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-te ves nerviosa- dijo Marian a la pelinegra, mientras esperaba que Leonardo fuera por ella para que conociera a su hija.

-lo estoy- dijo en un suspiro nerviosa.

-cálmate, piensa que conocerás a otra tu cuando tenias esa misma edad- intentó animarla Nicol.

-a su edad era un demonio que aterrorizaba a las novias de mi padre, acuérdate, me ayudabas- le recordó.

-cierto- dijo la pelirroja recordando y riendo por aquellos tiempos- eras mala- dijo divertida.

-eso no me ayuda ahora- dijo dejándose caer en su sofá.

-miralo de esta forma- intentó consolarla Marian- si esa niña es cómo eras tu antes, sabes donde te estas metiendo, osea, que sabes que puede hacerte y puedes estar preparada para superar lo- le ánimo.

-tal vez- dijo en un suspiro.

-se positiva, ya verás que todo saldrá bien- le dijo Nicol. Sus amigas estuvieron con ella un poco más mientras esperaba al arquitecto.

-es él- dijo la pelinegra cuando escucho el timbre de su casa.

Se despidió de sus amigas, prometiendoles contarle todo al día siguiente, en el camino no pudo evitar sentirse nerviosa, incluso las manos le empezaron a sudar un poco.

-tranquila, todo saldrá bien- le dijo Leonardo tomando su mano sintiendo lo tensa que estaba.

-eso espero- dijo ella no muy convencida aun.

-ya veras que si- le aseguro.

Llegaron a la gran casa en pocos minutos, Leonardo le ayudó a bajar del auto para después entrar a la casa. El arquitecto había mandado todo a disponer para que almozara en el jardín, en la mañana, durante el desayuno había hablado seriamente con Anika para que no hiciera ningún mal comentario a su invitada.

-ahora vuelvo con Anika- le aviso a la pelinegra cuando ya estaba sentada en una de las cómodas sillas del jardin. Emely solo asintió de acuerdo.

Leonardo entró a su casa para buscar a su hija y encontrarla mirando por la ventana, a Emely por su puesto. Era bonita, pensó la pequeña pelirroja, además de joven, seguro estaba detrás del dinero de su padre y tenerlo todo fácil, pero ella no se lo permitiria.

-recuerda lo que te dije- le dijo su padre mientras bajaban las escaleras.

-si, debo portarme bien y permitirme conocerla primero antes de hacer cualquier mal comentario de ella- repitió las palabras que su padre le llevaba diciendo por varios días.

Emely tomo una última respiración profunda cuando los vio salir de la casa, ya no había vuelta atrás.

-bueno, Emely ella es mi hija Anika, Anika ella es mi novia Emely- las presento LEonardo, Emely no puedo evitar estar un poco sorprendida cuando él la presentó como su novia, no se habían puesto ha hablar de lo que eran ambos.

-hola Anika- dijo Emely con una dulce sonrisa.

-hola- contestó ella seca.

Era educada al menos- pensó Emely.

-¿cual es tu nombre completo?- preguntó Anika cuando estuvieron sentados.

-Emely Apple- contestó la pelinegra simple.

-¿edad?-

-24, tu padre me lleva exactamente diez años- contestó ya que eso es lo que ella le interesaba saber.

-¿qué estudiaste?-

-termine la escuela, pero no fui a la universidad- contestó tranquila. Mientras Leonardo se mantenía callado mirando la interacción entre ambas.

-así que no trabajas- dijo, comprendiendo que solo estaba con su padre por su dinero, solo estaba buscando a alguien que la mantuviera.

-si lo hago- contestó tomando un poco de limonada- tengo mi propia marca de ropa, siempre me interesó la moda desde pequeña y nunca vi la gran necesidad de estudiar lo, siempre pensé que la moda se basa más en la creatividad que en las teorías que te puedan enseñar en una escuela- le explico.

-¿eres buena?- preguntó.

-depende de quién opine- se encogió de hombros la pelinegra.

-¿no te importan las opiniones de los demás?, son necesarias para moverte en él mundo de la moda- dijo la pequeña.

-lo son, pero como te dije, todo está de quién opine, no todos tenemos la misma opinión sobre todo- le explico- y las opiniones ahora son buenas, en su mayoría así que no me puedo quejar- agregó.

-¿tu última pareja?- preguntó.

-hace casi cinco años-

-¿ por que terminaron?- preguntó curiosa.

-me robo- contestó antes que Leonardo la interrumpiera para que no contestara, su hija ya se estaba pasando un poco con sus preguntas.

-¿que?, ¿el corazón?- preguntó con divertida ironía.

-no, 100 mil dólares- contestó  tranquila y por primera vez, Anika estuvo sorprendida,por unos pocos segundos al menos- nadie puede robarte el corazon, tu se lo das y después cuando te traicionan para sentirte menos mal dices esos- le contó.

-¿y tu no le diste tu corazón?- preguntó la pequeña pelirroja mientras le servían el almuerzo.

-no, lo quería, no lo voy a negar, pero hay una gran diferencia entre querer y amar- dijo.

-te deshaces fácil de los sentimientos- comentó mirando con disimulo a su padre.

-de los malos si, no es bueno vivir pensando en cosas o personas que no valen la pena- dijo la pelinegra.

-¿cuanto tiempo estubieron juntos?- preguntó con interés.

-tres años- contestó tranquila.

-¿y nunca llegaste a amarlo?- le preguntó a la pelinegra, pero mirando a su padre. Emely no pudo evitar reír por lo que la pequeña hacia.

era buena- pensó la pelinegra.

-mirándolo en perspectiva fue lo mejor- dijo emely- él siempre juró a amarme y al final se llevó todo mi dinero, además se fue con otra mujer- dijo tranquila.

-es horrible que te traicionen- dijo Anika.

-lo es- acepto la pelinegra…..

-al final no fue tan malo- dijo Leonardo, es lo único que había dicho en todo el rato.

Continuaron hablando de trivialidades mientras almorzaban, Anika no se sentía para nada impresionada con la pelinegra, seguía pensando que era una interesada más, las cual era una buena actriz y tenía a su padre encantado, pero a ella no la encantaria tan fácil.

-no le agrade mucho a tu hija- dijo Emely cuando volvía a su casa.

-en realidad te a tratado muy bien- dijo él.

-¿mejor que a las otras?- preguntó, Leonardo solo pudo asentir en respuesta, aunque ella nunca hablaba del tema, sabía que no le agradaba mucho su fama de mujeriego- la has educado muy bien-dijo ella.

-solo necesita tiempo- le aseguro y más bien eso era lo que esperaba.

*************

-¿y cómo fue el almuerzo cariño?- le preguntó la abuela de la pequeña pelirroja.

-bien, se la pasó fingiendo todo el tiempo que no rompía ni un solo plato- dijo la pequeña tranquila- tiene a mi papá embobado- dijo ahora un poco más preocupada.

-pequeña ella de seguro es solo el capricho del momento, se aburrirá de ella cómo lo ha hecho de las demás- le aseguro su abuela.

-no lo viste a él, la miraba diferente, muy diferente a cómo él miraba a las demás- dijo Anika.

-cariño, no te preocupes cómo él la haya mirado, tu eres su hija, eso nunca cambiara- le volvió a asegurar su abuela- ella solo es él capricho del momento de tu padre-

-bueno, le ayudare a que ese capricho pase rapido- dijo la pequeña pelirroja.



No Eres Un CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora