Vestida para ser feliz

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Su hermano vestía un hermoso esmoquin y la esperaba nada más bajarse, no le importó parecer una idiota allí observándolo cuando todo el mundo la esperaba, se veía sencillamente como ella soñaba verlo desde que lo había sacado de aquella casa tantos años atrás, no había rastro de ojeras, había ganado peso y su cabello tan elegante, la miraba serio, solo ellos podrían saber lo que ese momento significaba para ambos, ella finalmente podría tener la vida que sin saberlo muy bien había añorado desde sus más tiernos años y el finalmente parecía el hombre que sus padres habían esperado que fuera, sabía muy poco sobre lo que había hecho con el dinero que había recibido pero ese brillo en sus ojos le decía que iba en camino a ser feliz, deseo con todo su corazón que una buena mujer le mostrara lo maravilloso que era tener sueños compartidos, tomó su mano y le dio un fuerte abrazo.

- Pero se supone que tú no puedes...

- No debería – se encogió en hombros separándola un poco y ayudando a limpiar las lágrimas que no sabía que había dejado salir pero que no le extrañaba nada ya que su estado la tenía súper emotiva - pero me da igual, no podía dejar que caminaras sola al altar, es una día muy especial y estamos de acuerdo es que estaría incompleto sin mi aquí, no sentirás pena de ir mano de su hermano menor al altar ¿o sí?.

- No podría estar mejor acompañada – Volteo buscando a Sara con la mirada, no quería comentar el pecado capital de hacer algo fuera de su estricto programa, ella solo le sonrió y Celia supo que le perdonaría cualquier imprudencia, la vio apoyarse en el brazo de su esposo y a Jared ayudar a Abi a salir del auto, sintió una mano fuerte en su hombro y reconoció a Miguel, se acercó primero a ella para darle un abrazo, y desearle muchas felicidades, cuando se retiró le dio un sonoro beso en la frente y luego fue con su esposa, era agradable ver a tantas personas queridas, muchas personas de la Junta, el Señor Álvarez y su esposa, los padres de John, algunos trabajadores de la compañía y Matías, casi corre hasta él al verlo indeciso a acercarse, pero en cuanto vio sus intenciones se acercó a ella y le abrazo.

- Así que finalmente alguien te atrapo - Celia lo apretó con fuerza - es un tipo con mucha suerte, me encantaría decir que estoy feliz por el pero no es así, estoy feliz porque tú eres feliz, Celia negó con la cabeza frunciendo el ceño - No puedes culparme por sentir celos, yo te había visto primero.

- Ambos sabemos que lo nuestro no hubiese ido a ningún lado, tu no dañarías nuestra amistad por nada del mundo.

- Pero no puedes negarme la oportunidad de amarte en silencio.

- Puedes gritarle a todo el mundo que me amas, eso no es nada nuevo - le guiñó un ojo.

- ¿Que voy a hacer contigo? nunca me tomas en serio - Celia le sonrió.

- Ya vendrá alguien que lo haga - el volvió a abrazarla y la dejó ir con su hermano.

Todo el mundo tomó sus posiciones y comenzó la marcha nupcial, Sara le puso el velo en su lugar pero Celia le pidió que lo devolviera a la forma original, era una tradición pero ella no quería tener ningún impedimento para ver el rostro de su esposo mientras caminaba hacia él.

Cuando pudo finalmente visualizarlo lo vio sonreír y luego Anthony pasarle un pañuelo, él se limpió rápidamente su mejilla y siguió observándola con admiración, parecía un sueño, Celia también lloró, sintió como cada día sede su vida la había llevado hasta donde estaba ahora, tenía a un maravilloso hombre esperando por ella a solo unos cuantos metros cada vez más cortos y una gran familia, y se permitió soñar con la idea de que sus padres estaban el algún rincón de esa capilla improvisada viendo como a pesar de todas las dificultades que le había puesto la vida ella había logrado ser feliz, al llegar a su lado John le limpio con suaves toques sus lágrimas y le dio un beso casto en la nariz para luego ayudarla a dedicarle su completa atención a quien oficiaba.

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