Epílogo

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Cinco Años Después.

─ deja de moverte Anika o harás que él maquillaje se te corra─ le advirtió la pelinegra mientras pintaba sus labios de un tono rosa suave.

─ lo siento, es que estoy muy emocionada por mi fiesta─ dijo feliz la adolecente pelirroja.

Muchas cosas habían pasado en los últimos años entorno a ellos que los mantenían sumamente felices, por ejemplo. La marca de ropa de Emely se volvió muy famosa a nivel nacional después del desfile y un año y medio después se ampliaron a nivel internacional con un desfile en las grandes pasarelas de francia y aun seguían manteniéndose entre las cinco mejores marcas de ropa del mundo, en muy poco tiempo.

Como también la marca de joyería de Axel se había vuelto muy famosa en esos años y para la sorpresa de muchos se casó con la secretaría de Emely, y ahora tenían un hijo de dos años.

Por supuesto Emely aceptó casarse con Leonardo y lo hicieron tres meses después, en una hermosa y emotiva boda invernal, dónde Anika fue de la principales organizadoras del evento. A Emely apenas se le notaba el embarazo en ese momento.

En todo ese tiempo no habían vuelto a saber nada de Ágata o al menos eso pensaba Emely, porque un año atrás se había comunicado con Sebastián pidiéndole dinero que él por supuesto no le dió y ella se atrevió a amenazar lo con hacer algo encontra de él y su familia, pero Leonardo le dejó muy claro que sí algo, lo que se ha le pasaba a su familia ella no volvería a ver la luz del sol, fue la única y última vez que supo de ella, y estaba feliz de que así sea.

Lo último que supieron de Laura es que un desafortunado hombre cayó en sus redes, aunque se escuchaba el rumor de que ella si lo quería en realidad, pero no daban crédito de ello.

Mario quedó condenado a veinte años por el secuestro de Emely y Anika, además de quince años más por él robo que le había hecho a Emely tiempo atrás.

Ellos se habían vuelto una feliz familia aunque eso no significa que de vez en cuando haya uno que otro desacuerdo como en cualquier otra.

Ese día era la fiesta de dulces 16 de Anika, que ya era toda una adolescente, organizaron una gran fiesta en el jardín de la casa donde todos los amigos de ella y las personas más allegada a la familia estaban invitados para celebrar tan feliz ocasión.

─ de verdad, no se te nota─ dijo Emely con sarcasmo, terminando los últimos toques─ listo ─ dijo Emely, complacida con su trabajo.

─ gracias mama─ le dijo Anika con una sonrisa.

después de lo que pasaron juntas, Anika empezó a dejar que la pelinegra se acercará a ella y llevarse mejor, tanto que dos años después de que ellos se habían vuelto una familia, sin más, Anika le empezó a decir mamá a la pelinegra, algo que la hizo sumamente feliz porque ella consideraba a Anika cómo su hija, pues, desde  de esa mala experiencia del secuestro, las cosas se volvieron muy buenas para todo.

— ya están listas?— preguntó Leonardo entrando con sus gemelas de apenas un año y medio en cada brazos— mi niña— dijo Leonardo con nostalgia al ver que su hija no era una niña.

— papá, ya no soy una niña— le dijo Anika.

— tu siempre serás mi niña— le aseguró él mientras Emely tomaba a una de sus hijas.

— dónde está Leo?— preguntó la perimetral a su esposo.

— lo dejé con tu padre— contestó con tranquilidad. Leo era su hijo de tres años, resultado del primer embarazo de la pelinegra. Era una pequeña copia de su padre, además de muy inquieto y rebelde, por lo que siempre lo tenían vigilado para que no hiciera ninguna travesura.

— bueno ya es hora de bajar, los invitados esperan— dijo Emely.

Pasaron una divertida noche entre la familia y amigos, celebrando la fiesta de Anika hasta altas horas de la noche, aún las primeras en tirar la toalla fueron las gemelas y después Leo con algo de resistencia a dormirse.

— Leo sigue dormido?— le preguntó Leonardo a su esposa cuando la vio entrar a la habitación de nuevo.

— si, y las gemelas?— le preguntó subiendo a la cama con él.

— lo están y seguirán así por unas horas— le dijo besando su cuello— gracias—

— por qué?— le preguntó confundida.

— por darme la familia que pensé no iba a poder tener— le dijo para después besarla y al separarse Emely sonrió.

— bueno yo no tuve que hacer mucho en realidad, tu te encaprichaste conmigo— le dijo.

— eso no es verdad, tu nunca fuiste un capricho— dijo él.

— haré que te creo— dijo ella divertida — pero me alegra ser tu capricho— dijo.

— no eres un capricho, eres mi mujer y te amo— dijo Leonardo.

— yo también te amo….


No Eres Un CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora