-están seguras de que eso funcionó?- preguntó Anika en la sala de su casa junto con su abuela y Laura después de pasar todo el día con ellas de compras, no era algo que le gustaba mucho, pero pasaba tiempo con su abuela y era lo importante para ella.
-por supuesto mi vida- dijo su abuela, ella y Laura habían sido las que habían enviado la foto a Leonardo.
-¿Has visto a tu padre con esa mujer en estos días?- le preguntó Laura.
-si, una sola vez y ella lo miró como si no lo conociera- dijo la pelirroja.
-pues hay lo tienes ya no debes preocuparte- dijo su abuela- ahora lo que debes hacer es hablarle bien a tu padre de Laura- dijo su abuela y la nombrada sonrió. Anika no estaba muy segura de esa parte, ellas tenían cierta alianza para alejar a las demás mujeres de su padre, pero siendo sincera, Laura era la que menos le gustaba de todas.
Su conversación fue interrumpida por la voz de Leonardo, Anika sonrió feliz levantándose para ir con él, Mientras Laura acomodaba ya su exagerado escote, Agatha la miro en aprobación, pero cuando todas se dieron cuenta de que no llegaba solo, sus caras se volvieron de total molestia.
-papi- dijo Anika para alejar a la pelinegra de él.
-hola cariño- dijo Leonardo abrazándola.
-vaya, con que por fin recuerdas que tienes una hija- dijo Agata levantándose con toda la elegancia del mundo al igual que Laura, ignorando por completo a la pelinegra.
-buenas noches Agata- dijo Leonardo ignorando su tono- qué haces aquí Laura?- le preguntó molesto, mientras la pelinegra miraba todo en silencio.
-por qué tan frio querido?- le preguntó ella con una sonrisa coqueta.
-porque no me gusta que cualquiera entre a mi casa cuando no esto y esté con mi hija- dijo sin ocultar su molestia, mientras Anika permanecía abrazada a él.
-pero yo no soy cualquiera querido- dijo con una sonrisa coqueta.
-además tu eres quién trae a cualquiera a esta casa- dijo Agata
-cierto, eres peor que cualquiera- dijo Leonardo mirando a Laura, la cual intentó ocultar su molestia por sus palabras, más Emely no ocultó su sonrisa- y ella no es cualquiera es mi pareja- dijo tomando la mano de Emely quien sonrió aún más- además yo soy quien decido quién traigo o no a mi casa- dijo.
-yo tengo derecho a decidir quién se acerca a mi nieta- dijo Agata separando a Anika de su padre, la cual no estuvo muy feliz por eso.
-te pediré de favor que no quieras poner a mi hija en medio de todo esto como si fuera una cosa-dijo Leonardo serio.
-yo no hago eso- dijo Ágata ofendida apretando sus manos en los hombros de Anika, lastimandola un poco.
-Hija, Emely me dejan a solas hablando con ellas por favor- pidió Leonardo aguantando su ira.
-mi nieta no se irá a ningún lado- dijo Ágata reteniendo a Anika.
-Agatha no quieras hacer un escándalo, además suelta a mi hija que la estás lastimando- Dijo Leonardo caminando hasta ella para que le quitaran las manos de encima- hija sube a tu habitación por favor, en un rato subo contigo- le dijo acariciando su mejilla, ella asintió para luego despedirse de su abuela y subir a su habitación.
Leonardo miró a su pelinegra, la cual simplemente asintió para subir a la habitación de él, ya que esa conversación no le consernia en ese momento, por lo que ella sobraba.
-no voy a permitir que relaciones a mi nieta esa mujercita- dijo Ágata.
-no yo que la hagas pasar tiempo con una arpía como Laura- dijo Furioso pero sin levantar la voz- deja de hacer tus numeritos delante de ella haciéndola creer que le importas Ágata, te he dicho muchas veces que te daré la mensualidad que quieras para que te alejes de mi hija- dijo Leonardo.
-no me voy a alejar de mi hija, ella es lo único que me queda de mi hija- dijo.
-no me vengas con ese cuento, que a ti nunca te importo Elizabeth, querías que fuera una interesada como tú, pero no lo conseguiste y la abandonaste, solo te vino a importar cuando yo me volví algo importante- dijo molesto- no me quieras hacer creer que te importa Anika cuando tú único objetivo es quedarte con todo el dinero que le corresponde a ella, y tú- señaló a Laura- no te volverás a acercar a mi hija, si lo vuelves a hacer no respondo, ahora fuera de mi casa- dijo.
Ambas lo miraron completamente molestas para después salir de la casa. Leonardo tomó varias respiraciones para calmarse antes de ir a la habitación de su hija, tenía que hablar con ella no le gustaba esa cercanía con Ágata y menos con Laura.
Subió a la habitación de su hija pero ella no estaba en la habitación de ella, donde la encontró guardando muchísimas bolsas de ropa.
-y todo esto?- preguntó Leonardo.
-mi abuela me la compro- dijo la pelirroja.
-con tu tarjeta supongo- dijo Leonardo sentándose en su cama.
-claro, como siempre- dijo ella sentándose a su lado en la orilla de su cama. Leonardo se quedó mirándola por un momento pensando que su hija era tan astuta para algunas cosas, pero para otras muy inocentes, cosas que tenían que ver con su abuela.
-Laura también estuvo con ustedes todo él día?- preguntó, Anika asintió- hija sabes que no me gusta que pases tiempo con ella -dijo Leonardo serio.
-mi abuela dice que es buena para mi- dijo Anika, ya que era lo que siempre le decía su abuela, Leonardo sabía eso.
-tu abuela quiere que ella sea tu madrastra, tú lo quieres también?- le preguntó y Anika hizo una mueca.
-pero tampoco me gusta Emely- dijo ella entre dientes.
-Emely si es una buena mujer, en comparación a Laura- dijo Leonardo.
-que te asegura que no es mucho peor que todas las que has conocido antes?- preguntó la pelirroja.
-porque la conozco bien y si tu te permitieras conocer lo sabrías también- le dijo Leonardo.
-Te enamoraste de ella- dijo Anika empezando a llorar de repente sorprendiendo a su padre él cual la abrazó sin entender mucho su reacción.
-hija no eso no es algo malo- le dijo Leonardo acariciando su cabello.
-si lo es porque te vas a casar con ella y tendrás otros hijos y te olvidaras de mi- dijo llorando en su hombro.
-hija eso no va a pasar- dijo Leonardo- yo nunca me olvidaría de ti o te dejaria de lado mi amor- le aseguro y en ese momento vio a Emely en la puerta de la habitación de su hija que los miraba con ternura para luego irse y dejarlo solos.
Leonardo estuvo por unos minutos con ella hasta que su hija se durmió en sus brazos después de calmarse. Debía buscar una solución para eso, quería a Emely en su vida, debía arreglar las cosas con su hija.
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No Eres Un Capricho
Любовные романыLeonardo Drack, un gran empresario mercantil viudo de 32 años, junto con su hija, está cansado de las mujeres que llegan a su vida buscando su dinero, por lo que las ve a todas como unas caza fortunas. Emily Apple, una joven de 24 años trabajadora...