Confesiones

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Hola, soy yo otra vez, aquí tienen uno de mis capítulos preferidos parte de el lo escribí cuando estaba comenzando la historia, espero que disfruten tanto leyéndolo como yo escribiéndolo, la imagen adjunta es la foto que sostiene Celia de su madre, no olviden votar si les gusto y decirme que les pareció.

Celia ingresó a la empresa Aroveliz y respiró profundo, volvió a hacerlo una tres veces más pero no encontraba el sosiego que esperaba.

-          ¿Todo bien Celia? - preguntó Silvia desde el escritorio de la recepción.

-          Sí, es solo que he tenido unos días... diferentes y estoy tratando de separar las cosas, ya sabes eso que dicen de que no lleves lo de la casa al trabajo o viceversa - se inclinó un poco hacia ella - ¿quien en su sano juicio puede hacer tal cosa? Eso es como esas frases que suenan muy bonito pero que no pueden aplicarse a la vida - la chica asintió - ¿tu qué piensas?

-          ¿Que has venido muy reflexiva hoy? - Celia le concedió su punto.

-          Creo que aprovecharé la inspiración y me escribiré un libro - la chica la observó con humor. 

-          ¿Una historia de amor? - Celia sonrió recordando a John y sus cuentos de hadas. 

-          No, no se me da bien eso de los finales felices - le comentó con una sonrisa, que solo involucraba su expresión porque la realidad era que esa verdad no era nada agradable - será mejor que sigamos filosofando otro día, si queremos conservar el trabajo - le guiñó un ojo y continuó su camino hacia los ascensores.

Miró su teléfono y se sorprendió al ver lo tarde que era, había rendido poco en el día porque Sara la interrumpía a cada rato para hablar de cualquier tontería, aunque Celia tenía que reconocer que su amiga estaba preocupada por ella y además quería saber en que termino estaban las cosas con John, Celia cerró los ojos cansada, había decidió quedarse un poco más para revisar algunos equipos que necesitaban mantenimiento y se le había pasado el tiempo volando, la vibración de su teléfono la sacó de su mutismo. 

-          Aló - atendió suspirando al ver que era John quien la llamaba.

-          ¿Como estás? 

-          Bien, aun en el trabajo - se oyó un suspiro al otro lado de la línea. 

-          ¿A qué hora vendrás? - Celia dudó un segundo antes de contestar.

-          Me iré a mi apartamento John - esperó a ver su reacción pero no se escuchaba nada al otro lado, verificó que la llamada aun estuviese activa y como así era continuó - ya todo está mejor en la empresa y eso era lo que queríamos, ya cada uno puede volver a lo suyo.

-          Que mala costumbre la tuya de decidir por los dos - comentó demasiado tranquilo,  Celia no sabía si alegrarse por su reacción o preocuparse por la falta de ella.

-          Era lo que habíamos acordado, ¿recuerdas? - John suspiró al otro lado y Celia se sintió más tranquila.

-          Si, lo recuerdo - pasaron unos segundos antes de que agregara - ¿así que eso donde nos deja? - Celia no quería hablar de eso tan pronto pero agradeció que fuera el quien lo asomara.

-          ¿Quizás tus abogados podrían iniciar el trámite de divorcio? - soltó intentando ser casual.

-          Creo que es mejor esperar un poco - Celia soltó la respiración que no sabía que estaba conteniendo - así también podemos pensarlo mejor.

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