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Iba totalmente dormido en el autobús camino al instituto. La noche anterior no logré dormir nada, y la verdad no sé porque, me dormí faltando media hora para que sonara la alarma.

-¿Estás vivo?- Bromeó Austin tocándome el hombro.

-Eso creo.

-¿Que te sucedió?

-No dormí. No sé por qué.

-Claro, de seguro estuviste con Debby. ¿No?

-No, basta con eso.-Respondí molesto.

Desde que me di cuenta que Deborah no me gustaba, reaccioné. Porque ahora mismo sólo tenía ojos para Joseph. No quería usar a Debby, como lo que había pasado la vez pasado en el estadio de baseball, ¿un beso para dar celos? Joder no. Yo no era así, y no quería que ella se ilusionara. Así que esa mañana decidí decírselo. No sé si se me ocurrió esa idea por estar dormido, o por idiota. Pero quería hacerlo.

Así que bajé del autobús, y fui a buscarla. Estaba centrada a las afueras del instituto junto a Willow y a Jenna... ugh... Jenna.

-Debby.-Dije haciendo que se voltear.

-¡Hola!-Respondió nerviosa. Willow y Jenna se susurraron un par de cosas entre ellas molestando a Debby. -¿Pasa algo?- Se puso de pie.

Yo la tomé del brazo para ir a un lado más privado, sin que sus amigas estuvieran escuchando.

-Necesito hablar contigo.

-¿Enserio? Yo también quiero hablar contigo de él.

-Tú primero.-Insistí.

-Bueno, Joshua... la verdad creo que somos muy cercanos, estas últimas semanas quizás no, no hemos hablado tanto, pero eso me a dado tiempo para pensar y... no lo sé.

-Ve al grano.

-Me gustas. Y quiero que lo intentemos.

Todo lo que le quería decir se fue directo a la basura después de que le dijera eso. Acá solo tenía dos opciones: Una, romper su corazón y que me odiase, o dos, decirle que sí, y usarla como un refuerzo para que luego nadie sospechara nada de lo mío con Tyler. Si es que teníamos algo.

Me daba pánico, terror, miedo, que lo que pasaba con Tyler si hiciera público. No quería que Tyler fiera un secreto, mis intenciones con él no eran esas. Pero no me podía permitir eso.

Ella se me quedó mirando en silencio con un brillo en sus ojos esperando una respuesta. No sabía que hacer. Así que sonreí falsa y forzadamente, y asentí. ¿Asentí?

-Claro.-Mentira, no quería.

-Oh...-Mordió su labio intentando no sonreír.

-Solo que, te voy a pedir algo, si?-Me mira con atención. -Si hacemos esto, ¿podemos tenerlo privado? Ya sabes, entre menos personas sepan, menos de meten. No en secreto, si no más bien privado ¿entiendes?

-Está bien, comprendo. Me parece bien.

-Genial. Entonces no vemos.

Entré al instituto con paso acelerado, a punto de gritar, y rezando para no ver a Tyler porque me congelaría. Fui directo a mi casillero y hundí la cabeza en él.

-¿Que te pasa?-La voz de él me hizo voltear a verlo.

-No dormí nada, estoy muerto, y a sido una mañana... rara. No he tenido tiempo de pensar nada.-Reí nervioso.

-Pensé que yo era el que parecía muerto de nosotros.-Bromeó.

Nosotros. Eso sonó bien.

¿Cómo le decía que acababa de aceptar salir con una chica que no me gustaba y fue más por protección? Porque sí. Tenía miedo. Miedo de que lo que sea que tuviéramos Tyler y yo se hiciera público. Miedo de lo que pensaran los demás, mi padre, mis amigos, la familia de él, el instituto. Eso me daba miedo.

-¿Tú cómo estás?-Pregunté mientras abría su casillero.

-Bien. ¿Nos vemos esta tarde en el parque?

-Eso estaría perfecto.

El timbré sonó haciendo que nos separáramos. Me emocionaba verlo después del instituto, nos sentíamos más libres por decirlo de alguna manera.

En el laboratorio de química, me senté en la mesa esperando a que llegara la maestra. Debby entró por la puerta con su cabello rojo recogido, y vino directo al asiento junto a mi. Acomodé mi postura y la incomodidad me invadió. No llevaba ni dos horas saliendo con ella y ya estaba incómodo.

Su pie comenzó a rozar mi pierna por debajo de la mesa.

-¿Estas bien?-Preguntó.

-Agotado.

-Estás como perdido. ¿Seguro estás bien?-Puso su mano en mis espalda.

-Sí sí, no te preocupes.

-¿Quieres venir a casa después del instituto?

-Hoy no puedo, yo te aviso cuando tenga tiempo libre, si?-Sonreí forzado.

-Está bien, no hay prisa.

Toda la puta clase pasé aguantándome el nudo en mi garganta, quería gritar.

Al terminar, salí del instituto camino a toparme con Tyler en el parque donde nos veíamos siempre. Antes de tocar el último escalón, Debby me dio un rápido y pequeño beso, para mi suerte no habían muchas personas, especialmente él.

Así que ya raseando alguna canción caminé.

Me senté junto al árbol esperándolo. Hacía algo de frío. Tardó un par de minutos en aparecer, pero cuando lo hizo tenía un cigarro apoyado en sus labios, y una bolsa de papel marrón bajo el hombro.

-¿Que traes ahí?-Pregunté.

-Robé un par de donas de mi trabajo, quieres? Son de dulce de leche.-Sonrió sentándose frente a mi en el césped.

-¿Robaste en tu trabajo?

-Nadie se va a enterar.-Respondió despreocupado.

-¿Y si te despiden?

-Bueno, buscaré algo más. Ya no te preocupes, toma una.

Abrió la bolsa, y las donas aún estaban calientes. Estaban deliciosas. Tyler con su cigarro entre sus dedos, con su otra mano tomó una dona igualmente llevándosela a la boca.

-¿Esa sudadera es tuya?-Pregunté al ver que le quedaba enorme. Era marrón oscura, con detalles blancos.

-De mi hermano, le dejó tirada en la cocina y la tomé.-Se encogió de hombros.-Se mudará de casa a finales del otro mes.

-¿Eso es bueno?

-Tiene sus pros y contras.-Sonrió.

Me dolió esa sonrisa. Sentí su vacío, como si ya no pudiera dar más. Se veía totalmente agotado. Así que, se le ocurrió una gran, gran idea.

-¿Tienes planes el fin de semana?

-Depende, que quieres?

-Sorpresa.

-Mm, no sé, lo pensaré.

-Será una cita.

-Oh... bien.

-Te veo en este mismo parque el sábado a las cinco de la tarde.

-Lo pensaré.

-No te pregunté, te estoy diciendo.

-¡Buah! Esta bien. A tus órdenes.

-Buen chico.

1 9 8 5//[tysh/joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora