- Mi hermano tiene razón eres un sifrino – John la miró indignado, Celia intentaba que tomara la parte graciosa en todo aquello, pero John parecía tomarse el asunto en serio, así que remitió.
- Ni si quiera se la definición exacta de esa palabra – se defendió, tomando, como había prometido, cuatrocientos dólares y poniéndolo en el pequeño bolso que llevaba.
- Ya déjate de bromas, vamos a alquilar un coche y hagamos turismo de ricos y ya, ¿porque tienes que ofenderte por una tontería? – John la ignoró mientras se colocaba sus deportivos y revisaba, como cada mañana, que hubiese tomado todas sus vitaminas y llevara consigo las que le faltaban.
- Tengo un programa, mi celular y ropa cómoda – la miró desafiante mientras Celia se arrepentía de haberlo llamado niño rico la noche anterior mientras se bañaban en la piscina del hotel; ella había querido ir al mercado local después de que unas simpáticas mujeres de la región le dijeran que allí podía conseguir recuerdos excelentes para llevarle a sus amigos, más John había torcido el gesto y la vena callejera de Celia había salido a relucir, ahora tenía a un hombre ofendido y con cuatrocientos dólares en el bolsillo para pasar el día fuera, Celia no quería decirle que solo los ricos podrían llevar esa cantidad de dinero para gastarla en un solo día, pero no quería echarle más leña al fuego, así que tomó las zapatillas deportivas que habían comprado en una tienda exclusiva como todo lo demás que habían hecho hasta ahora, no se quejaba solo había sugerido ir al mercado por suvenires – eso es todo lo que necesito – Celia suspiró y tomó su bolso, más John se lo arrebató – Yo llevare eso por ti.
- Ok, entonces se supone que hoy andaremos por la calle e iremos al mercado y volveremos.
- Saldremos a la calle y haremos lo que hace la gente que no tiene carro, tomaremos el trasporte público – Celia reprimió una sonrisa.
- Empezaremos con dejar de decir transporte, debes llamarlo bus o carrito o algo como eso – John bufó.
- Averiguaré el termino en inglés – a Celia no se le hacía fácil el idioma, eso era una complicación más a los planes de su esposo – no pongas esa cara no tengo problemas con el idioma y te voy a demostrar que puedo ser tan callejero como tú – esta vez Celia soltó una sonora carcajada y fue hasta él para robarle un beso.
- Solo prométeme que no harás nada estúpido – John la apretó contra él.
- Creo que tengo permiso para comportarme como yo quiero cuando te tengo a ti para defenderme – Celia rodó los ojos y lo dejo guiarla hasta la puerta.
A la salida del hotel, John preguntó al chico que vigilaba la puerta algo en inglés y Celia se ajustó sus gafas, el cielo estaba completamente azul y el sol brillaba con fuerza, John continuó halándola y gritó a un bus que ya andaba.
- Tienes que ir a la parada – le regañó Celia, John le miró extrañado – ellos tienen paradas y no deberían pararse porque complica el tráfico.
- Ok – John frunció el ceño, Celia buscó con la vista y vio a un grupo de persona y se acercó a ellos parecía la parada aunque era más bien algo informal.
- Pregúntales si los autobuses para aquí – le oyó mientras una nueva interrogante surgía en su cabeza – también pregúntales cual lleva al mercado, John asintió y continuo hablando con las personas.
Unas horas más tardes Celia estaba degustando de una Comida típica de la zona, mientras John conversaba con un nativo, había comprado todo lo que necesitaba y estaba lista para regresar al hotel, quería ir a la piscina, mas John estaba empecinado en ir a algún lugar, lo vio sonreír y mirarla de reojo, Celia se hizo la que no era con ella, lo oyó despedirse y sentarse a su lado y desgraciadamente también empezó a quitarle de su comida.

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Lecciones de Amor
ChickLit¿Puede un corazón acostumbrado a la decepción confiar en el amor? Celia esta convencida de que en la vida no se puede esperar nada de nadie, aprendió desde muy niña que las personas como ellas no son capaces de retener a alguien a su lado por mucho...