29

2.1K 331 63
                                    


Seungmin estaba nervioso, tanto que se sorprendió de que su mano temblara, él nunca se estresaba, no por pequeñeces de la vida como lo era una relación amorosa. El Seungmin de hace años se habría reído.

—¿Vendrá Hyunjin hoy?—le preguntó su madre pasando por el lado y besando la coronilla de su cabeza—Durante la tarde no vean películas, la vez pasada escuchaba los gritos asustados de Hyunjin desde aquí.

—Es asustadizo—y dramático, pero eso lo omitió—Tranquila mamá, no lo pondré a ver películas de terror.

—Más te vale, tu papá estaba que lo echaba de la casa—sonrió alegre, eso era una vil mentira. Su padre parecía haber encontrado a un hijo perdido cuando conoció a Hyunjin hace unas semanas, invitándolo cada fin de semana a comer, como ese día.

—Claro, claro—se despidió de su madre con un breve saludo, ella tenía turno hasta la madrugada en el hospital. Seungmin se estiró, faltaba poco para que el sujeto de energía desbordante llegara.

Miró por la ventana al mismo tiempo en que su celular sonó avisando por mensajes que su novio estaba afuera. Seungmin observó la cabellera negra, brillante y desordenada por culpa del viento

—¿Puedes abrir? Debo ir al baño.

Su hermana pequeña asintió distraída, dejando caer de forma bruta los juguetes en la alfombra. Seungmin corrió al baño hecho un lío, no obtenía nada con huir de Hyunjin mientras su risueña y encantadora hermana de ocho años salía a abrir la puerta a su novio. No tenía tiempo, pronto su padre estaría gritando que su querido Hyunjin había llegado. Seungmin se miró al espejo tratando de buscar cualquier sentimiento de valentía, lo que tenía en mente necesitaba dosis de adrenalina.

—¡Seungmin!—Bajó despacio, viendo a través de las barandas a Hyunjin sonreír, conversando animado con el hombre mayor. Seungmin se rascó la oreja aturdido, llamando la atención de su pareja secreta.

Bueno, no tan secreta, mis padres parecen saber hasta los más oscuros secretos de mí y Hyunjin.

Qué tal—alzó la mano en un saludo, atento a la mirada de su padre.

Hola—Hyunjin imitó el incómodo saludo.

El aplauso de su papá le hizo parpadear confundido, rompiendo el contacto visual.

Diez minutos después estaban solos, su padre se había ido con Yeseo a la fiesta de cumpleaños de una compañera de clase de su hermana, diciendo que volverían para la hora de cenar y que traerán pizza. Seungmin vio a su padre partir en el auto con un nudo en el estómago, quizá debía hablar con sus padres lo antes posible y decirle que Hyunjin no solo era su amigo, sino su novio.

—¿Estás bien?—se recargó en el pecho de Hyunjin cansado, había aparecido por detrás, acariciando sus brazos—Te ves tenso.

—Estoy bien, ¿Y tú?—fue inevitable no sonreír al sentir el beso en su cabello, le gustaba cuando le daba cariño.

—También—se giró dándole un besito en la boca, picando la comisura con cuidado. Hyunjin le tomó de la cintura y lo acercó, riéndose sobre su boca—Perdón, perdón, es que cuando me besas me pongo nervioso y me río—el castaño se unió a la sonrisa, sentía cosas muy bonitas danzando por su cuerpo.

—¿Qué traes en la bolsa?—le preguntó apuntando el paquete que sobresalía—¿Acaso es comida?

—Sip, ¿Te acuerdas que ayer te dije que iba a acompañar a Felix a vender a fuera de un jardín infantil?—Seungmin asintió, siguiendo a Hyunjin a la cocina—Pues de regalo por la ayuda me dio un par de cajas con galletas y brownies—dejó la bolsa en el mesón, sacando los dulces a medida que explicaba—No sabía que Felix tenía un don en la cocina.

—Ojalá Minho lo tenga, sería genial tener un amigo con talento.

Hyunjin negó con la cabeza, no estaba sorprendido de la extraña amistad entre Seungmin y Minho.

—Pero una vez hizo comida.

—Como te decía, ojalá tener un amigo con talento.

Hyunjin se rio con esa típica risa contagiosa, tragándose una galleta con unos modales que Seungmin rechazaba totalmente.

—Usa una servilleta—aconsejó acercándose a su novio negando con la cabeza—....o mi boca.

Fue una decisión estúpida y vergonzosa, pero había salido de forma natural y muy sincera. Seungmin realmente quería besarlo, Hyunjin era muy bonito y dulce.

—Tú...¿Qué?—su novio dejó de sonreír  de repente, procesando la información—No te oí bien, perdón—Hyunjin lo había hecho, pero pretendía que no para no ilusionarse. Seungmin miró al lado nervioso, dando otro pasa hasta quedar de frente.

Seungmin se inclinó cerrando los ojos, lamiendo el labio inferior de Hyunjin con  torpeza. Sabe a chocolate.
El silencio del contrario hizo que volviera a hacerlo, poniendo las manos en su cuello para mayor comodidad.
El más bajo lo besó como solían hacerlo, separando sus labios de vez en cuando para atacar con más fuerza para que así Hyunjin tomara la iniciativa y atinara a responder. Un suspiro después tenía las grandes palmas de Hyunjin en su cintura, tirándole para pegarlo a su pecho, Seungmin aprovechó la oportunidad para abrir la boca en el beso, permitiendo que el chico que masajeaba su piel con paciencia introdujera la lengua.

Seungmin sintió el cielo.

—Eres un sucio, Kim Seungmin—murmuró cuando se quedaron sin aire—Y yo pensando que me ibas a pasar una servilleta.

—Si te soporté siendo intenso—Seungmin respiró agitado, tenía el corazón casi por la garganta—Aguantaré tus malos modales al comer.

Analizó la expresión de Hyunjin, la sonrisa pervertida aparecer con rudeza.

—Comién-

—No digas lo que estás pensando—el pequeño de los Kim se sonrojó.

—...dote—completó burlándose.

Seungmin rodó los ojos tirándose a abrazarlo, no importaba que tratara de no sentirse cohibido cuando intentaba nuevas cosas con Hyunjin, el de cabellos más largos se congelaba como un niño y luego procedía a dominar la situación con sus chistes y sonrisas tiernas. Seungmin no tenía el suficiente autocontrol para no recogerse en un rincón tímidamente.

—Cállate y dame galletas.

𝐜𝐚𝐧 𝐢 𝐤𝐢𝐬𝐬 𝐲𝐨𝐮?/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora