32

49 8 4
                                    

-Joshua.-Era la primera vez que mi padre me dirigía la palabra en días.-Pásame la sal.

Sin decir nada obedecí. No sonrió. No dijo nada más. Solo siguió ignorándome. Sin embargo había sido un gran avance. Ni siquiera me dijo "por favor" o "gracias".

Esa noche cuando se suponía que todos dormíamos, mis padres estaban gritándose por esa pequeña acción de "pásame la sal".

Mi hermano entró en silencio y se acostó junto a mi.

-¿Estas bien?-Susurró.

-Bueno, me habló. -Respondí sin más.

-Joshua es inmoral. Es totalmente injusto que te trate así por algo que no controlas ¿entiendes? Amo a papá pero esto...

-Ya, cálmate. Tiene la mente cerrada, fue criado hace como mil décadas.

-¿Cuántos años tendrás en los dos miles?-Cambió de tema. Esos cambios de tema tán aleatorios me recordó a Tyler.

-¡Tengo diecisiete cálmate! Estaré entrando a mis treinta. Joven. Obvio.

-No puedo creer que te eh visto crecer tanto Joshua.

-¿Qué? Yo debería decirte eso a ti.

-No. Es enserio. Recuerdo cuando nos peleábamos por el control remoto, o cuando me asustabas con máscaras en las noches.

-¿Qué te picó que estás tan imbécil?-Bromeé empujándolo.

-Me da miedo Joshua. Papá contigo.

-No te pongas en eso. Anda vete.-Lo empujé bajándolo de la cama.-A dormir.

-Te quiero.-Susurró antes de salir por la puerta.

La mañana siguiente, desperté temprano. Fue complicado dormir escuchando gritos desde la habitación de mis padres.

Quise salir a correr. Llevaba tiempo sin hacerlo así que me puse la ropa que usaba normalmente para hacerlo, regué el girasol que estaba cada vez más grande y hermoso.

Bajé los escalones tarareando alguna canción.

Mamá estaba sentada en el sofá, con una bata celeste hasta las rodillas.

-¿Joshua?-Volteo a verme. Tenía los ojos rojos de tanto llorar, la voz algo desgastada por los gritos de anoche.

-Iré a correr mamá...-Me acerqué y la tomé de los hombros.-¿Cómo estás?

-Tu padre es un desgraciado, ¿si mi amor? Yo te amo, te amo con todo mi corazón eres mi orgullo, y yo si te quiero apoyar en todo lo que intentes...-Su voz estaba apunto de quebrarse.

-Mamá.-La miré a los ojos.-Eres la mejor mamá que podría pedir. A papá también lo quiero, pero entiendo que esté molesto, tendrá que superarlo en algún momento. Te amo ¿si? No vayas a trabajar y descansa. -La abracé y le di un beso en la frente.

Salí a correr. Era una mañana helada, y algo húmedo con niebla. Solo podía escuchar mis pasos y mi respiración.

Mi padre daba vueltas en mi cabeza. Quería pegarle a algo, quería gritar, quería gritarle. Obvio me molestaba que no entendiera, pero al mismo tiempo entendía la razón por la que no entendía. Pero era su hijo, ¿no? Se suponía que me tenía que amar y apoyar.

Volví a casa justo para subir al autobús del instituto.

Austin y Brendon estaban allí.

-¡Buenos días Romeo!-Exclamó Brendon simulando una bocina con sus manos al verme entrar. Me senté al lado de él.

-Ya basta de llamarme así.-Bromeé. -Cállate.

-¿Cómo están? Es decir tú y él...-Añadió Austin.

Entendía que mis amigos no sabían un carajo. Pero amaba que intentaran poner interés.

-Ya basta con eso también. Pues estamos bien. ¿Gracias?

-No quiero incomodarte, ¿eh? Es solo que, no sé, ¿me emociona?

Cuando llegamos al instituto todo fue muy normal. Relativamente normal.

Fui a mi casillero, vi a Tyler, intercalamos un par de miradas coquetas, sonó el timbre y fuimos a clase.

~T y l e r~

"Joshua,
¿Recuerdas cuando nos escapamos y fuimos a la librería? Que hablamos de plantas. Me dijiste que te daba flojera cuidar las tuyas, y hablamos de girasoles y lo magnífico que me parece el cómo se voltean cuando ven al Sol. Desde que te conozco me has sacado de un poso Dun, uno que pensé que no tenía fondo. Y, ¿sabes? Si tenía fondo, porque cuando caí, tú me sacaste de ahí.

Desde esa esa noche en febrero, fuiste luz para mi. ¿Te dije antes que me parecías el ser humano más guapo que vi antes? Aún conservo tu foto. La que te tomé el día que salimos de la ciudad, el día que tuvimos sexo en el capó del auto. La guitarra que me regalaste, que al comienzo fui a tocar para ti casi todos los fines de semana, oh... y la deliciosa sopa de tu madre.

Con todo esto quiero decirte Joshua, que resultó que tu eres mi luz. Eres mi Sol, me giro a verte cada que pasas, y cuando estoy contigo es donde me siento más vivo. Aveces me siento perdido, como si no supiera a donde ir, pero cuando te miro, y me sonríes, se exactamente donde quedarme. Quiero quedarme contigo Joshua. Toda mi vida. O hasta donde nos permita el destino.

Quiero tener tantas anécdotas contigo para contar cuando sea viejo. Quiero envejecer contigo, moriría contigo.

Y quiero tener algo contigo Josh, algo serio. Y quiero que tú me dejes quedarme contigo"


Mi caligrafía no era la mejor pero se entendía. El catorce de octubre de 1985, le daría una carta a Joshua. Lo había pensado, y lo había pensado bastante.

Así fue como la noche anterior, bueno, en la madrugada, me senté en el escritorio de mi habitación a escribir.

La estuve leyendo camino al instituto pensando en si seria buena idea o no. La guarde en el bolsillo de mi sudadera.

Lo vi en el casillero en la mañana, solo me miró y sonrió de forma coqueta, le devolví el gesto. Mi corazón palpitaba a mil por segundo, sentía que se me iba a salir. Aún así no era el momento de dar ninguna carta.

Fue un día normal relativamente.

Quería. Joder. Quería con todas mis ganas darle la puta carta. Pero no hubo momento. Ni ese día, ni el siguiente, ni el siguiente, ni el siguiente.

Las siguientes semanas estuve pensando en que me podía vestir para la fiesta de Halloween. Tenía entendido que era de las fiestas más grandes que hacían. Era la primera vez que iba a una. No porque no me invitaran, si no porque no quería.

Joshua y yo habíamos hablado de eso, me dijo que iría vestido del asesino de alguna película. Yo aún no sabía. Nunca fui fan de vestirme en Halloween. Mi madre siempre me decía que era divertido, pero todo eso se había apagado.

Joshua me dio ideas totalmente estúpidas de disfraces, pero finalmente se me ocurrió algo. Decidí finalmente vestirme de Cruella de Vil, solo que versión "masculina".

A Joshua le voló la mente pero me apoyó. Luego dijo que me vería guapo usando una chaqueta blanca de pelo, y unos guantes rojos.

1 9 8 5//[tysh/joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora