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Michael: Y según los japoneses el 'Amae' es un amor pasional y deseo fundamental

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Michael: Y según los japoneses el 'Amae' es un amor pasional y deseo fundamental... Itzitery... ¡¡Itzitery!! —dijo Michael.

Itzitery: ¿Qué? —dijo Itzitery saliendo de su trance.

Michael: ¿Estás aquí? No estoy volteado para que estés distraída —todos miraron hacia Itzitery.

Gastón: Tampoco eres Valentina para estar con cara de tonta viendo a Michael —susurró Gastón detrás de mí.

Itzitery: Si estoy aquí pero no estoy poniendo atención —admitió.

Ella jamás temía de decir lo que pensaba.

Michael: ¿Estás bien? ¿Te puedo ayudar en algo?

Itzitery: No estoy bien y no me puede ayudar. ¡Y qué me ven todos! Sofía se prostituye mientras Jorge babea por ella y a ellos nadie los ve —todos jadearon, Sofía moría por meter la cabeza en la tierra como avestruz, igual que Jorge.

Michael: Bueno, bueno... Sigamos con la clase —se desvió Michael y la clase continuó.

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Sasha: Señor, mañana tiene la reunión con los directivos de la universidad de la Universidad Victoria —Sasha le dejó unos archivos sobre el escritorio—... ¿Está bien?

Ruggero: Si —salió de su trance agitando su cabeza—. Gracias, Sasha.

Sasha: ¿Necesita algo?

Ruggero: Si... Estemm... Llame a la señorita Nina Bernasconi de primer año de Sociología Antropológica, seguramente ahorita está en clases de Filosofía con el Profesor Michael Ronda.

Sasha: Claro, ya se la traigo —se retiró.

Ruggero tomó en sus manos la carta de renuncia de Thelma. Escuchó unos toques en la puerta y esta se asomo.

Thelma: ¿Puedo pasar? —preguntó Thelma.

Ruggero: Adelante —Ruggero soltó la carta de renuncia. Ella pasó y se sentó—. Estoy sorprendido. ¿Te vas por qué no podemos seguir siendo amantes? —ella rió.

Thelma: No, señor Lí-Picón. Específicamente eso vengo a explicarle, pero es algo que no podía poner en mi carta de renuncia —bufó.

Ruggero: ¿Qué es? —él se inclinó hacia ella.

Thelma: ¿No lo sabe? ¿No se lo dijo su mocosa? —ella se inclinó aún más. Ruggero no podía estar más confundido—. Su bebesita y yo hicimos una apuesta. Si usted me dejaba antes del martes yo iba a renunciar y si ella no lo lograba ella se iría al internado de su abuelo en Irlanda.

Mala ItziteryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora