Permitiéndome soñar

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Ok, perdon para aquellas a quienes le llego la notificacion y no vieron el capitulo, lo publique por error pues me estaba quedando dormida y luego lo borre, en serio no podrian leer un capitulo mio sin editar aunque quisieran, soy un completo desastre.


Cuando escribi el capitulo tenia hambre, ya lo van a notar ;) y ya las dejo leer, recuerden dejarme una estrellita si les gusto.


Celia comenzó a estirarse cual gata al ver los primeros rayos del sol, se sentía... finalmente sentía que tenía 25 años, que podía planificar para el futuro con una visión más optimista, su mano fue a dar con el cabecero de la cama y retuvo en sus labios la maldición que estuvo a punto de decir, John aún dormía a su lado, y como no iba a hacerlo si aún eran las 6 de la mañana,  pensó en que debía hacer para empezar el día y quiso tomar un baño agradable, tenía mucho tiempo sin hacerlo, estar fuera de su territorio le dejaba un saldo de desventajas como no tener ahora mismo sus sales pero, podía inventar algo.

Se levantó de la cama con cuidado, se fue caminando de puntillas al baño y al entrar cerró la puerta con cuidado, rebuscó entre cremas para afeitar y desodorantes algo que pudiera servirle,  le hubiese encantado un poco de música, pero eso levantaría a John, tomo nota de hacerse con un aparato de música portátil. 

Bingo, encontró un gel de baño, eso podía servir, puso a llenar la tina asegurándose de que él agua estuviese tibia, y comenzó a desvestirse,  tenía un hambre atroz, medito en lo que podría hacer para desayunar, se le antojaban demás unas arepas, carne, queso blanco rayado, un poco de mantequilla, aguacate, se relamió los labios, luego frunció el ceño dudaba mucho que John tuviese todo eso en la nevera, bueno soñar era gratis así que podría comer una arepita con lo que tuviese e imaginar que era lo que ella quería, sonrió recordando que llevaba toda su vida viviendo así,  conformándose con lo que tenía porque no disponía de más, pues estaba segura de que habría alguna arepera cerca que tuviese esa comida y más,  Sara y Anthony no le matarían por llegar tarde una vez en... no recordaba cuando era la última vez que lo había hecho.

Se metió al agua que tenía la temperatura perfecta, le molestó un poco lo frio que estaba él apartamento, John era súper caliente y siempre tenía el aire acondicionado en muy baja temperatura, bueno por lo menos para su gusto.

Una vez toda dentro de la tina, recostó su cabeza en una toalla que le hacía las veces de almohada y comenzó a pensar en todo aquello que quería lograr.

- ¿Celia? - John interrumpió su segunda versión de luna de miel, suspiró.

- En el baño - gritó.

- Sé que estas hay pero la puerta tiene seguro - Celia frunció el ceño, no quería salir de su comodidad.

- ¿No tienes una llave? - cerró los ojos imaginando una respuesta positiva.

- No, necesito entrar, Adrián está usando el otro y... - Celia frunció más el ceño, eso definitivamente había acabado con todos sus sueños glamorosos - vamos Celia de verdad necesito... - sus palabras se quedaron allí,  Celia había salido de la ducha y sin preocuparse por secarse o taparse, le abría la puerta y volvía a la ducha, corrió la cortina sintiendo la mirada de John, destapó el desagüe y comenzó a retirarse el exceso de jabón del cuerpo, despidiendo así su tiempo para meditar.

Salió del cuarto vestida para la guerra, tenía unos pantalones cortos, una franela bastante ligera y unos zapatos deportivos, se había hecho una coleta, tenía toda la intención de ir en busca de un desayuno completo.

Escuchó a su hermano a su espalda.

- ¿Vas a salir tan temprano? - Celia se acercó a él para abrazarlo.

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