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Abrió lentamente los ojos y miró alrededor sin tener ni idea de dónde estaba. Cogió el móvil y al darse cuenta de la hora que era se levantó lo más rápido que pudo del sofá para vestirse y salir pitando.

Se había quedado sopa e iba a llegar tarde al trabajo, no debió beberse todo ese whisky él solo.

Estaba contento después de su cita con Mar de anoche y quería seguir con la fiesta, pero no sabía que le pasaría factura por la mañana, pobre de Jimin.

En cuanto llegó a la puerta de su novia, llamó varias veces y tocó el timbre. Le sorprendía que con lo tarde que había llegado, no tuviera ninguna llamada perdida ni de Mar, ni del Señor Kim, ni de nadie.

— A lo mejor se ha ido sola. — la llamó por teléfono, pero nadie respondió.

Al final, se quedó mirando un poco preocupado la puerta y decidió irse a la empresa, con un poco de suerte la encontraría allí.

En cuanto llegó, abrió la puerta de su despacho y se encontró con una habitación vacía.

Examinó todo durante unos segundos y volvió a llamar a su móvil...seguía sin respuesta.

— ¿Pero qué pasa? ¿Se habrá ido con el señor Kim?

Se dio media vuelta y se puso en marcha hacia el despacho del secretario, pero cuando se encontró al hombre hablando por teléfono sin ningún indicio de que su novia estuviera con él, empezó a preocuparse.

El hombre le dedicó una amable sonrisa mientras hablaba y un momento más tarde colgó la llamada y se dirigió hacia Jimin.

— ¿Qué tal señor Park?

— Buenas, señor. ¿Ha visto a Mar? — el hombre ladeó la cabeza extrañado por la pregunta.

— Si no ha llegado con usted...no tengo ni idea. — Jimin suspiró profundamente. — Supongo que la habrá llamado o habrá ido a su casa, ¿verdad?

— He ido a recogerla un poco más tarde esta mañana, y no ha abierto la puerta, ni me ha respondido a las llamadas. Pensaba que a lo mejor se habría venido para acá para no esperar tanto, pero no está ni en su despacho, ni con usted, no sé dónde se ha metido.

El señor Kim frunció el ceño, no podía ser, era muy raro que de repente Mar hubiese desaparecido de la faz de la tierra.

— ¿Cuándo ha sido la última vez que la ha visto?

— Ayer. Estuvimos todo el día juntos y la dejé en su casa antes de irme.

— ¿Y si está con Sasha? O con Logan.

Llamaron a Sasha, a Logan, pero ninguno estaba con Mar.

— Es que no quiero preocupar a Patrick. — suspiró Won-hae. — Vamos a esperar hasta la tarde, y si sigue sin dar señales de vida lo llamamos.

— ¿Y si no está con él?

— Entonces podemos empezar a preocuparnos.

Ambos se miraron en silencio y Jimin asintió, se despidió de él y se marchó.

No se supo nada de Mar en toda la tarde, ni en toda la noche, ni en el día siguiente. Patrick no había hablado con ella desde hacía un par de días y tal y como el señor Kim predijo, empezó a preocuparse.

Jimin estaba como una moto, había buscado por todas partes, llamado mil veces a su teléfono, y no había forma de dar con ella.

Se dejó caer en el sofá con un gran suspiro y tiró el móvil a la mesa, agobiado.

Mi ángel guardián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora