Emely se levantó muy animada y emocionada, por fin culminaría esa deuda.
Así que haciendo su rutina diaria, se levantó, poniéndose su ropa deportiva para después salir hacer su trote diario, fue a la cafetería de siempre, pidiendo lo de siempre.
Cuando salió se fijó en él semáforo, el cual justo estaba cambiando en rojo para los vehículos, pero antes de cruzar se dio cuenta que tenía los cordones de su tenis desatados, cuando los ato se levantó para cruzar y llegar a su departamento para alistarse, pero a mitad de la calle, sintió un impacto en su costado que la empujó mandandola contra él suelo.
Leonardo salió del auto preocupado de haber lastimado a alguien, mientras sus escoltas hacían lo mismo y varias personas se acercaban a ayudar a la joven que estaba tirada en el suelo.
-señorita se encuentra bien?- le preguntó un señor.
-si lo estoy- contestó, aunque le dolía todo el costado derecho. Al Leonardo escucharla su preocupación, pasó de alivio a ira, en pocos segundos.
Esa mujer solo era una imprudente al cruzar así la calle
-acaso está loca, porque no se fija antes de cruzar la calle!!- le gritó Leonardo furioso, por su estupidez le estaba haciendo perder valioso tiempo.
Emely al escucharlo también se llenó de ira, ya que si él no se hubiera pasado el alto, no la hubiera golpeado, así que con la ira recorriendo sus venas, se levantó ignorando las palabras de las personas a su alrededor. Leonardo quedó completamente sorprendido y embobado al ver a tan bella mujer. Ojos increiblementes claro, una tes blanca perfecta, labios rosados y carnosos, con largo cabello negro.
Bellisima- pensó por un segundo.
Emely por su parte lo tomo del rostro para que mirara él semáforo.
-que color es ese?- le preguntó molesta, el semáforo aún seguía en rojo- no me venga hablando estupideces, cuando él único imprudente aquí es usted- lo soltó.
-Em, estas sangrando- le dijo uno de los chicos de la cafetería que había salido al ver que ella era la accidentada.
Si estaba sangrando, su brazo derecho, por encima del codo estaba sangrando, además su sudadera se había abierto y tenía varios raspones más en el abdomen.
-solo son raspones sin importancia, estoy bien- aseguro tranquilizando al chico.
-segura?- preguntó no muy convencido.
-completamente, además se me hace tarde, debo irme- dijo para después irse, dejando aún Leonardo muy sorprendido.
Ninguna mujer lo había tratado así en su vida, ninguna y esta lo ponía en su lugar con unas simples palabras, además ella no parecía saber quién era, porque de saberlo hubiera tomado partido de la situación y se hubiera puesto convaleciente para que él tuviera que cubrir los gastos, además de hacerle una indemnización por atropellarla, pero esa mujer no lo hizo.
Su jefe de escoltas fue que lo trajo de vuelta a la tierra recordando le su reunión, así que retomo su camino al banco.
[***]
Emely fue directo a su casa para alistarse, ese incidente le había quitado tiempo y no quería llegar tarde al banco, no ese día. Se dio una ducha con cuidado, los raspones de su brazo y abdomen le ardían, no eran tan grandes o profundos, pero si sangraban mucho.
Había elegido un muy mal día para usar ropa deportiva blanca.
Se vistió con un vestido azul marino algo ajustado que le llegaba a las rodillas y con una abertura en la pierna izquierda, no sin antes vendar la heridas, completó su atuendo con una chaqueta blanca la cual cubría las vendas de sus brazos, peino su cabello con pequeñas ondas y un suave maquillaje.
Salió de su casa faltando 15 minutos para las ocho, ese día Nicol se encargaría de abrir la tienda, tomó un taxi unas cuadras después para ir al banco, él cuerpo le dolía horrores, no había tomado nada para él dolor, no podía, no sin comer algo antes, pero no contaba con ese tiempo.
[····]
Leonardo estaba casi por terminar su reunión, aunque su mente de vez en cuando se iba recordando a aquella joven de bellos ojos, la verdad lo tenía muy intrigado, era una chica muy hermosa la verdad.
Cuando su reunión por fin de disponia a irse, mientras se dirigía al ascensor para irse la vio en una de las oficinas del banco. Iba impecablemente vestida, no le hacia nada de justicia a la mujer que había visto esta mañana.
Qué hacía allí?
Sin entender bien su propia acción, se quedó esperándola fuera de la oficina hasta que saliera y lo hizo casi 15 minutos después. Al pasar por su lado la tomó del brazo y ella dejo salir un pequeño quejido ya que la tomó del brazo que se lastimó.
-que pretende?, suélteme- se safo de su agarre, ahora le dolía más el brazo.
-qué hace aquí?- preguntó Leonardo, la idea de que todo eso era un plan para llamar la atención de él pasó por su cabeza.
Le estaba funcionando entonces.
Leonardo por un momento dejó que su mirada se recrea en aquel hermoso cuerpo bien vestido.
-no le importa- le escupió molesta. Aquellas palabras lo espabilaron de su ensoñación, él estaba por decir algo cuando de la oficina que ella salió, salió un hombre un poco más mayor que él.
-señorita Apple, reconsidera la oferta?, sería un gran impulso para su trabajo- intentó persuadir la de nuevo.
Desde que llegó el hombre intentaba convencerla se engancharse en otro préstamo, pero éste sería con el doble de la cantidad anterior, Cosa que en la que Emely no quería involucrarse de nuevo.
-no señor Bler, pero si cambio de opinion me pondre en contacto con usted- dijo con voz suave y cordial, una muy diferente a la que había usado con Leonardo unos segundos antes- ahora, con sus permisos caballeros, que tengan un buen día- se despidió después alejarse de ahí, quería llegar con urgencia a su casa, quitarse esa ropa y comer algo.
-cual es el nombre de la señorita?- le preguntó Leonardo al señor Bler.
-Emely Apple- contestó.
-se lo agradezco- dijo para también irse, sacando su celular para que investigarán todo lo posible sobre esa mujer.
[·····]
Lo primero que Emely escuchó al entrar una tienda fue un ¡POP!, él cual casi la mata de un susto, para después ser llenada de confeti.
-esto era necesario?- preguntó algo divertida.
-claro que sí- dijo su amiga Nicol abrazándola por los hombros- ahora sin ese compromiso se nos abren muchas puertas y posibilidades para nosotros ya lo veras- le aseguro su amiga.
[····]
-Emely Mary Apple, 24 años, nació en florida, padres separados y ambos se volvieron a casar de nuevo, actualmente la joven no tiene pareja, la última conocida fue hace casi cuatro años, según la información que tenemos, la estafó robandole un dinero de un préstamo y tiene una casa de modas en nueva york con cierta popularidad- dijo el jefe de seguridad de Leonardo, leyendo la información que habían encontrado hasta el momento.
-por ahora bien, pero necesito más información- ordeno.
-tu nueva conquista?- preguntó Evan, de su misma edad, pero no parecía querer sentar cabeza aún, era su gerente de contabilidad y amigo de casi toda su vida, fue uno de sus buenos amigos que lo ayudaron a sobrellevar la pérdida de su esposa.
-lo será y si es buena posiblemente tenga algo de promoción para su casa de modas- dijo revisando los estados del mes.
-llegará un día en él que una mujer te ponga en tu lugar por idiota y en verdad la quieras- le dijo, llevaba diciendo se lo desde hace un tiempo.
-quizás algún día, pero esta no será....
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No Eres Un Capricho
RomanceLeonardo Drack, un gran empresario mercantil viudo de 32 años, junto con su hija, está cansado de las mujeres que llegan a su vida buscando su dinero, por lo que las ve a todas como unas caza fortunas. Emily Apple, una joven de 24 años trabajadora...