Lecciones de Amor

Cuando piensas que todo va mal...

Celia buscó el apoyo de la cama mientras sus ojos se anegaban en lágrimas, los minutos pasaban y John no volvía y Celia estaba demasiado devastada de tal forma que poco le importó que alguien entrara y la viera así, pero en poco tiempo reflexionó, se puso de pie y corrió al baño, ahora mas que nunca necesitaba explicaciones y no lo haría desde el papel de la esposa sufrida, no, lo haría desde el sentimiento de rabia e impotencia que sentía, lo abordaría y lo acorralaría, con el cinismo del que había hecho gala durante su juventud y del que por lo visto nunca debió deshacerse, se retocó el maquillaje y salió a la sala.

- ¿El señor continua en su despacho? - preguntó a su guardaespaldas que nada más verla una expresión preocupada se instaló en su cara, como le molestaba que la miraran así.

- Si señora.

- Pues cuando se digne a salir dígale que lo esperare en el parque de enfrente, voy a caminar un poco - Jesús iba a objetarla más ella lo interrumpió - dile a alguno de los chicos que me acompañe y caminó directo a la puerta cual si su vida no estuviera en peligro, era consciente del peligro que podía correr, buscó la bufanda que llevaba en su cartera y se hizo un recogido y sacó sus lentes oscuros, entró al ascensor al tiempo que veía a un chico correr en su dirección, pulso un botón para esperarlo, el chico le agradeció con la mirada y bajaron, se sentía un poco nerviosa era la primera vez que vería la luz del día, desde el secuestro pero estaba eufórica y sabía que necesitaba calmarse por el bien de su bebé, eso le hizo recordar que no había tomado sus vitaminas de las mañanas y pensó en regresar, pero terca como estaba empeñada en comportarse, no lo hizo, en su lugar pensó en comprar unas nuevas en la farmacia que tenía cerca, se excusó consigo misma diciéndose que era buena idea guardar unas de repuesto en su cartera.

Cuando el ascensor se detuvo en la planta baja el chico salió antes que ella y se comunicó con alguien por el aparato que llevaba en el oído y su manga. El chico le seguía de cerca en lugar de irse hasta el parque, buscó con su mirada y vio a una cuadra la farmacia que necesitaba, caminó hasta allí ignorando el gesto interrogante de su guardaespaldas que rápidamente notifico el cambio de dirección a la manga de su traje, entró a la farmacia y se quitó los lentes, buscó con la mirada lo que necesitaba y fue a la caja pidiendo además una botella de agua, ni bien las hubo comprado las tomó y respiró más tranquila, volvió su camino al parque y comenzó a caminar por la acera, respiró profundo sintiendo un poco más de tranquilidad, el pitido de una corneta debió hacerla voltear pero ella no haría eso, estaba segura de que sería John y si incesante deseo de tenerla encerrada en casa mientras él hacía de las suyas fuera, el chico se acercó más a ella y escuchó un par de lo que sabía seguro eran disparos y se arrojó al piso sin pensarlo, el chico la cubrió con su cuerpo y los miles de días en las peligrosas calles de esa ciudad pudieron más que el miedo que tenía Celia en ese momento, vio a su alrededor y encontró una tienda a unos pocos metros.

- Hay niño, hay una tienda a dos metros a la cuenta de tres corremos allí ok - el chico la miro confuso pero asintió - uno, dos, CORRE - gritó a tiempo que corría en dirección a la tienda y abría la puerta no mira hacia atrás hasta no estar dentro de la tienda y suspiró al ver que el chico entraba ileso a la tienda.

- ¿Esta bien Señora? - Celia asintió tratando de recuperar el aliento, el chico notifico a la manga el estado y el sitio en el que se encontraban.

- ¿Que está pasando? ¿Dónde está John? - le preguntó atropelladamente al chico y este comenzó a hablar nuevamente con la manga, pero Jesús entró a la tienda y al mirarla su rostro reflejo el alivio que sentía, inmediatamente el chico salió de la tienda y empezó a vigilar la salida - ¿Donde esta John? - preguntó ahora más desesperada pues si Jesús estaba allí con ella ¿quién estaba con John?