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Eran las seis de la tarde pero en la tarde noche eran las únicas horas en las que me sentía capaz de visitar ese cementerio.

Me senté con las piernas dobladas frente a él.

-¿sabes que te odio?-Comenté bromeando.-Bueno, no...-Me retracté.-Odio el sentimiento que me dejaste. Es amargo... como un dulce, que al principio es delicioso, quizás con sabor a fruta, y el centro... es decir el final, es amargo.

Pausé y miré a mi alrededor.

-De haber sabido que era la última vez que te vería, te hubiera abrazado más fuerte, besado con más ganas, y tocado con más amor. Eso es todo lo que merecías Dun, amor. Yo te lo quería dar. Te quería dar cada gota de afecto que me saliera del corazón. Y ahora te vas y me dejaste con las manos totalmente vacías, me dejaste con los brazos extendidos. No te culpo, ¿eh? Sabes que te quiero. -Sonreí.

El lugar estaba casi vacío, es decir en la tarde noche un cementerio no era el mejor lugar para estar, pero para mi sí. Raramente estaba cómodo.

-Te traje esto.-Le acerqué el ramo de girasoles que traía.-Sé que te gustan, al igual que a mi. Siempre que veo uno me recuerdan a ti. Cuídalos, ¿si?

Una suave brisa acarició mía piel luego de decir:

-Mándame pétalos de girasol siempre que te acuerdes. Siempre que me recuerdes.-Susurré.

Me quedé en silencio. Ahí, a uno de los girasoles que le había dejado, se le desprendió un pétalo, bailó con el viento, cayendo frente a mi.

-Que romántico eres. Siempre tuviste el toque.-Bromé. Limpié la lágrima que estuvo a punto de caer de mi mejilla.

-¿Eres tú?-Una voz masculina, que no distinguí me hizo voltearme. Era un hombre mayor, que se me hacía conocido.

-¿Disculpe?-Me puse de pie y sacudí mi pantalón.

-¿Eres Tyler?

-¿Señor Dun?-Sonreí forzado.

-Que grandote te ves, tenía tiempo de no verte muchacho.

-Usted se ve muy bien señor Dun.

-La edad muchacho, la vida se va volando, ¿no crees?

Suspiré.

-¿Tu eres el muchacho que Joshua me dijo?

-¿Joshua le habló de mi?

-No como me hubiera gustado, pero si. Me dijo que le gustabas, y yo por tonto lo eché todo a perder. Mi relación con él se arruinó por mi culpa.

-No diga eso...-Sabia que tenía razón, pero era incapaz de admitírselo en la cara.

-Es enserio. Solo quería hablar con él y ahora que estás tú aquí, pedirte disculpas a ti también. De no haber sido por mi, quizás Joshua y tú hubieran logrado algo increíble juntos. Pero te agradezco, porque siempre estaba feliz cuando volví de verte.

-No me agradezca nada, yo... yo enserio apreciaba mucho a Joshua.

-Se lo notaba bien enamorado de ti.

No pudo evitar ruborizarme.
Dejé solo al señor Dun para que hablara con su hijo. Mientras me alejaba lo vi parado frente a la lápida.

Me subí al auto, y puse uno de mis cassettes.

Visitar a Joshua se había convertido en algo casi que diario.

Cuando llegué a casa mi hermano no estaba, así que preparé un poco de comida.

Faltaban dos semanas para la Navidad de 1986, así que la decoración de mi hogar resaltaba. El árbol era colorido, con las esferas rojas, y plateadas con luces de distintos colores y una estrella amarilla encima.

Tocaron la puerta, y de mala gana me levanté.

-Zack, puta madre, me tienes harto, siempre olvidas tu jodidas llaves te las voy a pegar en la frente...-Iba diciendo entre dientes.

-Joder Joshua tenía razón cuando decía que insultabas mucho.

Me topé el hermano menor de Dun. Tenía una bolsa de tela azul en su mano.

Era como si la vida me hiciera ver a toda su familia.

-Mierda... que vergüenza.-Bajé la cabeza.

-No pasa nada. ¿Tienes un rato?

-Claro. ¿Gustas algo?

-¿Agua?

-Claro. Pasa.

El menor entró y se sentó en uno de los sofás. Con mis pies descalzos fui a la cocina por un vaso de agua, el cual le di. Le dio un sorbo y lo puso en la mesa.

-¿Bien?-Dije sentándome con mis rodillas contra mi pecho.

-Tyler bueno, es más que obvio que tú y mi hermano tuvieron una química impresionante, no es secreto para nadie.-Hizo una pausa.-Ayer finalmente me animé a revisar las cajas y sus pertenencias. Revisé absolutamente todo, y me encontré con un par de cosas que sé que Joshua hubiera deseado que conservaras.

Abrió la bolsa de tela que había puesto junto a sus pies.

-Para empezar...-Continuó.-Te traje estos cassettes, con música que escuchaba después de salir contigo. Sé que tienes un poco de su música, y sabes como la amaba, creo que un par de cassettes más no le haría daño a nadie.-Sonrió entregándome las cintas en la mano.

Eran varios cassettes, unos ocho quizás canciones en las cuales estaban:
P.Y.T - Michael Jackson
Take On Me- A-ha
Your Love- The Outfield
Careless Whisper- Gorge Michael
Together In Electric Dreams- Giorgio Moroder.

Entre otras. Suspiré.

-Luego, te traeré después la guitarra. Y de último-Buscó en el fondo del bolso.-Esto.

Me entregó un sobre blanco, algo desgastado se veía viejo.

-¿Y esto?-Dije sin querer abrirlo.

-Es para ti. Una nota. Una carta. No lo sé, no quise entrometerme en eso. Solo sé que es para tu, Joshua la escribió.

-¿Por qué? Es decir...

-No lo sé. Por eso la traje, no tienes que leerla aún, sé que es duro, para mi lo es también. No sabes cuando lo extraño.-Bajó la mirada.

-Tranquilo.-Me acerqué a abrazarlo.-Tienes buenos recuerdos con él, te amaba.

-Créeme, te amaba más a ti.-Sonrió. -Bueno...-Se apartó y se levantó.-Era nada más eso. Más que nada la carta.

-Gracias Jordan.-Sonreí de vuelta. -¿No quieres nada más?-Pregunté.

-No.-Tomó un sorbo de agua dejando el vaso vacío.-Gracias por el agua.-Sonrió de nuevo.

-Cuando quieras.

Lo despedí en la puerta.

Lloré un rato cuando se fue. Era igual a su hermano. Los ojos eran idénticos...

Ya que estaba solo, puse uno de los cassettes que me había traído Jordan. Your Love canción de The Outfield. El sonido de la guitarra del comienzo inundó la casa. La canción tenía un ritmo muy alegre para la situación en la que estábamos.

Me senté en el sofá con el sobre blanco en el colchón junto a mi.

Respiré hondo. ¿Enserio quería leerla?

1 9 8 5//[tysh/joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora