-así que es como una mini tú- empezó a decir Nicol.
-pero pelirroja- termino Manuel, mientras estaban en la oficina de la pelinegra charlando.
-si - acepto Emely.
-¿y qué piensas hacer?- le preguntó Marian.
-llevar la fiesta en paz lo más posible, yo no le agrado y tratara de hacerme la vida imposible- dijo tranquila.
-y estas de acuerdo con ello- dijo Manuel.
-no, pero tampoco puedo hacer mucho en contra de ella, es la hija de Leonardo- dijo, ella sabía bien cómo debía sentir se Anika, por lo que no haría ninguna presión para agradarle a la niña, esperaría a que ella se le empezara a agradar un poco.
Dejaron ese tema de la lado por ese momento y cada uno se dispuso a trabajar, Emely pasaría por la tarde a la nueva tienda para ver cómo iban las cosas. Durante la mañana se la paso trabajando mientras contestaba uno que otro mensaje de Leonardo de cómo iba su día.
-¿estás segura de que tu hija aceptara tu relación?- le preguntó su amigo Evan.
-le costará al principio, sabe cómo es, pero mientras más pasen tiempo juntas, la aceptara- dijo tranquilo revisando sus planos sobre sus nuevos proyectos.
-de verdad quieres que ambas se lleven bien?- preguntó sorprendido.
-por supuesto, Emely es mi novia y Anika mi hija, pues claro que quiero que se lleven bien- dijo sin pensar mucho en sus palabras.
-vaya- dijo su amigo y Leonardo por fin lo miro
-¿qué?- preguntó preguntó confundido y su amigo sonrió, como si supiera algo que él ignoraba.
-le gané una apuesta a Jeancarlo- dijo para después irse.
††††††††
Los días pasaron tranquilos para la pareja sin definición oficial aún, lo único que sí tenían claro era que le encantaba la compañía del otro. Anima, para su mala suerte no pudo hacer nada esos días, ya que Laura estaba fuera del país y tuvo que aguantar se ver a su padre y a Emely cada vez más juntos.
La pelinegra estaba muy emocionada de cómo iban pasando las cosas en su taller y con la tienda, ya en pocos días las ventas estaban marchando de maravilla, lo que la dejaba bastante tranquila y se podía concentrar en encontrar las modelos para el desfile.
-cuantas modelos buscas?- preguntó Leonardo. Estaban en casa de él, era viernes y él tenía la esperanza de que los tres pasarán el fin de semana juntos.
-diez modelos hombres y diez mujeres- contestó la rubia jugando con sus dedos- el lunes haremos el casting, tenemos muchos postulante- le comentó con alegría.
-y buscan alguna belleza en específico?-
-no, bueno tengo mis estándares- dijo sincera.
-y cuáles son esos estándares?- preguntó con curiosidad.
-ninguna modelo que sea menos de talla 2- dijo segura.
-no quieres modelos demasiado delgada- dijo él comprensivo.
-exacto- dijo la pelinegra- solo espero que el lunes no lleguen muchas huesudas- dijo y él arquitecto río.
-vamos a dormir, mañana le tengo una sorpresa a ambas- dijo poniéndose de pie.
-qué sorpresa?- preguntó con curiosidad la pelinegra.
-si te digo ya no será sorpresa- dijo él.
-una pequeña- le pidió tierna, Leonardo sonrió con ternura y le dió un beso casto.
-no- dijo para después ir a su habitación-adelantate, ahora te alcanzo- le dijo antes de dirigirse a la habitación de su hija y Emely siguió hasta la habitación de él- ya deberías estar dormida hoja- le dijo desde la puerta.
-no había venido a darme las buenas noches- dijo la pelirroja en un suave reproche, Leonardo solo sonrió con ternura por la actitud de su hija.
Él sabía muy bien que su hija estaba algo celosa de que estuviera con Emely, pero él se aseguraría de hacer todo lo posible porque ella no se sintiera excluida de ninguna manera.
-lo siento mi niña, me entretuve hablando con Emely un poco- le.explicó sentándose en la orilla de la cama.
-ella pasa demasiado tiempo contigo, incluso más que yo- dijo molesta aún con la mirada en la pantalla-además la traes a dormir a la casa, tu no traes a tus amantes a la casa- le recordó.
-Emely no es una de mis amantes hija es mi novia- dijo su padre serio, él nunca le había hablado en ese tono a su hija- hija por favor deja de verla como si fuera la mala- le pidió más calmado.
-ella te quiere separar de mi, no veo cómo verla de atrás manera- dijo ella.
-ella no va a separarme de ti, nadie va a separar de ti- le aseguro.
-lo prometes?-
-lo prometo, por la memoria de tu madre- le dijo- ya debes dormir- dijo quitándole la tableta- saldremos mañana- le dijo y la cara de su hija se iluminó.
-a dónde vamos?- preguntó animada.
-es una sorpresa- le dijo besando su frente- buenas noches hija-
-buenas noches- dijo, mientras Leonardo apagaba la luz de su habitación y se dispuso a ir a su habitación donde lo esperaba Emely.
††††††††††
Al día siguiente Anika se levantó muy emocionada por la sorpresa de su padre, pero al saber que la pelinegra también iría su emoción se fue al piso. Intentó quedarse, pero su padre no lo permitió ahora iban en él auto en un ambiente algo tenso.
Durante el camino Emely se la paso pensando que iba a hacer muy difícil poder agradarle a Anika, la pelirroja la veía como el enemigo, justo como ella miraba a las mujeres con las que salía su padre a su edad.
Incluso no se acordaba cómo había aceptado a Jess, la esposa actual de su padre, ella simplemente le pareció buena persona para su padre, pero era obvio que la pelirroja no pensaba eso de ella.
Al llegar al lugar Anika lo reconoció en seguida y sonrió por primera vez desde que supo que Emely estaba con ellos. En cambio Emely no tenía ni idea de dónde estaban.
-ya me dices dónde estamos?- le cuestionó a Leonardo al bajar del auto, mientras Anika corría al interior de lo que parecía un zoológico.
-es una reserva natural y zoológico- le contó mientras caminaban dentro del lugar- aquí puedes acampar, hacer picnic, escalar, de todo un poco- le contó.
-es precioso- dijo la pelinegra mirando el lugar.
La estrada estaba rodeado de árboles y un camino de piedra que los guiaban a donde estaban las diferentes actividades que proporcionaba el lugar.
Anika amaba ese lugar, su padre la llevaba cada vez que podía, amaba pasar tiempo al aire libre y hacer muchas de las actividades. Entonces se le ocurrió una idea, su padre siempre salía con mujeres frívolas, que no les gustaba hacer ni el más mínimo esfuerzo, ni siquiera por ellas mismas.
-vamos a escalar- dijo tirando del brazo de su padre que esté a su vez jalo a Emely hasta él área donde estaban las personas que preparaban a los escaladores.
-habías escuchado antes?- le preguntó Leonardo a la pelinegra.
-la verdad, no, pero veamos cómo me va...
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No Eres Un Capricho
Любовные романыLeonardo Drack, un gran empresario mercantil viudo de 32 años, junto con su hija, está cansado de las mujeres que llegan a su vida buscando su dinero, por lo que las ve a todas como unas caza fortunas. Emily Apple, una joven de 24 años trabajadora...