Mala Itzitery

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Ruggero no puede saber lo que pasó con Manuel. Eso arruinaría lo poco que lleva construído de confianza conmigo. Miro sus ojos y me pierdo en ellos, no necesito nada más que estar bien con este hombre, el único con el que me interesa estar bien.

—Ése día estaba muy molesta contigo por haberme corrido y... Haberme dejado y salí con él, luego de mucho vodka sólo recuerdo haber amanecido... —<Si se lo dices lo pierdes>— En un hotel antes de caer borracha. Sabía que perdería el control si seguía tomando y decidí dejar a Manuel en la barra e irme a dormir a un hotel —¿Se lo habrá creido? <Mejóralo>— Si quieres le hablamos a mi madre para que lo confirme.

—No —uff— Te creo— acaricia mi mejilla con su nariz y yo cierro mis ojos para sentir su piel.

—¿Cómo es eso que Delfi te tenía harto a ti tambien?— susurro en sus labios.

—Esa es una niña malcriada que Malena me ha hecho creer que yo la pari. Es una desobligada y quiere que yo la eduque... Tengo mi propia fiera que domesticar ahora —sonríe y yo hago un gesto— Debes irte a clases y dejarme a mí trabajar que me estás distrayendo— bromea.

-¿Distrayéndote yo? —me hago la ofendida— Sólo te doy lo que tu piel me está pidiendo— lo beso y acaricio su pecho bajo su camisa.

—Mi Itzitery, tienes tanto control sobre mí.

—Y tú sobre mí— admito sin miedo.

—¿Ah si?— aparta su rostro del mío.

—Sí, te lo dije anoche. No lo creíste ¿Cierto?

—Lo que hiciste anoche fue... Algo inesperado.

—¿Te molestó?

—Me demostró muchas cosas... Que hablaremos luego porque en diez minutos tengo que ir a darte clases y sería bastante inapropiado que llegue contigo.

—No vayamos— hago un puchero.

—Itzitery —me amonesta y acaricia mi cabello— Creo que es suficiente con lo que los estudiantes creen que estamos haciendo justo ahora como para darles más de que hablar.

—Está bien. Me está rechazando— me levanto y camino hacia la puerta.

—Mi amor no te rechazo y ya no me trates de usted que te haré tutearme de la manera que a mi ametralladora le gusta— murmura y sé que está sonrojado aunque yo esté de espaldas.

Suelto una carcajada y sé que lo ha dicho para que me cambie el humor. Sé que trata que le devuelva la broma y por eso no lo hago, salgo y Delfi está con Ginger en la sala, me mira fulminante y yo aprovecho la ocasión.

—Asegurate de llevarte tambien tus pulgas— doy una carcajada y salgo de la oficina, ya han tocado el timbre y voy a buscar a Ni... Valentina.

Gastón y Manuel se acercan a mí corriendo.