —hablo entusiasmada.

—No te sobre exijas —habla mi sobreprotector hermano.

—Sí, hermano, lo que tu digas —paso a su lado dándole un beso en la frente. Él sólo sonríe.

Lavo mis cosas del desayuno y subo a tomar mi bolso para salir de casa, guardo mi celular en el bolso cuando nos subimos al auto.

Melanie maneja mientras tararea una canción. Ella dice que aún con esa enorme panza puede conducir, por lo que la dejamos hacerlo. No sé cómo ella puede convencer a Eric de las cosas que quiere. Él es demasiado llevado a su idea.

—Tengo un antojo —comenta Mel estacionándose en un lugar—. Amarás este lugar. Hija, iremos por unas cosas y volvemos, no te muevas de aquí —le habla a Susi, ella asiente sin dejar de ver su celular.

Bajo del auto siguiéndola, no sé dónde estamos. Creo que nunca había estado en este lugar, aunque si no fuera así, tampoco lo recordaría.

Melanie empuja una puerta, una pequeña campana suena y entramos en el lugar.

Paso mi vista por el local, es muy bonito, hay muchas cosas dulces y personas trabajando. Pestañeo un poco cuando mi vista pasa por unos ojos verdes, pero siguen su recorrido sin detenerse.

Melanie comenta unas cosas, yo le digo que compremos las medias lunas que tanto quiere y nos vayamos, quiero llegar luego al instituto. Ella camina para pedir los cafés y las medias lunas. Paso mi vista por unos pasteles, se ven deliciosos.

Me giro cuando veo que Mel no pide las cosas, por lo que camino para hacerlo yo.

—Hola, queremos un mocaccino y uno normal, con tres medias lunas, por favor —le pido al chico con el que conversa Mel, ella se ve algo extraña. Como si quisiera irse del lugar. Vuelvo a mirar al chico cuando no va por nuestras cosas— ¿te encuentras bien? —pregunto entrecerrando un poco los ojos, él se ve extraño también ¿Qué les sucede?

AbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora