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Maratón 3/4

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Maratón 3/4

Miro a Ruggero quien está en shock, sus pupilas dilatadas en sus ojos verdes y brillantes, su boca está ligeramente abierta, seguro la mía lo está aún más. Me mira esperando una reacción, yo no sé a quién matar primero, pero de que alguien salía aquí sin vida era un hecho. Tomo el brazo de Ruggero con fuerza y abro una habitación, fuese la que fuese. En ella hay tres internas, están sentadas en la cama hablando con batas de manicomio blancas, no les pongo mucha mente, mi demonio interno revolotea lanzando fuego por todas partes, el humo sale de mis oídos y las internas se asustan al vernos. Tomo el cuello de la camisa de Ruggero con fuerza a pesar de ser seis centímetros más pequeña que él lo arrincono a la pared.

Itzitery: ¡Tú lo sabias. ¿Verdad?! ¡¡Contéstame!! —agito mi cabeza como una loca. Él no me contesta, sólo me mira espantado—. ¡¡Habla!! —grito ya sin paciencia, Ruggero mira por encima de mi hombro a las internas.

Ruggero: En primera —toma mis manos y las aparta de su camisa—. No tienes porque tomarme de esa manera. Segunda... —aprieta mis muñecas—... Yo no sabía y si no me crees es tu problema, no lo sabía y si no te basta mi palabra no puedo hacer nada. Ahora, cálmate —murmura con su mirada penetrante.

Es tan duro ver como este hombre puede estar muy enamorado y aún tiene control sobre sí mismo. Como puede ser inmune a mis tácticas de control. Nuestras miradas es una guerra de dominio. Ruggero mira una vez más a las internas y me suelta, yo las miro.

Itzitery: ¿Qué miran, estúpidas? —exclamo, todas cierran sus bocas pero una se levanta.

Xxx: Tratamos de dormir y tú estás distrayéndonos —alza una ceja.

Dime que no dijiste eso, los mil demonios que llevo dentro se apoderan de mi cuerpo. Le sonrió agradablemente y me acerco a ella.

Ruggero: Itzitery... —medita Ruggero, la miro directamente a sus ojos cafés oscuros.

Ignoro a Ruggero y le lanzo a la tipa un golpe en las costillas, esta se retuerce en el suelo. Las demás chicas se apartan y Ruggero me toma de los hombros.

Itzitery: ¡Suéltame! ¡Suéltame que voy a matarla! —forzajeo.

Xxx: Estás loca —murmura la chica, mis mil demonios se reproducen.

Voy a matarla.

<Golpea a Ruggero y mátala>

Mis mil demonios asienten y yo le doy un codazo a Ruggero bajo las costillas dejándolo sin aire. Me abalanzo sobre la chica y comienzo a patearla en las costillas sin piedad, las demás chicas gritan y eso acelera mi pulso, Ruggero se levanta e intenta agarrarme, justo cuando yo me volteo y le doy un manotazo en la cara, él se aparta asustado, incluso yo estoy asombrada de la fuerza que me toma en este momento. Me detengo y lo miro fijamente, me mira con decepción y esa punzada llega hasta mí. Lo he lastimado y no sólo físicamente, trato de acercarme pero él retrocede, eso me frustra inmediatamente. La puerta se abre y entra mi mamá y mi abuelo.

Mala ItziteryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora