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Leonardo estacionó frente al edificio de la pelinegra, aunque le gustaría llevarla a su casa de nuevo, ella tenía trabajo que hacer al día siguiente. Desde unas horas la había sentido extraña y pensativa, sospechaba que su hija tenía algo que ver en lo que pasaba.

Anika dormía en el asiento trasero, por lo que bajó con Emely para acompañarla hasta la puerta.

-qué fue lo que te dijo mi hija?- le preguntó sin rodeos.

-que eres un infiel- dijo con tranquilidad- quién es Laura?- preguntó.

-una antigua amante- dijo.

-que tan antigua?- preguntó curiosa.

-la última vez que la Vi fue en febrero creo- dijo.

-tu hija dijo que era su madrastra- le comento. Leonardo bufo.

-Laura es con la mujer que mejor se lleva mi hija, solo porque ella le ayuda a alejar a las demás, pero Anika tampoco la quiere conmigo- le explico.

-vaya que es difícil tu hija- dijo la pelinegra y Leonardo tomó su rostro entre sus manos.

-no dejes que mi hija te llene la cabeza de mentiras- le pidió.

-no lo haces- dijo sincera- solo quería saber cuánta verdad había en lo que me dijo- le explicó.
-bueno, cuando tengas cualquier otra duda cómo ahora pregúntame- le dijo para después besarla.

Emely le respondió él besó prolongando lo más posible ya que esa semana estaría demasiado ocupada para poder verlo mucho.

-debes entrar- dijo Leonardo sosteniendo la firme contra su pecho con la respiración agitada al igual que la de ella.

-debo hacerlo- susurró ella sin ganas de separarse de él. Tardarán unos minutos así hasta que él arquitecto la soltó por fin.

-buenas noches- le deseo besando su mejilla.

-buenas noches, conduce con cuidado- susurró ella.

Leonardo no se fue hasta que ella entro entro a su casa para después volver a su auto donde Anika dormía, pero sabía que mentía, más no dijo nada y puso el auto en marcha para ir a su casa.

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Emely empezó su diácono todos, ahora la única directa era los buenos días de Leonardo que nunca faltaban. En el trabajo se puso al día con su agenda, ese día en la tarde elegirían a las modelos que participarán en el desfile, lo que la tenía muy emocionada.

-te la va a poner muy difícil- dijo su amiga pelirroja después que le contará cómo le había ido él fin de semana.

-ya me la está poniendo difícil- dijo la pelinegra mientras buscaba una página en blanco entre todas las hojas llenas de bocetos que tenía en su escritorio.

-bueno debes ver el lado positivo- le dijo su amiga.

-cuál?- preguntó con la mirada fija en él boceto que estaba empezando.

-que cuando te presente a la tal Laura, porque lo hará, vas a estar preparada- le dijo Nicol.

-eso es cierto- dijo la pelinegra- Ollé hay algo que he olvidado hacer en todo este tiempo- le comentó a su amiga.

-que cosa?-

-decirle a mi papá que salgo con alguien- le comentó con la mirada aún en él papel.- además que esa persona con la que salgo tiene una hija- dijo .

-y qué te parece si me das más detalles mientras almorzamos- le dijo su padre desde la puerta llegando justo en ese momento.

-papá!!- dijo sorprendida y feliz de verlo, para ella siempre era bueno ver a su padre. Caminó hasta él para abrazarlo él cual la recibió sin dudar y con todo el cariño que un padre le podría ofrecer a su hija.

-hola Nicol- la saludo también con un abrazo, él también la consideraba como  su hija- nos acompañas también?- le preguntó.

-me encantaría, pero mi saldré a almorzar con mi esposo- dijo.

-bueno me lo saludas de mi parte, vamos?- le preguntó a su hija.

-si, solo dame cinco minutos- le pidió para arreglarse un poco un buscar su bolso para salir con su padre a almorzar 

En el camino su padre le contó que estaba en la ciudad porque fue personalmente a pedir unas refacciones de un trabajo muy especial y aprovechó la oportunidad para visitar a su hija.

-ahora cuéntame de ese hombre con él que estás saliendo y cómo es eso de que él tiene una hija- le pidió su padre después de ordenar.

-se llama Leonardo, me lleva 10 años los mismos que tiene su hija, Anika, la que por cierto me detesta, es como yo a su edad pero con el cabello rojo- le contó.

-así que es divorciado- dijo su padre.

-viudo- corrigió la pelinegra.

-cómo murió su esposa?-

-no lo sé la verdad, no es un tema del cual le guste hablar mucho- le contó.

-me gustaría conocerlos- dijo su padre.

-papá por favor no soy una niña- se quejó mientras le servían los entrantes.

-podrías tener la misma edad que él y aún diría que lo voy a conocer- le dijo su padre tranquilo.

Emely suspiró, era inútil pelear con su padre y sabía que no iba a tener de otra que presentarle a Leonardo, pero primero debía hablar con él arquitecto y tal vez advertirle de lo particularmente frío que era su padre con los hombres que la pretendían de alguna manera.

Cambiaron de tema, la pelinegra le contó que después de terminar con su almuerzo iba a estar eligiendo a las modelos para el desfile y que en pocas semanas estaría todo listo.

Su padre la escuchó feliz y orgulloso, sabía lo importante que eso era para su hija, sabía que le iría muy bien, su hija era muy talentosa.

-en una semana estaré de vuelta en la ciudad por trabajo de nuevo, me gustaría conocerlo ese día- le dijo su padre mientras salían del restaurante con su hija enganchada de su brazo.

-siempre y cuando seas gentil y educado- le dijo la pelinegra.

-sabes que siempre soy educado hija- fingió estar ofendido.

-sabes a lo que me refiero- le dijo ella.

-seré gentil siempre y cuando lo vea como alguien adecuado para ti, si no lo es, bueno….sabes cómo le irá- dijo su padre con tranquilidad.

Se despidió de su padre en la puerta de su taller, pensando en cómo le contaría al arquitecto que su muy sobreprotector padre lo quería conocer.

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No Eres Un CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora