１ ９ ８ ５//[tysh/joshler]

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En la mañana, fui a reparar mi cámara. Al fin funcionaba. Así que cuando volví a casa la dejé sobre mi escritorio esperando volver a usarla algún día.

El domingo en la tarde, Austin pasó a recogerme a casa. Willow tenía ganas de hacer un tipo de "reunión". Donde estaba seguro de que vería a Tyler.

Hablando de él. Se fue ayer de casa luego de ver las estrellas, se despidió de mi con un simple "te veo luego Dun". Listo.

Brendon estaba ayudando a Willow a organizar todo. Sería en una casa de una de los amigos de ella. Era un tipo de ático, algo desordenado, claro, era perfecto.

Cuando bajamos los escalones la música ya se lograba oír con alguna canción de Michel Jackson de fondo. Chicas con sus faldas, olor a cigarro y cerveza.

Mi mirada se paseó por el lugar buscando un rostro específico que no encontré en ningún lado.

Me senté en un taburete, con una cerveza en la mano. Poco a poco las personas llegaban pero no quien yo quería ver. Respiré hondo para voltear a ver a Brendon, quien estaba inhalando unas líneas de la droga blanca que estaban sobre un espejo. Rodé los ojos.

-¿Que hacen?-La voz de Tyler me hizo voltear a ver. Me pareció irónico estar viendo los putos escalones por horas a ver si apetecía y justo cuando desvíe la vista apareció.

Se paró junto a Brendon sin siquiera dignarse a dirigirme una mirada de esas que me estaban volviendo loco.

-¿Le das a una?- le dijo Brendon refiriéndose a la droga.

Tyler sin pensarlo ni dudar en ningún momento, tapó con su dedo uno de los orificios de su nariz, y pasó el rostro por el espejo haciendo desaparecer una linea. Lo hizo con tanta naturalidad que hasta me asustó.

Levantó la mirada y se topó con la mía, me derretí ahí mismo pero me mantuve al margen.
Caminó hasta ponerse del otro lado de la barra quedando frente a mi.

-¿Tu?-me dijo.

-¿Yo qué?

-¿Le das a una?-señaló con los ojos.

-No.

Brendon trajo el espejo en una de su manos y lo puso en la barra. Preparó las líneas con una tarjeta y las dejó ahí esperando a que tomara una.

-Brendon, sabes que yo no.

-Ay claro. Bueno déjalo. -Respondió.

Brendon se alejó con los demás al sofá. A bailar con alguna de las chics que había allí.

Tyler se prendió un cigarro y se quedó del otro lado de la barra, se sentó en un taburete y nos quedamos allí un rato en un silencio que no fue incómodo. Estábamos distanciados del resto. Alguna canción que le gustaba sonaba de fondo, la tartamudeaba.

Me estaba mirando. Sentía sus ojos penetrándome, analizándome cada centímetro de mi rostro.

-¿Qué?- Dije.

-Tienes algo.

-¿Dónde?-Toqué mi rostro intentando limpiar algo.

-Idiota.- Dijo. Pasó su pulgar por mi barbilla quitándome quien sabe qué. No fue nada seductor, de echo. -Ya vuelvo.-Comentó.

-¿A donde vas?- Lo miré.

-A vomitar.-Bromeó.

Se levantó del taburete y se dirigió al baño del lugar, era una puerta de madera, por la cual para entrar, teníamos que pasar por el medio de todos los que bailaban.