El timbre sonó y Mar abrió la puerta esperando que Jimin estuviera allí. Estaba tan emocionada por ir de acampada con él que lo único que hacía era pensar en todo tipo de conversaciones que podría tener y los momentos que podrían tener juntos.
Por desgracia para ella, las únicas personas que estaban allí eran Logan y Sasha.
Los tres esperaban a Jimin sentados en el sofá, todos tenían sus maletas hechas y la comida la llevaban en un par de bolsas.
— ¿Queréis agua? — preguntó Mar para romper el hielo. Veía a Logan mirar nervioso a Sasha y viceversa, algo pasaba.
— Yo no.
— Yo sí. — dijo Logan.
— Acompáñame anda.
Ambos fueron a la cocina y mientras Mar llenaba un vaso de agua fría, le preguntó a Logan por qué estaba tan nervioso.
— Ya lo sabes, es Sasha. Es que quiero decirle como me siento, pero aún no, lo haré el último día. Quiero...tener mis momentos románticos con ella. — miró de reojo a Mar, que tenía una pequeña sonrisa — No te rías o te parto la cara.
— Vale, vale. Tú tranquilo, ella también está nerviosa. Acércate a ella, demuéstrale algo de afecto y se tú mismo.
— Voy a pedirte consejo durante todo el viaje que lo sepas. Estas cosas se me dan como el culo.
Mar se rio levemente y entonces el timbre sonó.
— Jimin. — dijo sonriente y le dio el vaso a Logan de forma brusca.
Fue rápidamente a abrir la puerta y le dedicó una gran sonrisa.
— Hola. — dijo mirándole embobada.
Cuando llegaron a la zona de camping había que colocar las tiendas, se dividieron en dos grupos e hicieron una competición para ver quien ponía la tienda más rápido. Al final, ganó el equipo de las chicas.
Cuando ya tenían todo preparado, decidieron ir a por leña.
— Id vosotros dos, yo me quedo aquí con Mar. — les dijo Jimin. — Vamos a preparar el almuerzo, que no falta mucho. No os alejéis mucho.
— Vale, vale. — dijo Sasha y se fue con Logan a por leña.
Ambos caminaban rozando sus brazos y dedicándose miradas nerviosas de vez en cuando.
Iban cogiendo palos, unos más grandes y otros pequeños.
— ¿No es obvio lo de Mar y Jimin? — preguntó Sasha para romper el hielo.
— Un poco.
"Ya podrías decirme algo más"
Mientras Sasha pensaba en algo que decirle a Logan en silencio, este se quedó mirando a unos matorrales.
Había un par de caracoles y justo acababa de salir entre las ramas una pequeña ardilla.
Logan solía llevarse bien con los animales, la ardilla se dejó acariciar por él y estuvo unos minutos jugando con ella.
— Eres adorable. — dijo Sasha despreocupadamente. Pero enseguida se dio cuenta de lo que había dicho y de cómo le estaba mirando.
"Soy tonta"
Logan sonrió sonrojado y la miró levemente, también quería decirle algo.
— Tú lo eres más, ven anda.
Sasha se agacho y se puso al lado de Logan, no quería acariciar a la ardilla porque le daba miedo.
— No va a comerte. — puso su mano sobre la de Sasha y la acercó a la cabeza de la ardilla para que la acariciase. — Tienes unas manos muy bonitas...y son suaves. Me gustaría sostenerlas.

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Mi ángel guardián
RomanceMar es la directora de la empresa de videojuegos más grande de su ciudad. Vive con su padre en una humilde casa donde ambos intentan conservar la poca felicidad que les queda después de que su madre se marchase de casa. Todo cambiaría cuando las a...