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Ay, me duele el abdomen

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Ay, me duele el abdomen... Y ya amaneció, se escucha el sonido de la mañana... ¿Pero qué carajos? La mañana no tiene sonido, pero sí es el olor... A sol, creo. Abro mis ojos y el dolor en mi vientre se agudiza, me siento en la cama y lo primero que veo es de nuevo la bandeja hay dos barras de granola, un vaso de jugo, dos pastillas y una nota.

'Nana, si te despiertas con dolor toma las pastillas, pero come las barras y el jugo antes, si no sientes dolor baja y desayuna algo mejor...

Sasha llega a las 2:00 p.m. No incendies nada y no hurgues mis gavetas, no creo que quieras ver lo que hay ahí solita... Con placer... Rugge x'

¿Con placer?... Que propio. Me bebí el jugo y comí una granola, tomé las pastillas... ¡Un minuto! ¿Me dijo 'Nana'? Maldito Gastón boca de chancho. El dolor dejó de aparecer, me bañé y me vestí... ¿Qué será lo que Ruggero tenía que hacer hoy que llegaría tarde? Justin vendrá, aunque con lo que pasará en la universidad hoy... No sé que vaya a pasar. Al menos Nina y Gastón no irían hoy a clases. ¿Qué hago? ¿Le doy otro problemita al director o con el que estará hoy en la universidad será suficiente? ¡Otro! ¡Otro! Gritaba mi psicópata interna. Ok, nena, otro. Corrí hacia la habitación de Ruggero. ¡Enllavada! Mierda. Pero si puso que no hurgue sus gavetas seguramente es porque sabe que encontraré la manera de abrirla. Entre a la habitación donde durmió Valentina para entrar por el baño y tampoco. ¡Cerrada! Saqué mi tarjeta de crédito y comencé a intentar abrir, luego de quince largos minutos la puerta se abrió. ¡Yeah, bitch! Encendí las luces y ahí estaba, al ver la cama me dio un escalofrío y se me vino las imágenes de todo lo que pasó, sonreí. Bueno, las malditas gavetas están enllavadas, lo único abierto es... El clóset. Ahí estaba toda su ropa, sus zapatos... Una de mis brillantes y escalofriantes ideas llegó... Tijeritas... ¿Dónde estás? Cuando las hallé recorté cada una de sus camisas y pantalones, todo lo que había de tela lo hice pedazos... Pero esto no era porque si, había su mensaje en todo esto, bajé a la cocina y rebusqué por todas las gavetas y puertas de alacena hasta encontrar un spray color rojo. Regresé al clóset y engrapé todos los pedacitos de tela hasta hacer una gran manta de retazos, la tiré al suelo y escribí un hermoso mensaje para el director. Lo colgué dentro del clóset y salí dejando todo como si nada hubiese pasado. Me estaba aburriendo así que llamé a mi tío Agustín.

Agustín: ¿Hola? Doctor Bernasconi a sus órdenes. Dígame cuántos muertos ve y le diré que tan loco está —contestó.

Itzitery: Tío, soy yo. ¿Qué haces?

Agustín: Estoy con una esquizofrénica. ¿Qué cuentas además de los orgasmos?

Itzitery: Las horas para que sea fin de semana y regresar a Londres. ¿Cómo está mi mamá? ¿La estás tratando?

Agustín: Tu mamá está loca —dijo sin el más mínimo asco.

Itzitery: Gracias.

Agustín: Es broma, está mucho mejor. Gastón está con ella, los extraña mucho, quiere verlos, tal vez se dé una visita por allá, pero tendría que ir con ella o Carolina. ¿Qué quieres, condenada mocosa? ¡Estoy en una sesión!

Mala ItziteryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora