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•Karol•

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•Karol•

Itzitery salió corriendo hacia su habitación, Ruggero se sentó en la mesa y tomó su cabeza con sus manos, yo me acerqué y lo abracé.

Ruggero: ¿Qué hicimos mal?

Karol: Contarle nuestro pasado.

Ruggero: Quería que viera lo importante que es hacer las cosas bien y que lo malo nunca te lleva a nada, eres el ejemplo vivo de eso.

Karol: No me digas eso que me haces sentir un experimento con el que enseñas a tus hijos.

Ruggero: Sabes que no me refiero a eso —me tomó de la cintura y me sentó en sus piernas.

Karol: Ruggero, con palabras no aprenderá, a esa edad nadie entiende, sé cómo se siente y con regaños y castigos no aprenderá.

Ruggero: ¿Quieres que la deje hacer lo que quiera?

Karol: Así es.

Ruggero: ¿De qué lado estás?

Karol: La vida debe enseñarle, nosotros ya hicimos nuestra parte dando todo por ella y la verdad es que con palabras no entenderá, será muy doloroso ver como sufre y como tropieza pero necesita vivir en carne propia los errores para aprender de ellos.

Ruggero: ¿Estás loca? ¡No dejaré a mi hija desamparada viendo como se hunde en la perdición!

Karol: ¡No te estoy diciendo que la abandones, simplemente dejarla crecer, madurar y que aprenda las lecciones de la vida!

Ruggero: Si hago eso terminará embarazada, como narcotraficante incluso muerta. ¿Cómo se te ocurre pedirme eso?

Karol: Si no mal recuerdas es mi hija también y yo también aporto en su educación —me levante.

Ruggero: ¡Vaya aporte has dado! Excelente ejemplo.

Karol: ¿Ahora yo tengo la culpa? Te contradices solo, dices que los errores del pasado no importan y ahora me sales con esta mierda.

Ruggero: Lo siento, tienes razón, ando un poco sulfurado por lo que acaba de pasar. Esa niña me va a salir matando.

Karol: No, no, no, no me vengas con inocencias. Itzitery tiene razón, me tratas mal y luego crees que estás perdonado automáticamente.

Ruggero: ¡Increíble! Mi propia hija pone en mi contra a mi esposa. ¡Cómo va a lavarte el cerebro esa niña!

Karol: ¡No me grites!

Mala ItziteryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora